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El alijo del ‘Poseidón’: el narcosubmarino que agranda la escurridiza leyenda de ‘El Burro’

Considerado uno de los jefes intocables del narco gallego, el empresario ha logrado zafarse de su última hazaña: una insólita descarga de coca delante de su propia casa

Golpe policial a la cúpula del narco gallego: cae Juan Vidal Padín El Burro tras casi 20 años en el punto de mira
Juan Manuel Vidal Padín, 'El Burro', sale detenido de un registro en Vilaxoán, el pasado 9 de abril.ÓSCAR CORRAL

En la historia del narcotráfico nunca están todos los que son, pero para la policía solo es una cuestión de tiempo, a veces muchos años de espera. Tarde o temprano, la codicia o el exceso de confianza acaba con aquellos que parecen intocables y son contados los casos de narcos que han sobrevivido en este negocio sin entrar en la cárcel por la táctica de la retirada. El caso de Juan Vidal Padín, alias El Burro, que lleva casi dos décadas en el candelero de las descargas de cocaína en la ría de Arousa pero sin caer en ninguna redada, es ahora el mayor reto policial de la costa oeste. El empresario, sin antecedentes, detenido por primera vez este martes, quedó en libertad por la jueza que dirigió la investigación en la que aparece como sospechoso de fletar en marzo de 2023 el cargamento de cocaína del Poseidón, el segundo narcosubmarino apresado en Galicia procedente de Sudamérica. Según la investigación, el semisumergible se adentró hasta un kilómetro de distancia de la costa, frente al acantilado donde el empresario tiene su búnker particular, su chalé y varios negocios. Allí se realizó el desembarco de la cocaína que luego se almacenó en la nave industrial de una de sus empresas, Náutica Vidal, según la policía.

En medio de un enorme despliegue de agentes antidroga, Juan Vidal, de 54 años, pasó 24 horas esposado y no quiso declarar en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra aunque fue asistido por un abogado de oficio. Solo dijo que declararía en el juzgado donde fue sometido a un largo interrogatorio. La juez que dirigió la operación conjunta de la Unidad Central de Estupefacientes, las unidades del ECO y EDOA de la Guardia Civil y Servicio de Vigilancia Aduanera, lo dejó en libertad junto a otros cinco supuestos colaboradores del presunto narco, uno de ellos arrestado en Fuerteventura.

La magistrada le impuso como medida cautelar su comparecencia quincenal en el juzgado como investigado por un presunto delito de contrabando relacionado con las cuatro embarcaciones incautadas en una de sus empresas. Una de ellas estaba en construcción y otra, la más llamativa de 16 metros y cuatro motores de 1.680 caballos, una de las mayores y potentes incautadas de la última generación de lanzaderas capaces de alcanzar aguas internacionales para alijar cargamentos en apenas cinco horas.

Pese a un año de investigaciones para reconstruir la llegada del Poseidón a Galicia y su conexión con el avistamiento mediante cámaras infrarrojas de varias planeadoras, días antes de que el narcosubmarino apareciera a la deriva el 11 de marzo del pasado año, todo el esfuerzo policial ha sido inútil para implicar a El Burro en esta operación transoceánica, al menos por ahora. El hecho de que el semisumergible de 15 metros de eslora apareciese flotando en el entorno de las propiedades del detenido es mucha casualidad y un indicio más de las hazañas de El Burro, pero no es una prueba fehaciente, como tampoco se le ha podido involucrar con las dos enormes lanzaderas (cuyo coste se estima en unos 300.000 euros cada una) que aparecieron varadas con motores y combustible en distintas playas al otro lado de la ría, pero en la provincia de A Coruña. La hipótesis policial es que los pilotos las abandonaron al ser alertados de que habían sido descubiertas por los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) instalados en varios puntos estratégicos de la ría de Arousa.

La investigación concluye que al no poder recoger ambas planeadoras el cargamento en alta mar, Vidal ordenó a los tripulantes del narcosubmarino que se adentraran en la ría en una larga travesía nocturna. Una vez desembarcado el alijo a pie de la playa desde donde se divisa Náutica Vidal, los marineros intentaron remolcar el navío para sacarlo mar adentro, pero al no lograrlo optaron por abandonarlo hasta que un mariscador lo divisó a la deriva.

