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Feijóo llamará a los barones del PSOE si gana para que convenzan a Sánchez de que se abstenga en su investidura

El programa electoral del PP contempla una decena de derogaciones y contrarreformas de las leyes de la coalición progresista. Vara califica de “indecencia” que el presidente de los populares pida la abstención a los socialistas si su partido gana el 23-J

Feijóo, durante la presentación de esta mañana en Madrid, con una imagen en croma del palacio de La Moncloa. Foto: ÓSCAR CORRAL | Vídeo: EPV

“Derogar el sanchismo implica derogar leyes equivocadas, pero no quiero gobernar para practicar revanchas de ningún tipo”, ha reflexionado este martes Feijóo en la presentación de su programa para las elecciones del 23-J. “No quiero ganar para anular completamente a nadie. Las vendettas y el sectarismo pretendo que se vayan con el actual presidente y el actual Gobierno”, ha insistido a modo de mensaje a los sectores más radicales de la derecha que le piden que arrase con todo lo que ha hecho el Ejecutivo de Pedro Sánchez en los últimos cinco años.

Sin embargo, el plan del líder del PP no se queda corto, y el programa promete una decena de derogaciones y contrarreformas de la coalición progresista, aunque evita concretar muchos de sus planes, en un intento de presentarse como una derecha más pragmática y menos dura―“No soy el dóberman que algunos pretenden hacer ver”, ha dicho este martes Feijóo―. El presidente popular ha señalado que se dirigirá a los barones socialistas para que le permitan gobernar. “Si gano las elecciones llamaré al líder del PSOE, sea quien sea, para que me deje gobernar. Y si no lo hace, llamaré a todos barones para que le convenzan”, ha dicho Feijóo. El presidente de la Junta de Extremadura en funciones y secretario general del PSOE en la región, Guillermo Fernández Vara, ha dicho esta noche en el programa Hora 25, de la Cadena Ser, que le parece una “indecencia” que Feijóo pida a los barones socialistas su abstención si el PP gana el 23-J. Y ha añadido: “Que diga eso quien ha pactado con Vox en Extremadura... Lo de la derecha en este país es una broma. Que apelen a la conciencia de los socialistas cuando ellos pactan con la ultraderecha sin respetar a la lista más votada me parece una broma. El PP no puede estar cerrando acuerdos para gobernar en sitios donde no ha ganado las elecciones y que le pida al PSOE que sí lo haga”.

“Que nadie espere dogmas inamovibles ni ortodoxia ideológica”, ha advertido a los halcones Cuca Gamarra en el acto de presentación del texto que ha coordinado, y en el que ha ejercido de telonera del líder. Después de dos semanas de foco sobre sus acuerdos con Vox, Feijóo trata de volver a presentarse como un dirigente moderado que no quiere pactar con los ultras. Si el 23-J gana en las urnas, azuzará la división interna en el PSOE para que le permitan ser investido sin necesidad de echarse en brazos de Vox.

El líder del PP tiene una obsesión: rehuir de la política de bloques en la que él aparece vinculado a la extrema derecha, pese a que ha priorizado los acuerdos territoriales con los ultras en todas las comunidades autónomas. De ahí que en la presentación del programa electoral haya insistido en que se deje gobernar a quien gane las elecciones del próximo 23 de julio, instando al PSOE a abstenerse en su investidura si es él quien vence. Feijóo ha revelado, incluso, que promoverá la división entre los socialistas para tratar de que le permitan que gobierne sin necesidad de un acuerdo con Vox. Aunque esta misma semana él ha asumido como una posibilidad cierta incluso un Gobierno de coalición con Santiago Abascal. “Si gano las elecciones llamaré al líder del PSOE, sea quien sea, para que me deje gobernar. Y si no lo hace, llamaré a todos barones para que le convenzan”, ha dicho Feijóo, que varias veces ha confiado en poder pactar con el nuevo PSOE que salga de una hipotética derrota de Sánchez en las urnas.

