Abascal avisa de que su hostilidad hacia EL PAÍS “no va a cambiar”

EL PAÍS no veta a Vox. Considera que es su obligación ofrecer información a sus lectores sobre todos los partidos con opciones de jugar un papel relevante tras las elecciones del próximo domingo. Por eso, EL PAÍS solicitó una entrevista con Santiago Abascal, igual que con los demás candidatos, sin obtener respuesta. También invitó al líder de Vox a participar en un debate electoral con los cabezas de lista de los otros partidos de ámbito nacional, oferta que finalmente declinó; y, pidió acompañarle durante una jornada de campaña, para hacer un reportaje, exactamente igual que a los líderes del PSOE, PP y Sumar. Esta última petición sí fue aceptada y el artículo se ha publicado este martes en EL PAÍS.

Durante el desayuno informativo organizado esta mañana por Europa Press, un periodista ha preguntado a Abascal si la publicación del reportaje de campaña significa que “va a cambiar la política hostil de Vox hacia ciertos medios de comunicación”. “Igual debería plantearse si no ha sido hostil la presencia de ese periodista en concreto, que no lo ha sido, ha sido razonable, no ha contribuido a la demonización”, ha empezado diciendo en relación con el citado reportaje.

A continuación, sin embargo, ha intentado justificar por qué Vox lleva cuatro años vetando a los periodistas de EL PAÍS y la SER, del Grupo Prisa, entre otros medios de comunicación, en todos los actos y ruedas de prensa que celebra en su sede o en recintos alquilados, de forma que solo pueden acceder cuando tienen lugar en la vía pública o en instituciones en las que el partido ultra no puede impedirles el paso. “El problema es muy sencillo”, ha dicho. “No puede ser que un medio de comunicación tenga un editorial en el que diga que a Vox hay que aplicarle un cordón sanitario, que es lo que ha hecho el diario EL PAÍS, y que después pretenda que nosotros actuemos como si no pasara nada, que vienen a nuestra sede, les ponemos el desayuno, unas pastitas, qué majos sois… pues no, si ustedes nos aplican un cordón sanitario, entenderán que nosotros reaccionemos de alguna manera. Eso no va a cambiar. Nosotros no somos el Partido Popular, a nosotros no nos gusta que nos peguen golpes los periodistas y quedarnos con los brazos cruzados, nosotros respondemos, el periodismo tiene que ser crítico, pero el político tiene todo el derecho de responder al periodista, incluso todo el derecho de no responder, y desde luego nosotros no vamos a permitir que se nos demonice de esa manera”.

Abascal se refería a un editorial, publicado por EL PAÍS el 6 de noviembre de 2019, en el que se advertía de que los argumentos utilizados por el líder de Vox en el debate televisivo entre candidatos a La Moncloa en las elecciones generales de aquel mes, muchos de ellos de carácter xenófobo e intolerante, exigían “activar todas las alarmas”. Asociaciones de la prensa y tribunales, incluido el Tribunal Supremo, han advertido repetidamente a Vox de que no puede vetar a periodistas, y vulnerar así el artículo 20 de la Constitución, que garantiza el derecho a la información de los ciudadanos, porque no le guste el contenido de un editorial, amparado por la libertad de expresión.

EL PAÍS no ha sido el único medio al que ha atacado Abascal desde la tribuna de Europa Press sin posibilidad de réplica. El líder de Vox ha cargado contra otro diario “más cercano a Génova 13″, sede del PP, al que ha acusado de realizar un ataque “terrible” y “absolutamente intolerable” contra Vox por dibujarlo con una cruz gamada. Aunque no lo ha citado, al contrario que a EL PAÍS, supuestamente se refería a una viñeta de humor gráfico publicada por el diario Abc.

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