Calores sin colas en las estafetas en las últimas horas para votar por correo
La normalidad marca la última jornada antes del límite ampliado a las 14 horas de este viernes para emitir el sufragio por esta vía. Ausencia de aglomeraciones y agilidad al final del proceso
Las escenas en la mayoría de estafetas del país se sucedieron ayer con la normalidad como nota común, el calor predominante y la falta de aglomeraciones para votar a última hora por correo. Esta es una panorámica en varias comunidades:
Madrid: Silencios en la oficina
El ambiente es tranquilo, incluso silencioso, en la oficina de Correos del barrio de Tetuán cerca del estadio Santiago Bernabéu a las 11.15 de la mañana. Hay un goteo débil pero constante de personas que van a enviar el voto. Ante esta tranquilidad, un hombre que llega a tramitar un paquete comenta con ironía: “Unas colas horribles aquí, ¿eh? ¡Qué agobio!” Y remata: “¡Qué cuento tienen todos!”. Entre la decena de personas que ha ido a depositar su voto se encuentra Pablo Espuela, de 36 años. “Lo solicité telemáticamente el 8 de julio con el certificado digital del DNI”, informa. Ha apurado hasta este jueves porque estaba de vacaciones y le ha parecido que todo estaba muy claro durante el proceso: “Te llega una notificación de que ya está disponible la documentación. Me parece fiable, también porque te piden el DNI. ”, matiza.
Más crítico es Alberto Blázquez, de 58 años. Admite que el voto por correo está bien organizado, pero no desmiente las declaraciones del líder del PP sobre la incompetencia de la dirección de la Sociedad Estatal: “No tiene nada que ver la dirección de Correos con que esté bien organizado. De ellos no quiero decir nada porque no los conozco. Mi experiencia ha sido llegar y votar, no he esperado nada”. Es la primera vez que vota por correo, porque prefiere, si puede, ir en persona y se queja de que Pedro Sánchez haya convocado elecciones en mitad de julio: “Con la movida que se han montado aquí, nos hemos gastado 85 millones de euros del dinero de todos. Las podía haber unido y así nos habríamos ahorrado pasta”.
A media mañana, en la oficina de Correos de la calle Hermanos García Noblejas, en el madrileño barrio de Pueblo Nuevo, están muy tranquilos. En solo tres de los siete mostradores con los que cuenta la oficina hay trabajadores para atender a la poca gente que hay. “El mal trago ya lo pasamos este lunes, pero eso lo superamos, afortunadamente”, dice una trabajadora que prefiere no dar su nombre mientras mira a su alrededor para demostrar que no hay casi nadie. A esta hora, solamente hay dos personas en la oficina que quieren depositar su voto.
Media hora después, la oficina de García Noblejas se vacía por completo, no hay nadie más que los trabajadores. Al igual que otras oficinas de la zona, como la que está situada en el barrio de Quintana, en la calle Alcalde López Casero, en barrio de la Concepción, que a la una y media de la tarde ya se ha despejado de personas. O en la sucursal de Ventas, en la Avenida Marqués de Corbera, donde María Fernández, de 29 años, llega sobre las tres de la tarde, y tarda menos de un cuarto de hora en votar. “Todo ha sido muy rápido porque no había nada de cola”, celebra Fernández, que ha venido a recoger el voto y a depositarlo en el mismo instante.
Joaquina Barragán, de 60 años, es una rara avis entre la ola de gente que ha tenido una experiencia sin complicaciones. Cuenta que solicitó el voto por correo el 6 de junio, pero que como no le llegaba a su domicilio, ha ido a reclamarlo a esta oficina . “Aquí me han explicado que mi documentación está en la oficina de al lado de mi casa, así que voy a ir esta tarde a votar”, aclara. José María, de 65 años, normaliza la experiencia del voto por correo: “Ya lo he hecho otras veces y esta se ha hecho igual de bien”. Lo solicitó porque era probable que el domingo de las elecciones tuviera que trabajar, en Atención al Cliente en la estación Chamartín. “Feijóo es un gran imbécil, que no defiende lo público”, dice al ser preguntado por las declaraciones del líder del PP.
La normalidad que se vive en estas oficinas madrileñas tiene un precio invisible: el esfuerzo de los trabajadores de Correos. Un empleado de una de estas oficinas que ha preferido no dar su nombre se defiende de las críticas e insinuaciones que estas semanas han inundado las noticias: “Se nos está atacando y no puede ser. Queremos demostrar que estamos dejándonos la piel. La gente que venía a votar ha sido fantástica y nos daba las gracias, pero los comentarios de Feijóo al final nos perjudican a los trabajadores, no a la dirección o al presidente. Además, habiendo sido él [Feijóo] presidente de Correos, es un comentario muy desacertado. ”
Cataluña: Ritmo “de bajada”
Natalia y Joaquim, que deben rozar la treintena, salen de la oficina de correos de Sant Boi (Barcelona). Acaban de votar. Cuatro personas en el interior y una esperando. Ha sido todo muy rápido, celebran. “Cinco minutos”. El lunes, en cambio, cogieron número para recoger la documentación que le habían enviado y se fueron a hacer recados porque les dijeron que había mucha gente por delante. El viernes se van de casa rural y no querían sufrir por si llegaban a tiempo para votar. “Es la primera vez que votamos por correo, y hay demasiado burocracia”, lamentan. “Tuvimos que notificar nuestra intención de votar por correo, esperar la documentación; ir a buscarla a la oficina (el lunes) porque cuando vino el cartero a casa no estábamos, y hoy regresar para votar”.