El propósito de Feijóo es no dar miedo a la izquierda para evitar movilizarla. Así, el líder del PP ha prometido también que intentará pactos de Estado con otros partidos y los agentes sociales y económicos y ha tratado de rebajar los ánimos más revanchistas de los sectores conservadores. La redacción del programa es un ejemplo: el PP se cuida de utilizar con frecuencia en el programa el término “derogar”, que solo aparece tres veces, aunque la intención de modificar sustancialmente los proyectos más representativos de la coalición progresista trasluce en las 365 propuestas que contiene el documento. Feijóo sí especifica que derogará la Ley de Memoria Democrática, para sustituirla por “una nueva norma consensuada que refuerce los principios democráticos y la reconciliación nacional” , aunque no dice en qué discrepa de la vigente ley y, en consecuencia, qué medidas concretas modificará con su nueva norma. También afirma que derogará la Ley de Vivienda, que rechaza sobre todo por el límite al precio de los alquileres. En el capítulo de derogaciones entra también la ley trans, que se sustituirá por una nueva “que garantice los derechos de las personas transexuales” nacida “del diálogo con todos los sectores sociales y profesionales, buscando el consenso”.

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Feijóo también suprimirá de forma ejecutiva el impuesto a las grandes fortunas, un tributo temporal y complementario del Impuesto sobre el Patrimonio que aprobó el Gobierno de Sánchez para gravar los patrimonios de cuantía superior a tres millones de euros. Y reformará la ley del aborto y la de la eutanasia. La del aborto, para volver a hacer obligatorio el consentimiento de los padres de las menores que quieran interrumpir su embarazo. El documento no especifica si el aborto es o no un derecho de las mujeres españolas, después del embrollo en el que se metió el líder popular con este asunto hace unos meses, cuando confirmó que mantendría la ley de plazos después de que el Tribunal Constitucional sentenciara que es acorde a la Constitución, desechando el recurso en contra del PP. Entonces, Feijóo dijo que consideraba que el aborto sí era un derecho, pero no uno fundamental. En el documento no aparece la palabra derecho vinculado a la interrupción voluntaria del embarazo y en cambio sí que se garantizará el “derecho a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios”. Sobre la eutanasia se afirma que se “revisará” la ley, “tomando en consideración la opinión del Comité de Bioética”, pero no especifica en qué sentido pretende alterar la norma.

Tampoco queda claro en el programa del PP qué ocurrirá con la Ley del solo sí es sí, que Feijóo ha avanzado esta semana que quiere derogar después de que su portavoz de campaña, Borja Sémper, hubiera dicho, por contra, que se quedaría como está “porque en su totalidad no es mala”. En el texto solo aparece mencionada dentro del propósito de acometer una “profunda revisión del Código Penal” tras las “defectuosas reformas parciales acometidas en la última legislatura, como la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual”. Feijóo se compromete, además, a una contrarreforma de la ley de Educación, la Lomloe, conocida como la ley Celáa.

Feijóo se ha justificado en la presentación ante los halcones de la derecha por no derogar la reforma laboral que el PP tanto ha criticado. “Seremos un Gobierno sereno, no revanchista o vengativo”, ha incidido tras reconocer que sabe que su intención de mantenerla ha causado “sorpresa”. Lo mismo ocurre con los impuestos extraordinarios sobre las empresas energéticas y los bancos aprobados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. En el programa no se citan, pero en una entrevista en Financial Times Feijóo precisó que no los eliminaría, sino que solo los reformaría.

Capítulo económico

El capítulo económico deja más ambigüedades que certezas, porque en materia fiscal desaparece el anuncio de Feijóo sobre su intención de rebajar el IRPF a las rentas menores de 40.000 euros. Negro sobre blanco, el PP evita comprometerse a una rebaja fiscal concreta sobre el impuesto de la renta en su programa electoral, y solo dice que “corregirá los efectos de la inflación en la tarifa del IRPF que supone una subida real de impuestos”, sin especificar en qué cuantía y en qué tramos. El PP promete, por otro lado, reducir el IVA a la carne, pescados y conservas con carácter temporal, y actualizar el salario mínimo interprofesional “en el marco del diálogo social”.

