Ni rastro de los otros regalos a Ayuso

Cada administración tiene un listón distinto para el compadreo prohibido con sus políticos. En Italia son 150 euros, en la Comisión Europea, 50 y en Alemania, 25. En la Comunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso no ve mal que el empresario Kike Sarasola le haya cedido por un precio extraordinariamente bajo dos apartamentos de lujo en su hotel del centro de la capital. Ayuso, que pagará 80 euros al día, se ha ahorrado durante dos meses al menos 7.200 euros, según los cálculos de este periódico.

Ayuso defiende que no tiene que rendir cuentas sobre su arrendamiento a precio amigo. “No pretenda desde luego que les dé más explicaciones de lo que yo hago con mi vida y lo que hago con mi presupuesto y desde luego cuando no está cargado al erario público”, dijo este jueves en la Asamblea. Pero la realidad es que su conducta es posiblemente contraria al Código Ético de la Comunidad y el secretismo que ha guardado contrasta con la transparencia de otras administraciones de España y Europa que obligan a reportar todo regalo y trato de favor.

Sin ir más lejos el propio Ayuntamiento de Madrid tiene un registro público de regalos que creó la anterior alcaldesa Manuela Carmena, pero que no ha sido actualizado desde que entró su sucesor, José Luis Martínez-Almeida. La última entrada data del 4 de febrero de 2019, cuando el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, le regaló a Carmena una figura plateada de Las Cibeles. Fue incorporado al patrimonio del Ayuntamiento. Estos registros obligatorios son comunes en ayuntamientos y administraciones superiores de países anglosajones o escandinavos y en ellos se incluyen donaciones y gratuities (rebajas excepcionales). Entre los regalos se encuentran las estancias de hotel. Por ejemplo el alcalde de Londres Sadiq Khan detalla el lugar de sus hospedajes, la fecha y el donante. El registro incluye regalos tanto de empresas como de otras instituciones.

Pero en España son muy raros los casos de registros obligatorios de regalos. La Casa Real es otro ejemplo. Desde 2015 publica anualmente los regalos institucionales entregados a la Familia Real.

Los expertos advierten de que los regalos a políticos por parte de empresarios son demasiado frecuentes y no deben ser entendidos como una muestra de generosidad desinteresada. “Debería ser obligatorio informar de todos los regalos porque se establece una relación de influencia indebida que debe ser conocida", dice Manuel Villoria, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos. “En España estamos haciendo avances de transparencia pero muy lentamente”.

Ayuso se mudó al apartahotel Be Mate Plaza de España al principio de la pandemia pero no reveló su nueva ubicación. Gracias a las imágenes de las entrevistas televisadas, una periodista de Vanity Fair identificó este lunes una silla y un mueble de la Royal Suite en la que se aloja. Desde entonces la presidenta y el empresario Kike Sarasola, que gestiona el hotel, han dado explicaciones contradictorias, ocultando información. Según una primera versión, Sarasola no cobró nada a Ayuso. Más tarde dio un precio extraordinariamente bajo para un apartamento de lujo: 80 euros por noche. Luego se conoció que Ayuso está usando una segunda estancia en ese edificio.

Austeridad

La última década ha visto florecer en España una creciente oposición al hermetismo de las administraciones, sobre todo a raíz de la aprobación en 2013 de la Ley de Transparencia. Desde entonces, la Comunidad de Madrid, como otras, ha publicado un código ético que deben seguir sus altos cargos. El madrileño incluye como valores la austeridad, ejemplaridad, objetividad y transparencia. Su artículo 5.6 dice que “los altos cargos no podrán aceptar, en consideración a su cargo, ningún tipo de regalo o beneficio de cualquier naturaleza, salvo las muestras de cortesía habitual”.

Es una norma con una redacción muy vaga e insuficiente, según los expertos en transparencia y lucha contra la corrupción. Piden imponer un valor límite en euros y regular unas consecuencias jurídicas añadidas a la posible responsabilidad penal. También lamentan que estas normas el desconocimiento generalizado de estos códigos, incluso por los propios funcionarios.

Helen Darbishire, directora ejecutiva de Access Info Europe, una organización sin ánimo de lucro que promueve la transparencia, añade que debería ser obligatorio por ley que todas las administraciones informen al público de los regalos que reciben.

Recibir un objeto o servicio por un precio exclusivo no debería estar excluido de estas consideraciones porque crea el mismo conflicto de interés con ese donante. “Si me ‘vendes’ un coche de lujo y tengo que pagar solo €100, ¡eso me parece ser un regalo!”, dice Darbishire.

“Tenemos una cultura más laxa que otros países y nos falta mucho por hacer”, dice Elisa de la Nuez, secretaria general de la Fundación Hay Derecho. “Lo ideal sería que algún día culturalmente esté mal visto que un empresario ofrezca un regalo. Sería una muestra de que nos hemos convertido en una sociedad más madura y avanzada”.

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