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La huella de Carmena se difumina de Más Madrid

Higueras y Calvo se desvinculan de la reconstrucción política del partido en vísperas del congreso que decidirá el futuro de la formación

La portavoz adjunta de Mas Madrid, Rita Maestre, en una rueda de prensa tras el pleno de la semana pasada.
La portavoz adjunta de Mas Madrid, Rita Maestre, en una rueda de prensa tras el pleno de la semana pasada.J.J. Guillén (EFE)
Miguel Ezquiaga

Manuela Carmena se negó a quedar relegada a la oposición y abandonó la política después de las últimas elecciones. Desde entonces, Más Madrid ha reivindicado la impronta de una jueza con estrella que tomó Cibeles tras un cuarto de siglo conservador. Pero el anuncio de que Marta Higueras -coportavoz del grupo y mano derecha de la exalcaldesa- se desliga de la reconstrucción política del partido, evidencia un conflicto latente entre dos almas: la municipal y la autonómica.

La decisión de Higueras llega en un momento en que la marca, primera fuerza del Ayuntamiento y cuarta en la Comunidad, se encuentra inmersa en debates internos. Culminarán en el congreso telemático de este mes, donde se elegirá a una nueva dirección y se aprobarán los estatutos. Con suerte, el proceso podrá replicarse en otros territorios, a fin de pergeñar una organización de envergadura nacional que ya cuenta con tres representantes en la Cámara baja. La idea se sostiene con mayor entusiasmo desde la bancada de la formación en la Asamblea de Madrid, cuyos diputados soportan la financiación del partido donando el doble de salario que el grupo municipal.

Los concejales de Más Madrid ceden un 10% de su sueldo bruto, mientras que los diputados autonómicos limitan sus ingresos a tres salarios mínimos de 900 euros. Esa diferencia en los compromisos financieros indica la existencia de dos esferas paralelas, hasta ahora poco conectadas entre sí debido a la ausencia de un armazón orgánico. Higueras sostiene que la creación de ese nuevo esqueleto político es legítima, sin embargo, ella se reclama “parte del proyecto original al que los ciudadanos votaron el 26 de mayo”. Y se reafirma en las donaciones actuales: “Mi determinación no tiene que ver con esto, pero aclaro que jamás incumpliré los requisitos que he firmado. Lo que no haré es pagar la cuota de un partido al que no voy a afiliarme”.

La que fuera teniente de alcaldesa todavía llama a Carmena por su nombre de pila. Están unidas mediante una amistad fraguada hace tres décadas en la judicatura y fortalecida en la cuarta planta del palacio de Cibeles: “Sigo creyendo en su visión y en la plataforma que ella creó”. Higueras ha seguido de cerca las reuniones y asambleas de lo que denomina “un nuevo Más Madrid”. Pero no le convence que la meta final sea “reproducir las lógicas de los partidos”, aunque mantendrá su acta y conservará la portavocía que comparte con Rita Maestre. “Estoy segura de que mis compañeros, cuyo trabajo es tan valioso para la ciudad, sabrán encontrarle un encaje al carmenismo en el nuevo organigrama”.

“Los partidos pueden llegar a ser una rémora. Son necesarios para el funcionamiento de la democracia, claro, porque todavía no hemos dado con una fórmula mejor. Pero el objetivo ha de ser superar esta forma organizativa y de hacer política”, agrega Higueras. Esta contundencia contrasta con que ocupara el número dos de Más País, para concurrir a las pasadas elecciones generales. Después cedió su escaño a Inés Sabanés, porque “Equo es una fuerza plural que merece obtener representación propia”. Preguntada por aquella aventura, la edil responde de este modo: “Íñigo Errejón es un gran parlamentario y me alegro de haber colaborado con él. Sin embargo, en Madrid me debo al proyecto que nos trajo al Ayuntamiento, el que lideró Carmena, y a ningún otro”.

El sábado Higueras se quedó sola con sus lealtades. Nadie más en el partido difundió el mensaje en las redes sociales mediante el que anunciaba su decisión de quedarse al margen de la reconstrucción. A excepción de José Manuel Calvo, que compartió el breve comunicado e hizo público su propio distanciamiento. El edil, que ocupó la concejalía de Desarrollo Urbano en tiempos de Carmena, dice estar “curado de espanto con la experiencia de Podemos”. En las organizaciones políticas, añade, la tensión es omnipresente: “Se exige adhesión hasta las últimas consecuencias a riesgo de perder el carné”. Por eso, no le interesa repetir un trabajo de puertas para dentro y prefiere centrarse en hacer oposición.

Con todo, Díaz Ayuso no es Martínez Almeida. Pese a compartir militancia popular, la presidenta de la Comunidad y el alcalde han encarado con dos estilos distintos la crisis. Los Pactos de la Cibeles difícilmente podrían replicarse en la Asamblea, donde la bronca se ha instalado como fórmula. Dos escenarios tan dispares dificultan en Más Madrid la unidad de acción: “La estrategia no puede ser igual, porque uno y otro gobierno difieren en su predisposición al diálogo. En un lado hace falta ser más agresivos y en el otro podemos permitirnos mayor relajo”, indica Calvo, para señalar después que solo “la autonomía de los grupos garantiza una política sobre el terreno”. El edil asegura que otros muchos concejales “se han mantenido al margen del nuevo proceso organizativo”. Algunos militan en otras organizaciones, como Félix López Rey, que lo hace en la Izquierda Unida de Orcasitas. Pero todos han evitado notificarlo a los medios: “Haciéndolo, te expones mucho”.

En Más Madrid lo niegan y subrayan que la decisión de Calvo e Higueras ha pillado por sorpresa. En el partido no entienden que dos personas con una legislatura entera a sus espaldas se presenten como independientes. También informan de que la unificación financiera se tratará en el congreso de este mes. Las donaciones serán progresivas, en función del salario y sin importar que el acta sea municipal o autonómica.

Rita Maestre, coportavoz en el Ayuntamiento, concede que hallarán el modo de “unir a quienes no quieran vincularse orgánicamente con la abrumadora mayoría de concejales y militantes que sí quieren”. El carmenismo puede quedarse huérfano.

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Sobre la firma

Miguel Ezquiaga
Es redactor en la mesa web de EL PAÍS. Antes pasó por Cultura, la unidad de edición del diario impreso y ejerció como reportero en Local. Su labor informativa ha sido reconocida con el Premio Injuve de Periodismo, que otorga el Ministerio de Juventud. Cada martes envía el boletín sobre Madrid.

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