Feijóo no se compromete a revalorizar las pensiones conforme al IPC y deja la decisión en manos del Pacto de Toledo. “Garantizaremos la revalorización de las pensiones en el marco del Pacto de Toledo”, dice el texto presentado este martes, que abre la puerta por tanto a desindexarlas de la inflación, a diferencia de lo que ha ocurrido este año, cuando el Gobierno aprobó por decreto actualizarlas un 8,5% para el ejercicio 2023. Fuentes del equipo del líder del PP aseguran que el programa “no dice nada de no hacerlo conforme a como se ha hecho hasta ahora” y que “claro que sí” se revalorizarán con el IPC, aunque lo cierto es que el texto no lo dice de forma expresa, lo que es igual a dejarlo en el aire.

El apartado para Cataluña revela la intención del PP de revertir las medidas del Gobierno de Sánchez para desinflamar el conflicto con los independentistas. Así, el PP afirma que recuperará el delito de sedición, que restituirá las penas por malversación y que reformará la Ley del Indulto para que sea necesario un “refuerzo” en la motivación de las medidas de gracia. Y añade: “Regularemos también otras conductas de deslealtad de las instituciones dirigidas a poner en peligro la paz y el orden constitucional, ya sea mediante la convocatoria de referendos o consultas no autorizadas o maquinaciones dirigidas a socavar el crédito de España en la comunidad internacional”, lo que alude, de forma algo ambigua, a regular un delito de convocatoria de referéndum ilegal. En Cataluña, como en el resto de comunidades bilingües, ambas lenguas tendrán la condición de vehiculares en la enseñanza. “Sé que son medidas que contrariarán al independentismo”, ha admitido Feijóo en la presentación del programa. “Pero no nos importa”, ha afirmado desafiante.

“No habrá un Tezanos en mi Gobierno y su cese será el primero en el Consejo de Ministros”, ha avanzado el líder del PP sobre el presidente del CIS, José Félix Tezanos, exdirigente socialista y anatema para la derecha. Feijóo sostiene desde hace meses que si gobierna promoverá la independencia de las instituciones públicas como el CIS, y ha incluido entre sus compromisos electorales que los presidentes de este organismo así como el de la Airef, el INE o el Tribunal de Cuentas no podrán haber ocupado cargos políticos en los últimos cinco años. El PP lleva en el programa también la reforma de la ley del CGPJ para que los jueces elijan de forma directa sin la participación del Parlamento a 12 de los 20 vocales del consejo, después de haber mantenido el bloqueo en la renovación de este órgano durante cuatro años.

Vox es el principal obstáculo para el líder del PP, y en el programa se hace patente el intento de los populares de desmarcarse de la extrema derecha en el negacionismo de la violencia machista, pese a que han tragado con el lenguaje de los ultras en los pactos territoriales. El PP ha reservado en el documento todo un apartado centrado en la “Erradicación de la violencia de género y de toda la violencia contra la mujer”. Al menos sobre el papel, el PP reafirma su compromiso con el Pacto de Género suscrito en 2017 y las medidas y herramientas tendentes a atajar esta lacra. Pero, en la práctica, el partido de Feijóo ha cedido en llamar a la “violencia machista” por su nombre en todos los acuerdos alcanzados con Vox para gobernar en las comunidades autónomas gracias al apoyo de los ultras. El primer paso atrás fue en la Comunidad Valenciana, donde se subsumió dentro de la “violencia intrafamiliar”, tal y como sostienen los de Abascal en sus discursos. Días después, en Baleares -donde Vox no entró en el Ejecutivo- se habló de “violencia contra las mujeres”, pero no machista o de género. En Extremadura directamente ni se menciona y solo se habla de “erradicar discursos machistas”.

Ante el auditorio de la Casa de América de Madrid formado por la plana mayor del PP y algunos exministros en el que ha presentado sus compromisos electorales, Feijóo apenas ha dejado una referencia velada a los ultras y a la posibilidad de que tenga que gobernar con ellos tras el 23-J. “La mayoría tiene la obligación de oír y tener en cuenta a la minoría”, ha reflexionado el líder conservador, antes de precisar: “Pero la mayoría no se puede dejar secuestrar por la minoría”.

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