Una corona de laurel y un minuto de silencio para los héroes
Móstoles celebra su 2 de mayo con un sencillo tributo a sus dos alcaldes
Tañen las campanas de la ermita. La plaza del Pradillo está acordonada. Vacía y sin casi personas. Solo nueve personas apostadas delante del monumento de homenaje a los alcaldes de Móstoles Andrés Torrejón y Simón Hernández. Los nueve guardan silencio. Es el sencillo homenaje que ayer le rindieron la alcaldesa Noelia Posse (PSOE) y los portavoces de los grupos municipales a los dos héroes que se levantaron en armas el 2 de mayo de 1808 contra las tropas francesas acantonadas en la ciudad.
El acto se hace a mediodía y sin darle casi publicidad. Lejos queda la representación en la que participan decenas de vecinos y a la que acuden miles de personas. La plaza del Pradillo, a la que otros años es imposible acceder, se queda ayer en silencio. No hay ni proclamas ni bandos ni tiros contra los enemigos.
La alcaldesa llega acompañada de otros concejales. Se produce un pequeño saludo y un breve intercambio de palabras. Con cierta distancia, eso sí. “Me he quitado las gafas porque con la mascarilla se me empañan todo el rato” es el único comentario de Posse fuera del protocolo.
Los ediles forman delante del monumento, mientras dos policías municipales entregan una corona de laurel con un crespón negro a la regidora. Esta se da media vuelta y la coloca. Acto seguido, lee un breve discurso. “Hoy, 2 de mayo, es una fecha grabada en nuestro calendario, una fecha con un gran significado para todas y todos los mostoleños. Pero este 2 de mayo, aún lo tendremos más grabado que nunca. Grabado con tristeza”, relata Posse. “La alegría de otros años, en esta ocasión, se ve enturbiada por la terrible situación por la que estamos pasando”, añade.
La alcaldesa recuerda que hoy se halla ante “una guerra” como ya les ocurrió a los antepasados en mayo de 1808: “Ante una guerra, con la diferencia de que en la actual, el enemigo a batir es invisible”. Después, tiene un recuerdo para todas las personas que han trabajado para los ciudadanos y los trabajadores municipales “por su gran esfuerzo y su extraordinario comportamiento”.
“Antes de finalizar este breve homenaje, no quiero olvidarme de la cara más triste de esta situación. Lamentablemente, este virus se ha llevado a muchas vidas por delante y Móstoles ha sufrido la pérdida de vecinos y vecinas, por lo que nos encontramos doblemente apenados. Desde aquí, mando mi afecto a las familias”, concluye Posse.
La alcaldesa se dirige de nuevo a su sitio y guarda junto con el resto de acompañantes un minuto de silencio. Un minuto que parece eterno. Algunos paseantes se detienen y contemplan la escena. Todo se paraliza. Móstoles no parece Móstoles. Y menos un 2 de mayo. De fondo, tañen las campanas.
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