Almeida aspira en Madrid a la senda absolutista de Ayuso mientras la izquierda suspira con ser la sorpresa
El alcalde de la capital cierra la campaña con optimismo, aspira a gobernar en solitario, sin Vox, mientras Más Madrid, PSOE y Podemos buscan una movilización sin precedentes y Ciudadanos se la juega
José Luis Martínez-Almeida llega al penúltimo acto electoral de campaña en un hotel de la plaza de España. Un chaval de mediana edad, sonriente, se acerca junto a su madre:
— Alcalde, ¿una foto?
Un minuto después, más de lo mismo:
— Almeida, ¿un selfi, por favor?
Almeida sonríe. Está en su salsa. Ahí está gran parte de la gestión del alcalde de Madrid en estos cuatro años, donde ha vivido una auténtica montaña rusa política. De ser el “alcalde de España” —con visita a El Hormiguero incluida― a estar en el limbo, con dos graves crisis políticas, la de su partido —en la que él fue portavoz nacional durante la caída del líder Pablo Casado con el intento de espionaje a la presidenta Isabel Díaz Ayuso desde su Ayuntamiento a través de altos cargos municipales― y el pelotazo de las mascarillas, cuando dos comisionistas madrileños vendieron material sanitario al consistorio en marzo de 2020 por un valor de 15,8 millones de euros cobrando por ello una comisión de casi seis millones. Las dos crisis se produjeron en un mes, en febrero de 2022, que ya suena casi al siglo pasado y que, un año después, coloca a Almeida a las puertas de la mayoría absoluta. El PP, eso sí, necesita este domingo 29 concejales, 14 más que ahora.
Quienes trabajan con el alcalde a diario recalcan que el político madrileño que entró en el palacio de Cibeles hace cuatro años obteniendo el peor resultado de la historia del PP —con un acuerdo a tres bandas entre Ciudadanos y Vox— ha sabido recoger gran parte del éxito de Álvarez del Manzano, el alcalde de la capital de España entre 1991 y 2003. Manzano, por encima de un legado visible, basó gran parte de su éxito en la simpatía sobre la gestión. Tanto es así, que el propio Almeida tiene serias dificultades para explicar en entrevistas su legado en estos cuatro años, poner en la mente de los madrileños un símbolo reconocible con su sello. No hay conversación en la que no presuma de la nueva Plaza de España, reformada, ampliada, peatonalizada, pero iniciada por Manuela Carmena en 2018.
Si el popular Alberto Ruiz Gallardón proyectó Madrid Río, si Ana Botella gestó el servicio de bicicletas eléctricas, y si Carmena lanzó Madrid Central, reformó la Gran Vía y desarrolló la nueva Plaza de España, ¿qué ha hecho Almeida para que las encuestas digan que acaricia la mayoría absoluta de los 29 ediles? “Hemos tenido una campaña buenísima”, reconoce un miembro del equipo de Almeida. Más de 30 entrevistas y, al contrario que Carmena hace cuatro años, un solo debate, donde resultó ganador junto a la candidata de Más Madrid, Rita Maestre. Almeida, de perfil bajo en estos 14 días, lidera todas las encuestas, amplificado, sobre todo, por una campaña electoral marcada en clave nacional.
“El PSOE lo ha planteado así también con los anuncios de Pedro Sánchez y eso nos ha beneficiado, más aún en los últimos días, con una tormenta perfecta”, apunta un alto cargo municipal. “Hoy la derecha está muy movilizada y Ayuso es un tsunami. Es muy difícil que un votante del PP coja la papeleta de Ayuso y no coja la de Almeida en Madrid”, subraya otro alto cargo. La máxima diferencia entre los votantes del PP en la Comunidad y el Ayuntamiento se produjo en 1999, cuando Gallardón, que se presentaba a la presidencia de la región, obtuvo un 4,7% más de votos en la capital que el alcalde Manzano. Todo apunta a que este domingo no será el caso.
Almeida, de 48 años y abogado del Estado, dice que, de no lograr la absoluta, tampoco pactará con Vox. Gobernará en solitario. La extrema derecha, eso sí, llega a las urnas con el objetivo de entrar en los despachos del palacio de Cibeles. Javier Ortega Smith repite por tercera vez como candidato. No ofrecerá pactos de gobierno si no cuenta con un sillón en la Junta de Gobierno bajo el brazo. ¿Y Ciudadanos? Otra de las grandes incógnitas de la noche. Begoña Villacís busca ahora esos 80.000 votos para ser decisiva. Las encuestas auguran que estaría en el limbo. El partido que estuvo a 60.000 votos de Almeida en 2019 afronta este domingo un día clave. Su final político. O su supervivencia.
¿Y la izquierda? Con sus cuitas internas, sobre todo en la recta final de campaña. PSOE y Podemos han lanzado pullas constantes a Más Madrid y a su candidata, Rita Maestre. El electorado progresista en Madrid llega dividido, con alguna opción, aunque muy escasa, de arrebatar la alcaldía al PP. La movilización y la entrada de Ciudadanos y Podemos será clave para que estas opciones sigan intactas. Las encuestas barajan que la socialista Reyes Maroto mejorará los resultados de 2019 de Pepu Hernández. El PSOE lleva en caída libre los últimos 20 años, donde ha perdido más del 60% de los votos. De 625.148 votos con la candidata Trinidad Jiménez en 2003, a 223.000 votos con el entrenador Hernández en 2019. Los socialistas no gobiernan en Madrid desde 1989.
Rita Maestre, ganadora del debate con Almeida, busca afianzarse como la heredera de Carmena. Son la fuerza más votada de Madrid. Si no logra ser la sorpresa, el partido comenzará a debatir su futuro interno y Maestre, aunque permanecerá en Cibeles, será muy difícil que repita como candidata en 2027. Podemos, por su parte, con el atleta Roberto Sotomayor a la cabeza, se presenta por primera vez en el Ayuntamiento. Las encuestas auguran que entrarían con tres ediles y con más de 80.000 votos. Este domingo, sobre las 21.30, se desvelará la incógnita. Las mesas electorales comenzarán a contar primero los votos municipales. Y, después, los de la región.
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