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El PP usa la reforma fiscal de Sánchez para frenar los guiños de Gabilondo a los votantes de Cs

Díaz Ayuso se vuelca en señalar que el aspirante del PSOE dijo que no subiría los impuestos en los próximos dos años, mientras que el Ejecutivo quiere hacerlo en 2022

En vídeo: declaraciones de Isabel Díaz Ayuso.Foto: EFE | Vídeo: Isabel Infantes

A primera hora del martes, Isabel Díaz Ayuso resume su crítica a Ángel Gabilondo con una foto en la que aparece la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, riéndose. El día anterior, el Gobierno de Pedro Sánchez había anunciado que quiere impulsar en 2022 una armonización fiscal, que en el caso de Madrid supondría subir los impuestos de sociedades, patrimonio —bonificado al 100%— y sucesiones —al 99%—. Como el candidato del PSOE se presentó a los comicios con la promesa de que no tocaría la fiscalidad en 2022 y 2023, el PP ve inmediatamente una oportunidad para desacreditar el discurso moderado con el que Gabilondo intenta atraer a los votantes desencantados de Cs. “Caretas fuera”, escribe en un tuit la presidenta de la Comunidad, pese a que Gabilondo reitera este martes su promesa con el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

“Hoy martes y 13 es el día negro de la izquierda en España”, ha ironizado Díaz Ayuso durante un acto con los representantes de una cadena hotelera. “Vemos a la ministra de Hacienda riéndose cuando dice que va a subir los impuestos de donaciones, sucesiones y patrimonio a los madrileños”, ha dicho. “Vamos a seguir bajando los impuestos de la Comunidad de Madrid y nos hemos comprometido a realizar la mayor bajada de impuestos de la historia”, ha añadido, pese a que su Ejecutivo ha sido el primero del PP en Madrid que no baja los tributos desde 2004, y a que sus propios técnicos ven muy difícil cumplir esa promesa en medio de la histórica crisis de recaudación que ha provocado la pandemia.

“Es una incongruencia”, ha ampliado sobre el PSOE Enrique Ossorio, portavoz del Gobierno de Madrid y coordinador del programa electoral de Díaz Ayuso, que ha atribuido esa decisión a los “pactos” del Gobierno de Pedro Sánchez con Cataluña.

“El espectáculo de la ministra de Hacienda es, desde el punto de vista democrático, una injerencia en las elecciones, porque es decirles a los madrileños que les va a dar igual lo que voten, porque ella va a subir los impuestos a todos”, ha rematado José Luis Martínez-Almeida, el portavoz nacional del PP y alcalde de la capital, durante un foro informativo organizado por el diario Abc.

El PSOE ganó las elecciones de 2019, pero no logró gobernar por un pacto entre el PP, Cs y Vox. Gabilondo, que ya se ha presentado dos veces como candidato a la presidencia de Madrid, con dos resultados muy similares (25% en 2015, y 27% en 2019), sabe dónde está su margen de mejora en 2021: busca atraer a votantes de Cs desencantados con un proyecto al que casi ninguna encuesta da representación.

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La promesa de no subir impuestos durante la pandemia

Para cumplir con ese objetivo, el aspirante de los socialistas hizo en marzo una promesa dirigida principalmente a esos electores: no subir impuestos lo que resta de legislatura (2022 y 2023) con el argumento de que será un momento de transición marcado por los efectos de la pandemia.

“Propongo un Gobierno excepcional para Madrid de dos años, hasta 2023. Un Gobierno excepcional no toca la fiscalidad. Ni para subir los impuestos como proponen unos ni para bajarlos como proponen otros. No los vamos a tocar”, argumentó el candidato de los socialistas en un artículo publicado en EL PAÍS.

Un compromiso que ha reiterado este martes Gabilondo, ante el aluvión de críticas del PP. “Ratifico mi compromiso, que permanece intacto de que no tocaré la fiscalidad en Madrid. Nadie pagará un euro más en impuestos”, ha insistido tras un paseo por Coslada con su alcalde, Ángel Viveros. “Madrid no puede ser una isla en el mundo ni en Europa, pero ratifico que permanece intacta mi palabra de que no tocaremos la fiscalidad. La razón es que venimos de una pandemia y ha habido un gran sufrimiento en las familias. Necesitaremos unos años para recuperar el empleo y la economía. Y para eso necesitamos estabilidad fiscal”, ha enfatizado. “Estamos hablando de un plan de recuperación que en Europa exige como condición para que ese plan se active que se hagan reformas e inversiones. Lo que hace la ministra, como le corresponde, es acordar con los otros países cuáles deben ser esas reformas e inversiones. No decimos una cosa y ella otra”.

El presidente del Gobierno ha cerrado filas con el candidato socialista el 4-M al tiempo que se afanaba en rebajar la alerta del PP por una posible subida impositiva: “En la autonomía de su condición de candidato del PSOE, Gabilondo plantea su propuesta para Madrid”, ha dicho este martes Sánchez. “La tarea que tiene el Gobierno de España es amoldar todas las sensibilidades y demandas largamente acumuladas durante estos últimos años, porque España es un país diverso desde el punto de vista territorial con multiplicidad de casuísticas que también tienen su traducción desde el punto de vista fiscal”.

Que el PSOE tenga éxito en su estrategia de atraer votantes de Cs es todo un peligro para el PP. Díaz Ayuso corre el riesgo de acabar jugándose las elecciones a todo o nada: o mayoría absoluta o victoria sin apoyos para gobernar. Tan grande está siendo su capacidad para atraer a votantes de Cs y Vox que estos partidos podrían quedarse incluso fuera de la Asamblea, por incumplir el criterio de sumar al menos el 5% de los votos emitidos. Por ello, el PP no puede dejar escapar ni un solo voto de Cs. Y desde el lunes, al ver la propuesta de la ministra Montero, activó toda su maquinaria comunicativa para neutralizar el discurso moderado de Gabilondo.

No es un pulso menor. Al contrario. Es una de las diferencias más agudas entre los modelos que ofrecen PP y PSOE. Así, el Gobierno regional y el nacional llevan dos años chocando por las rebajas fiscales de la Comunidad de Madrid, que han supuesto que las arcas públicas regionales dejaran de ingresar más de 50.000 millones de euros desde 2004.

Mientras que los partidos que sostienen al Gobierno central (PSOE y Unidas Podemos) acusan al Ejecutivo regional de competencia desleal —dumping fiscal, le dicen, señalando que Madrid busca atraer a las grandes fortunas de toda España—, las formaciones que sustentaron hasta ahora al regional (PP, Cs y Vox) defienden que así se dinamiza la economía y el empleo, y retan al resto de autonomías a seguir su receta. Todo, en medio de una campaña electoral en la que atraer a los votantes de Cs se ha convertido en el gran objetivo del PP y PSOE.

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