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71 bolsas con recuerdos

Una residencia pública en Madrid que sufre por la falta de medios ni siquiera ha podido devolver las pertenencias de los fallecidos a sus hijos y nietos

Bolsas de basura con ropa de los residentes fallecidos en la residencia de la Comunidad de Madrid Nuestra Señora del Carmen, en Madrid.
Bolsas de basura con ropa de los residentes fallecidos en la residencia de la Comunidad de Madrid Nuestra Señora del Carmen.
Fernando Peinado

Unas bolsas de basura amontonadas en un almacén contienen las ropas de 71 ancianos fallecidos en la residencia pública de Nuestra Señora del Carmen, en Madrid. Es una montaña que no para de crecer conforme pasan los días, al igual que los problemas en esa y muchas otras residencias de la Comunidad donde apenas se siente el alivio prometido por las autoridades.

“Manuel, Antonio, Araceli, Ángel, Matilde..., y 66 bolsas más de recuerdos de residentes fallecidos están esperando a que sus familias puedan ir a por ellas ”, dice Ana Belén Hernández, una auxiliar de enfermería. Algunos de los que han muerto llevaban en la residencia casi 15 años, los mismos que ella lleva trabajando en el centro. “Tristeza que un esparadrapo marque los nombres de las bolsas de los fallecidos, impotencia de ver cómo se sigue haciendo todo mal”.

Hijos y nietos no han podido recoger las bolsas porque deben ser desinfectadas. Serán sometidas a un proceso industrial de lavado a más de 60 grados, según una portavoz de la Comunidad de Madrid. Otros recuerdos como joyas, fotos o libros están aún en sus armarios. Nadie ha tenido tiempo de guardarlas en las cajitas que luego se entregan a los familiares.

Se supone, según una idea extendida, que las 25 residencias públicas de la Comunidad de Madrid tienen más medios que muchas privadas, pero los trabajadores lo niegan. Nuestra Señora del Carmen es un centro con 505 plazas en el norte de la capital, pero que al inicio de la pandemia tenía menos de 400 residentes, según los trabajadores. Como pasa en muchas residencias de la región, la ayuda sigue llegando con cuentagotas, a pesar del aterrizaje desde hace 10 días de tres aviones cargados con material sanitario para la Comunidad procedentes de China.

Cuatro sindicatos consultados dicen que siguen faltando de modo generalizado varios de los recursos considerados vitales para aliviar la situación en los centros: respiradores y personal sanitario, cuidadores, test de diagnóstico y equipos de protección individual (mascarillas, guantes y batas). Los trabajadores de la residencia Nuestra Señora del Carmen usaban este lunes bolsas de plástico como batas elaboradas por ellos mismos.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid le dio este lunes a la Comunidad un plazo de 72 horas para poner a disposición de sanitarios y trabajadores de residencias los equipos de protección individual. La decisión es respuesta a una medida de urgencia solicitada por el sindicato CSIF en una demanda contra la Consejería de Sanidad, que ha asumido durante la crisis el mando de las residencias.

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“Deshumanizados”

La habitación de Nuestra Señora del Carmen donde están guardadas las bolsas de basura con la ropa es una de las salas en la parte posterior de la residencia, junto a la lavandería, la cocina y los almacenes. En tiempos normales los familiares de un residente fallecido reciben las pertenencias de inmediato. Desde que empezó esta crisis, las prendas de vestir fueron separadas del resto de pertenencias y empezaron a ser guardadas en ese cuartito donde antes había unos contenedores de basura. Desde hace semanas los trabajadores han ido llevando a ese almacén las bolsas de ropa sin saber muy bien para qué. La gobernanta les ha dicho a algunos en los últimos días que iban a ser quemadas porque estaban contaminadas.

No es la única residencia de la Comunidad donde ha circulado ese rumor. María Isabel Gallardo, familiar de otra residencia pública de la Comunidad, la Gran Residencia en Carabanchel, escribió a este periódico este sábado para quejarse porque le habían dicho que la silla de ruedas, ropa y otras pertenencias de su madre fallecida iban a ser calcinadas. La portavoz de la Comunidad desmiente que ese sea el protocolo y asegura que ropa y silla de ruedas son descontaminadas y luego almacenadas hasta que puedan ser retiradas por las familias.

La auxiliar Hernández, de 42 años, dice que no sabía de la existencia de ese almacén hasta que una compañera le envió la foto. No pudo contener las lágrimas, como le ha pasado en muchos momentos estos días de impotencia. Ha visto a muchos mayores solos, con caras de miedo y angustia. “Algunos parecen haberlos deshumanizado pero son personas a las que hasta hace nada he visto ir al bingo, arriba y abajo, te sonreían...”. No le parece digno que se acumulen así los recuerdos de personas a las que ha tratado durante años, una imagen que dice, resume el abandono de tantos mayores en residencias de Madrid.

¿Conoces casos de brotes de coronavirus en una residencia de la Comunidad de Madrid? Contacta con los reporteros fpeinado@elpais.es o jdquesada@elpais.es o mándales un mensaje por Twitter a @FernandoPeinado o @jdquesada

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Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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