Junts anticipa su congreso a otoño para redefinir su estrategia tras la pérdida de poder en Cataluña

Junts per Catalunya se activa para reaccionar al vuelco de color que ha habido en la Generalitat. Justo el día que los consellers del Govern socialista de Salvador Illa tomaban posesión de su cargo, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha convocado este lunes a la ejecutiva de la formación para anunciar que se anticipa, para el próximo otoño, el congreso del partido. “El contexto es nuevo”, ha alegado Turull, en referencia a lo que ha denominado “ruptura del bloque independentista y configuración de un gobierno españolista”. El congreso es el acto más relevante para definir la hoja de ruta de la formación. El reglamento de JxCat fija que se tiene que celebrar cada cuatro años y, en teoría, tocaba celebrarlo en 2026. En el último congreso, celebrado en junio de 2022 en Argelès-sur-Mer (sur de Francia), Laura Borràs ganó la presidencia y Turull se quedó con la secretaría general. El poder de Borràs se ha ido encogiendo progresivamente, sobre todo a partir de su condena judicial por trocear contratos públicos para beneficiar a un conocido suyo.

El ascenso al Govern del PSC, gracias a un pacto con ERC, motiva a Junts a repensar cómo enfoca su papel de oposición en Cataluña. El objetivo es “marcar y dejar claro que existe un nuevo modelo de país, frente al tripartito de carácter unionista”, ha subrayado Turull. Las elecciones catalanas del 12 de mayo las ganó el PSC, con 42 escaños, y el apoyo de ERC y Comuns le permite a Salvador Illa asegurarse la mayoría parlamentaria, fijada en los 68 escaños. JxCat y Puigdemont, que obtuvieron 35 escaños el 12 de mayo, trataron durante semanas de articular un frente independentista, con ERC y la CUP, para bloquear la investidura de Illa. El plan no cuajó y la reciente investidura del president del PSC confirma la merma del poder de Junts, que solo domina la Diputación de Girona y algunos ayuntamientos medianos, como Sant Cugat del Vallès, Figueres, Valls o Igualada.

“Tiene que quedar claro que no se trata de un congreso para recomponer el partido, sino para relanzar el independentismo desde el liderazgo de Junts”, ha señalado Turull. La idea que ha tratado de presentar es que, tras el pacto de Esquerra con el PSC, junts se erige en el único faro viable que le queda al independentismo. En este sentido, se hace una llamada a las entidades y aquellos sectores cómplices de la causa independentista, “más allá del espectro de Junts”, para que participen activamente en el congreso del partido.

Otra carpeta pendiente es determinar qué funciones se atribuye Carles Puigdemont, tras su nueva escapada a Bélgica. Puigdemont es el líder indiscutible del partido pero no ocupa ningún cargo orgánico en la estructura de Junts. durante la campaña por las elecciones catalanas del 12 de mayo, el expresidente manifestó su compromiso a dejar la política activa si no lograba regresar al mando de la Generalitat. Preguntado expresamente sobre si el compromiso sigue firme, Turull ha evitar dar una respuesta directa: “Es una persona de palabra y será él quien diga lo que tenga que decir. No voy a hacerle rectificaciones”, ha señalado. Sin embargo, también ha apuntado que “no es imaginable un relanzamiento de la estrategia independentista sin la participación activa del president Puigdemont”.

Junts tiene la voluntad de hacer coincidir el congreso de Junts con el aniversario de la aprobación de la DUI (Declaración Unilateral de Independencia), que se votó el 27 de octubre del 2017 en el Parlament. “Es un fin de semana emblemático”, ha considerado Turull. También Esquerra Republicana tiene señalado para otoño su congreso para decidir quién asume el liderazgo del partido.

La convocatoria del congreso de JxCat se produce en la jornada de toma de posesión de los consellers que ha nombrado Salvador Illa para su Govern. El jueves, el día en que el Parlament votó la investidura de Illa, Carles Puigdemont irrumpió en Barcelona para ofrecer un breve discurso en las cercanías del Parlament y, luego, logró esquivar la vigilancia policial y puso rumbo a Bruselas de nuevo. En 2017, Puigdemont se marchó a Bélgica tras el referéndum del 1-O para evitar pasar a disposición de la justicia.