Agentes de la policía, Vigilancia Aduanera y Guardia Civil custodian la propiedad del investigado durante el registro de Náutica Vidal.
Agentes de la policía, Vigilancia Aduanera y Guardia Civil custodian la propiedad del investigado durante el registro de Náutica Vidal.ÓSCAR CORRAL

Tras horas de registro en las naves de la empresa Hermanos Vidal Padín S.L., incluso con perros adiestrados ante la sospecha de que pudieron servir de escondite del alijo del Poseidón, los agentes no localizaron ni rastro de estupefacientes. Tampoco en la casa de Vidal ni en las del resto de los detenidos apareció alguna prueba, como anotaciones o elementos de navegación que les relacionase con el viaje del Poseidón, y mucho menos para incriminarlos con el narcotráfico. La falsa alarma que generó la detención de El Burro ha agrandado todavía más la vieja leyenda en torno a este huidizo personaje que ha sabido vivir permanente bajo la sospecha de narcotraficante, y al mismo tiempo estar alejado del foco mediático como un empresario multifacético con negocios como la náutica de lujo, activos inmobiliarios y venta de productos de pesca y marisqueo.

Mientras otros históricos jefes del narcotráfico del mismo nivel que la policía le atribuye a Vidal Padín pecaron de arrogancia o fueron delatados hasta acabar entre rejas, no solo una sino varias veces, El Burro es el único que ha conseguido ganarle por el momento la partida a la policía, rodeado de lugartenientes leales y siempre imponiendo un absoluto hermetismo en sus negocios. Este empresario, que ha desafiado el control policial con un narcosubmarino, afronta una investigación por contrabando y una exhaustiva inspección de la Agencia Tributaria por un posible blanqueo de dinero, según avanzó la policía.

El hombre que hizo tambalear la política gallega

Juan Manuel Vidal y su hermano Santiago, conocidos policialmente como Los Burros, constituyeron un holding empresarial que llegó a superar las 30 sociedades en la pasada década. En 2011, una investigación de Aduanas levantó la liebre de otro peso pesado de los negocios, el empresario lucense Jorge Dorribo (fallecido en 2019), dueño de los Laboratorios Nupel.

Sus declaraciones inculpatorias dieron origen a la Operación Campeón, la mayor trama de fraude de subvenciones, cohecho y tráfico de influencias que se juzgó en Galicia, aunque el proceso llegó a juicio desinflado por falta de pruebas. En la causa llegó a estar investigado el exministro socialista José Blanco, hasta que las diligencias fueron archivadas. El exconselleiro nacionalista Fernando Blanco y el exdirector del instituto de crédito de la Xunta de Feijóo, Joaquín Varela de Limia, también estuvieron en el punto de mira, pero Blanco fue absuelto, mientras que Varela de Limia fue sancionado con unos meses de inhabilitación.

Con los teléfonos pinchados Aduanas constató que Juan Vidal y Jorge Dorribo eran más que amigos y que estaban conectados con una empresa de gestión de préstamos hipotecarios y promoción urbanística que aparecía en el listado de sociedades de la causa de la Operación Campeón. Dorribo le ofrecía sus servicios en la gestión de préstamos y subvenciones ante el Instituto Galego de Promoción Empresarial (Igape), dependiente de la Xunta, y otros organismos públicos. La relación de ambos era muy estrecha hasta el punto de que Dorribo llegó a comprar a través de Vidal dos yates (Mansoor y Evelyn), fondeados y embargados en el puerto deportivo de Vilagarcía de Arousa, de cuyo mantenimiento se encargaba su empresa náutica.

También aparece embargado en la causa un espectacular chalé que Dorribo compró en 2007 por más de un millón de euros. La casa está estratégicamente situada con vistas a la ría en una urbanización de Carril, en el término municipal de Vilagarcía, cuyo promotor fue el excontrabandista y narcotraficante Luis Falcón, alias Falconetti.

De la investigación de la Agencia Tributaria afloraron varias subvenciones que recibió Vidal, aunque Aduanas no pudo probar un posible delito de blanqueo en sus negocios, las inspecciones de Hacienda que originaron la Operación Campeón sí dieron su fruto. La Agencia Tributaria denunció ante la fiscalía de Pontevedra a Padín Vidal por fraude fiscal, al no declarar 600.000 euros de los dos millones que supuestamente recibió de una promotora creada en 2001 para construir una urbanización de chalés adosados en Toledo.

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