Soria ¡Ya! defenderá en las Cortes de Castilla y León las necesidades de otras provincias

Las elecciones del pasado domingo dejan a Soria ¡Ya! como única representante parlamentaria de la plataforma España Vaciada en Castilla y León. El éxito de la candidatura soriana, sustentado en 20 años de activismo social, tuvo la cruz de la moneda en la noche electoral del 13-F en el hecho de que los partidos de España Vaciada que se presentaban en Burgos, Palencia, Salamanca y Valladolid no consiguieron escaño. Los sorianos, sin embargo, han dejado claro que su voz representará a todos los territorios despoblados, también a aquellas provincias donde no cuajó el salto político. Seguirá así la estela de Teruel Existe, que también ha llevado a las instituciones centrales las consignas de otras comunidades que denunciaban su abandono.

Los tres procuradores obtenidos por Soria ¡Ya! escucharán y traducirán en iniciativas en las Cortes las necesidades del resto de asociaciones —reconvertidas en candidaturas políticas— contra la despoblación, explican sus responsables. La mirada sigue en aquel 19 de septiembre de 2021, en el que la coordinadora nacional de la España Vaciada abrió a esas entidades locales la posibilidad de concurrir a las elecciones para luchar en las instituciones por sus objetivos políticos.

Vanessa García, una de las tres diputadas electas de Soria ¡Ya!, reitera que pertenecen a esta asamblea “como movimiento social”, y que no por haber conservado su nombre soriano dejan de perseguir los mismos propósitos que sus compañeros de otros territorios. “Por supuesto que lucharemos por el equilibrio de todas las provincias, como ha hecho Teruel Existe desde su escaño en el Congreso. Cualquier política hacia la España Vaciada nos hará ser los principales beneficiados”, asegura García, abogada de profesión.

Su próximo colega de bancada en las Cortes de Valladolid, el cabeza de lista, Ángel Ceña, insiste en que Soria ¡Ya! trabajará para visibilizar los problemas del resto de zonas despobladas, si bien reitera que este compromiso no implicará abandonar las promesas realizadas el electorado de la provincia: “Los problemas de desarrollo territorial desequilibrado nos afectan a todos, podríamos presentar perfectamente peticiones de Burgos”, dice.

Ambos sostienen que los datos son demoledores y que avalan la necesidad de expresar las carencias de su provincia: Soria tiene una densidad de población menor a nueve habitantes por kilómetro cuadrado —cifra que para Europa implica riesgo de despoblación—, la mitad que Zamora y bastante menor que Burgos o Palencia.

La clave, precisan, es que todo lo que sea bueno para ellos beneficiará también a las áreas que padezcan un contexto similar. Así lo cree también Verónica Santos, de Salamanca España Vaciada, que no logró representación en las Cortes: “Los tres escaños de Soria ¡Ya! servirán para proyectar las exigencias de todas las provincias que forman parte de este movimiento. Estamos todos agrupados”. Su compañera al frente del partido en Palencia, Nieves Trigueros, cataloga de “gran victoria” el caso soriano: “Todo lo bueno que nos pase a unos es bueno para el resto”, celebra.

Común denominador

El espejo donde se miran las agrupaciones de España Vaciada se encuentra en Teruel. Teruel Existe también ganó de largo en su provincia los primeros comicios en los que concurrió, con la salvedad de que fueron generales y no autonómicos. Aquel 2019 sirvió para que el diputado Tomás Guitarte expusiera en el Congreso cuestiones rurales como la falta de cobertura telefónica o de prestaciones básicas. Incluso presentó enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado elaboradas por Soria ¡Ya!, como la aportación de complementos laborales para los funcionarios de zonas despobladas.

Por tanto, ejemplifican ahora los futuros procuradores sorianos, ellos pueden ejercer como representante de este tipo de solicitudes o iniciativas que puedan proceder de Zamora o Segovia. Las carencias de determinadas zonas de España trascienden fronteras provinciales y se enfocan, según las tesis de España Vaciada, con un común denominador: los desequilibrios territoriales entre los núcleos urbanos y las áreas rurales o despobladas.