Las encuestas suben la moral del PSOE

La última semana ha supuesto una inyección de moral inesperada para el PSOE, que salió hundido de las elecciones municipales y autonómicas. Los comicios del 28-M dejaron a los socialistas con el poder local más reducido su historia reciente —en 2011, el varapalo anterior, aún conservaron Andalucía— y la posibilidad de perder La Moncloa. La entrevista de Pedro Sánchez de la semana pasada en El Hormiguero, un programa de máxima audiencia, animó mucho a los socialistas, convencidos de que en estas semanas pueden intentar reducir el efecto del antisanchismo, demoledor en las municipales y autonómicas. Pero lo que ha terminado de enchufar a la cúpula del PSOE son las encuestas de los últimos días, especialmente la de este lunes elaborada por 40dB. y publicada en EL PAÍS y la Cadena SER, que sitúa al PSOE solo dos puntos por debajo del PP. En la cúpula del PSOE y del Gobierno manejan un estudio comparado de diferentes sondeos publicados en estos días, incluidos algunos no muy favorables para ellos, pero todas tienen algo en común, según el documento interno que trabajan en el PSOE: el bloque de la derecha está bajando y el de la izquierda está subiendo en las últimas dos semanas.

La clave de este giro, aún no suficiente para pensar en un vuelco pero sí sostenido según todos los sondeos publicados, son los acuerdos del PP y Vox, que están teniendo un efecto mucho más fuerte del que esperaban los populares pero también los socialistas. De nuevo, se trata de un factor exógeno, que ninguno de los dos principales actores puede controlar, el que domina la campaña. Como sucedió en las municipales con las listas de Bildu, un asunto que no sacó el PP, sino la asociación Covite, pero los populares utilizaron con mucha fuerza para romper la campaña socialista, ahora es una cuestión como los pactos del PP y Vox, que no controlan directamente los socialistas, la que está rompiendo la campaña de los populares.

Según este estudio que manejan en La Moncloa y en el PSOE, todas las encuestas publicadas muestran una tendencia creciente del PSOE y sobre todo un escenario mucho mejor para el bloque de izquierda del que había tras las elecciones municipales, cuando los primeros sondeos daban una mayoría absoluta muy clara para la suma de PP y Vox. Las dos encuestas publicadas hoy, la de EL PAÍS y la de Abc, son muy diferentes —la primera da 125 escaños al PP y la segunda 150—, pero las dos coinciden en algo: una subida del bloque de izquierdas y una bajada del de derechas, entre 7 y 10 escaños.

Con esta realidad de los sondeos, que los socialistas confían en que aún se consolide más en los próximos días, en la cúpula del PSOE creen que se va a instalar la idea de que hay partido. Esto es siempre una cuestión de doble filo. Por un lado, moviliza a los votantes propios, los progresistas, que según las encuestas hasta hace poco asumían que la victoria de la derecha es inevitable, algo que siempre desactiva a los votantes, pero a la vez también anima a ir a votar a la derecha para garantizar que Pedro Sánchez no sigue en La Moncloa, uno de los mensajes centrales de la campaña del PP y Vox.

Algunos en el PSOE creen que si la tendencia se mantiene sería incluso posible pensar en un vuelco y lograr que Sánchez fuera el más votado, algo que hace unas semanas era impensable. La encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER publicada este lunes plantea que el PP tiene una ventaja de solo dos puntos sobre el PSOE, algo que, según este análisis más optimista de algunos dirigentes, podría girar durante la campaña teniendo en cuenta que estas semanas frenéticas suelen consolidar la tendencia y aún queda un decisivo debate cara a cara que podría mover algo el voto. En las municipales pasó exactamente lo contrario, el PP fue ganando espacio en cada encuesta montado en las polémicas por las listas de Bildu y el voto por correo. Los socialistas confían en que ahora sea al revés, que el PSOE vaya afianzando su recuperación. Pero en política nadie juega solo, y el PP también está trabajando para cortar de raíz y cuanto antes el desgaste que le ha supuesto los pactos con Vox, y por eso ha acelerado el pacto en Extremadura, el que más daño le estaba haciendo.

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