Los partidos pelean por el voto urbano en la recta final de la campaña de las elecciones gallegas
Todos los líderes estatales se vuelcan con sus candidatos en los últimos días, mientras Pontón advierte de que estas elecciones “no son ni un premio de consolación para Feijóo ni una reválida para Sánchez”
Los 15 días de campaña no duran siempre lo mismo. Lo saben bien los candidatos a la baja, que los viven como si fuera un mes. El tiempo para los estrategas electorales es maleable. Se esfuerzan por manejarlo para que cada mensaje llegue en el instante adecuado. Todos los asesores que buscan la fórmula para ganar esta carrera hacia la Xunta parecen coincidir en que el momento crucial para empujar a los indecisos a las urnas empieza ya. En los dos últimos días antes de la jornada de reflexión, los líderes de todos los partidos estatales en liza, Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, aterrizarán en las ciudades de las dos provincias más pobladas, A Coruña y Pontevedra. Que logren o no activar a sus votantes urbanos puede marcar el resultado de unos comicios gallegos más apretados que nunca.
El voto en las ciudades gallegas fluctúa entre unas citas electorales y otras. A Coruña es un ejemplo claro. En esta urbe de alcaldesa socialista, la segunda de Galicia, el PP es la fuerza más votada, pero sus apoyos oscilan desde el 46% que alcanzó en las autonómicas de 2020 hasta el 36% de las municipales de mayo. Al PSdeG-PSOE le fue mucho mejor en esos comicios locales (31%) que en las anteriores gallegas (18%), y al BNG al revés, con un 25% de votos en la carrera a la Xunta y un 13% cuando lo que está en liza es el Ayuntamiento.
La nacionalista Ana Pontón alertó este martes desde Burela (Lugo) de que el resultado del domingo depende de muy pocas papeletas. “Un puñado de votos va a decidir hacia dónde va la balanza, hacia el pasado o hacia el futuro”, advirtió. Con unos sondeos que pronostican un techo histórico para el BNG, su candidata se dirigió a los indecisos que no tienen convicciones soberanistas: “Soy su candidata, no importa lo que hayan votado en otras elecciones. Hay muchas maneras de sentirse gallego y todas son necesarias para poner en marcha la Galicia que soñamos y merecemos”. Con las revelaciones sobre los contactos del PP con el partido de Puigdemont aún coleando, la favorita para liderar la alternativa de la izquierda insiste en que estas elecciones “van de los gallegos y las gallegas, no de las batallitas madrileñas, no van de crispación, no van de un premio de consolación para Feijóo o de una reválida de Sánchez”. El socialista José Ramón Gómez Besteiro, por su parte, ve a Feijóo en “periodo de descuento”.
Nunca había estado Sánchez en Galicia tantas veces en tan poco tiempo. En este último mes, ha presidido la convención política de su partido en A Coruña, ha anunciado carga de trabajo en el astillero de Ferrol y ha mitineado en Lugo. Eso solo en precampaña. Después, ha pedido el voto en las ciudades de Ourense, Vigo, A Coruña y Santiago. Este jueves tiene previsto otro acto en A Coruña y el viernes cerrará la campaña en Santiago. Con Besteiro también se está volcando José Luis Rodríguez Zapatero, que este martes reforzó al candidato en Lugo.
Feijóo ha encabezado su propia caravana electoral al margen de la de su candidato, Alfonso Rueda, por pueblos y ciudades. Se espera que su implicación en esta batalla electoral se mantenga hasta la última jornada, aunque el partido aún no ha aclarado las plazas concretas en las que se centrará. La presencia de Díaz ha sido menor, pero, ante unas encuestas que no le garantizan a Sumar la entrada en el Parlamento gallego, la vicepresidenta segunda del Gobierno estará entre jueves y viernes en Santiago, Vigo y Pontevedra. Acudirá en apoyo a su candidata, Marta Lois, quien insiste cada día en que su formación es la que disputa al PP dos escaños en las provincias más pobladas —A Coruña y Pontevedra—, por lo que resulta imprescindible para forjar una alternativa de izquierda. Abascal, por su parte, viajará este miércoles a Ferrol, el jueves se desplazará a Vigo y clausurará en A Coruña.
A pesar de las escasas posibilidades que le conceden las encuestas, Vox también ha pisado el acelerador en estos últimos días, con la presencia de su secretario general, Ignacio Garriga. La extrema derecha confía en sacar partido de las confesiones del PP sobre sus contactos con Junts y su disposición a indultar a Puigdemont bajo ciertas condiciones. Por ahí atacó Garriga en Ferrol, donde insistió en denunciar la “gran estafa” del PP por sus tratos ocultos con el independentismo. “No entendemos qué es lo que hay que hablar con unos delincuentes, unos malversadores, unos golpistas, unos políticos que han cometido los peores delitos que puede cometer un político”, declaró.
Feijóo trata de zanjar la controversia sobre sus contactos con Junts e insiste en lo que se ha convertido en el gran mensaje de campaña del PP: alertar de las hipotéticas consecuencias de un Gobierno encabezado por el BNG. El líder popular defendió este miércoles en Oroso (A Coruña) que “votar al PSOE es lo mismo que votar al BNG” y sostuvo que el próximo domingo “Galicia se juega meterse en el club de las comunidades autónomas soberanistas”.
Tras el debate de la semana pasada en TVG, este miércoles toca en TVE, aunque con un elenco ciertamente anómalo. Solo estarán Pontón y Besteiro, los dos candidatos que dan por hecho que pactarán si el PP cede la mayoría y que llevan toda la campaña aplicando una especie de pacto tácito de no agresión. El popular Alfonso Rueda ya anunció días atrás que dejaría la silla vacía. Sigue insistiendo en que está dispuesto a batirse en un cara a cara si las fuerzas de la oposición se ponen de acuerdo en un contrincante. Pero la Cadena SER le propuso la pasada semana un duelo con Pontón y también lo rechazó.
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