La alegría por la rapidez con la que han sido atendidos esta vez es doble, porque a ella le tocó estar en una mesa electoral pero finalmente se libró porque la reserva de la casa rural era anterior a la convocatoria electoral. “Ahora ya nos vamos tranquilos, con todo hecho”, celebran.
El ritmo de trabajo en la oficina de Sant Joan Despí (Barcelona) también es pausado. Apenas hay dos personas en el interior del establecimiento y nadie espera. Uno de los administrativos confirma que el lunes y el martes fueron los “peores” días. “Toda la gente que estaba fuera de casa el fin de semana y recibió el aviso de correo vino a principios de semana a buscarlo”, concreta. Ahora ya va todo “de bajada”.
La organización interna no ha sido sencilla. El personal a media jornada ha aumentado el volumen de trabajo y los empleados a tiempo completo han tenido que realizar horas complementarias. “Todos hemos tenido que organizarnos”, explica otra compañera. La gente, dice, se ha tomado la situación “con comprensión”, y los únicos problemas llegan por una mala interpretación del orden. Los oficinistas permitían que aquellas personas que recogían la documentación emitieran el voto en la misma visita y sin volver a hacer cola cuando cumplimentaban los documentos. “A parte de esto, la gente se lo ha tomado bien”, explica la empleada.
Un total de 276.349 de electores han solicitado el voto por correo en Cataluña, 224.207 de forma presencial y de 52.142 de forma telemática. Correos ya ha hecho entrega del 100% de la documentación para el voto por correo a quien lo solicitó y, de hecho, el 90% del total ya ha votado. El delegado del gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, ha afirmado que la cifra de peticiones es “absolutamente récord” al haberse triplicado las peticiones de las anteriores elecciones generales celebradas en 2019. Prieto ha considerado “recomendable” ampliar la ventanilla para votar hasta las 14.00 horas de este viernes para garantizar a quien no ha podido ejercer su derecho al voto y ha pedido a quienes han puesto en duda el proceso electoral que se disculpen por “el daño irreparable” infringido a Correos. Este 23-J están llamados a votar en Cataluña 5.703.737 electores que escogerán a 48 diputados y 16 senadores.
Comunidad Valenciana: estafeta prácticamente vacía a la hora del cierre nocturno
En la Comunidad Valenciana se han solicitado unos 181.765 votos por correo, la mayoría a través de petición presencial. Este jueves la nota dominante en las oficinas ha sido la normalidad y la poca afluencia de público, solo los más rezagados. En la oficina de la plaza del Ayuntamiento de Valencia esta mañana, a la hora de la apertura, sobre las ocho y media, apenas había cuatro personas para ejercer el voto. Cerca de las ocho de la tarde, otra de las oficinas más activas de la capital, la situada en la avenida del Cid, estaba prácticamente vacía a dos horas todavía del cierre, a las 22 horas. Según Correos, no ha habido incidencias reseñables a lo largo de la jornada. No obstante, este viernes Correos abrirá las puertas de sus despachos incluso en municipios con festivos locales Oliva y Albaida.
Andalucía: “Me he venido de la playa a Sevilla para votar”
En Andalucía no se han registrado incidencias con el voto por correo. El pasado martes el delegado del Gobierno en esta comunidad, Pedro Fernández, avanzó que el 98,2% de los solicitantes ya habían recibido la documentación y solo el 1,8% no la tenían y tendrían que retirarla en las oficinas de Correos. “Es muy grave que alguien se invente esos problemas en el voto por correo para poner en duda un proceso si el resultado no es satisfactorio. Atenta contra los pilares de la democracia”, dijo sobre las sospechas vertidas por dirigentes del PP y Vox al respecto.
En la oficina de Avenida de la Constitución de Sevilla un joven se quejaba: “Me han fastidiado un poco, me he venido de la playa a Sevilla para votar. Mañana debo coger un vuelo, salgo de viaje. De haber sabido que se ampliaba el plazo hubiera venido mañana a primera hora directamente y no tendría que pasar la noche aquí con el calor que hace”.
Euskadi: “Absoluta normalidad”
Un portavoz de Correos Zona Norte asegura que la jornada ha discurrido “con absoluta normalidad” y “muy tranquila” en la sede principal de la empresa postal en Bilbao. Esto mismo lo hemos podido constatar en las oficinas centrales de San Sebastián, donde no se han producido aglomeraciones. Al contrario, a este lugar han acudido muy pocas personas a tramitar su voto por correo.
Con información de: Bernat Coll, Àngels Piñol, Mikel Ormazabal, Cristina Vázquez, Eliona Rakipaj, Nora G. Fornés y Javier Martín-Arroyo
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