El Govern asegura que la celebración de los comicios no está en riesgo

La Generalitat cambió este lunes de discurso tras varios días lanzando mensajes de alerta sobre las incidencias que podrían comprometer la jornada electoral del próximo domingo. El cambio estriba en señalar que el 98,99% de las 9.139 mesas electorales de Cataluña se podrán constituir, ya que, como mínimo, tienen asegurados sus tres miembros: presidente y dos vocales. Ello pese a que más de 25.000 personas han intentado librarse de ese cometido con todo tipo de alegaciones. Correos ha reforzado el servicio para responder a la eclosión de voto postal.

El de este lunes no es el primer cambio de mensaje que hace la Generalitat las últimas semanas. Ya lo hizo cuando tuvo que acatar la decisión de la justicia de mantener las elecciones para el 14 de febrero. Entonces, el Govern y los partidos que lo apoyan pasaron en pocos días de criticar la viabilidad de las elecciones en plena pandemia a asegurar que votar es “seguro”. Los últimos datos epidemiológicos también aportan algo más de calma. La incidencia acumulada de casos de coronavirus sigue en descenso en Cataluña y este lunes se situó por debajo del medio millar (483,9) de casos por cada 100.000 habitantes en 14 días.

Tras haber expresado serias preocupaciones por el elevado número de ciudadanos que la semana pasada pidieron ausentarse de las mesas, este lunes se comunicó lo contrario. El Govern recalcó que el 65,78% de las mesas cuentan con sus nueve miembros —los tres titulares y los seis suplentes—, el 31,74% tienen entre tres y ocho electores, un 1,08% tiene un recambio seguro y un 0,39% cuenta con los miembros justos, según precisó Ismael Peña-López, director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalitat. “Pese a esos datos, que indican casi la plena cobertura de las mesas, estamos en una situación extraordinaria y nadie nos puede garantizar que personas llamadas a las mesas el 14-F no lo hagan finalmente. De ahí que tengamos que estar preparados para cualquier eventualidad, entre otras qué hacer si hay muchas mesas que no se pudieran formar”.

A medida que las juntas electorales de zona van resolviendo las alegaciones y los ayuntamientos activan las nuevas notificaciones, los responsables del dispositivo electoral del Govern tienen una idea más clara de cuál será el panorama el 14-F. “Es una información que nos llega de los ayuntamientos en tiempo real”, ha subrayado Peña-López. En el caso de Barcelona, por ejemplo, el consistorio efectuó una primera notificación por correo a los 17.361 nombres para la constitución de sus 1.929 mesas electorales; esto es, a los nueve miembros de cada una de ellas. Posteriormente se han notificado otras 5.441 más, la mayor parte de ellas para cubrir las excusas aceptadas por la Junta de Zona de Barcelona.

De momento no se conoce la proporción de alegaciones que se aceptan y cuántas se rechazan. En todo caso, el número de personas que presenta alegaciones no deja de crecer y, a fecha de este lunes, ante la Junta Electoral de Zona de Barcelona se habían presentado 9.500. Por ahora, las juntas de Cataluña han recibido 25.344 peticiones de excusas que se deberían de resolver 72 horas antes de las elecciones. Tanto el Govern como los consistorios y las juntas asumen que las alegaciones se presentarán hasta el último momento de forma sobrevenida por el contexto de pandemia.

La Generalitat decidió también este lunes ampliar las pruebas de test de antígenos a las 82.251 personas llamadas a las mesas —entre titulares y suplentes— y no solo a 60.000, como inicialmente había decidido. Los SMS masivos para citar a cada uno de ellos en centros sanitarios se empezaron a emitir este lunes.

El reto del voto por correo

Otro reto que afronta esta campaña electoral es la tramitación del voto por correo, contabilizado en más de 270.000, y que se tiene que cumplimentar antes del viernes. Teniendo en cuenta que solo un 37% de los electores lo han hecho telemáticamente, el grueso se tiene que hacer presencialmente: o los votantes van a las oficinas de Correos a depositar el voto o pasa el cartero por sus casas. Correos apunta que para facilitar la tramitación un número mayor de oficinas estarán abiertas por la tarde y, sobre todo, hace un llamamiento a que no se deje la gestión para el último momento. Correos asegura que para afrontar el pico de trabajo ha firmado 1.500 contratos de refuerzo. No lo ven así los cientos de carteros que estos días acarrean un enorme número de papeletas para el voto por correo.

Laura (nombre supuesto) llevaba este lunes 29 votos para entregar en su ronda habitual por un barrio de Barcelona. Y en dos horas solo ha podido hacer el trámite de tres. A los que no están se vuelve una segunda vez y, si siguen ausentes, se les deja un aviso especial para que acudan a la oficina antes del 12. “Es muy entretenido y se necesita no menos de seis o siete minutos. Llevas un sobre con las papeletas de todos los partidos, el sobre del voto, el del censo electoral y la hoja de empadronamiento. Hay que explicarlo y mucha gente no lo entiende, sobre todo los que son mayores”, cuenta. Para colmo, asegura que la transmisión de los datos en las PDA que llevan los primeros días no funcionaba bien.

¿Me espero o irá a Correos? Es la pregunta de rigor cuando deja la documentación a un elector. Una joven dice que ya irá a la oficina; “todavía no sé a quién votaré”. Isidoro y su mujer le contestan que espere un momento, que votan ya. Pero la maniobra de leer las instrucciones, buscar la papeleta, enseñar el DNI y escribir su nombre y dirección como remitente lleva su tiempo. Los sobres —tanto el del voto como el que contiene ese y la hoja del censo— no llevan autocierre e Isidoro y su mujer optan por sellarlos como toda la vida, pasando la lengua. Ese sobre va a la saca y llegará a la mesa electoral que le toque.

La práctica ha motivado una denuncia de la CGT que ha sido aceptada por la Inspección de Trabajo. El sindicato alerta de falta de medidas de protección de los carteros. Según sus cálculos, solo un 20% de los sobres se cierran de forma automática y el resto se hace con saliva. Un portavoz de la organización sindical, Carlos Navarro, denuncia la falta de previsión. Algunos carteros buscan soluciones alternativas para evitar el lengüetazo en el sobre y piden a los electores que pasen un poco de agua para sellarlos.