Los barones del PSOE se conjuran contra el plebiscito que persigue el PP

La campaña vive “días determinantes”, en palabras del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, pronunciadas en Aragón. Si el martes fue Extremadura, este miércoles los populares se han centrado en el territorio donde aspiran a que el actual alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, arrebate al socialista Javier Lambán la presidencia. Allí han insistido en el Falcon, Bildu y la tarifa eléctrica. Y es precisamente contra esa estrategia de convertir el 28-M es una primera vuelta de las generales contra la que se conjuran los barones socialistas. Lo ha subrayado en Castilla-La Mancha, Emilio García-Page, el socialista que encabeza el “gobierno más moderado de toda España” en una “región muy conservadora”, según su propia definición: “PP y Vox solo hablan de política nacional y lo peor es que importan a Castilla-La Mancha el frentismo de la política nacional”. Sobre la mañana, ha planeado el incómodo escándalo de Melilla y la compra de votos, que ahora se extiende a Almería: dos de los siete detenidos en la localidad de Mojácar son candidatos del PSOE.

García-Page se juega la mayoría absoluta que cosechó hace cuatro años. En un acto en Cabanillas del Campo, un municipio de 10.000 habitantes a 60 kilómetros de Madrid, ha puesto de ejemplo la guerra del agua para llamar a votar en clave regional. El asunto enfrenta a comunidades de distintos colores políticos pero el barón socialista ha dirigido el dedo a Vox. Ve un “choque de intereses evidente” en el hipótetico socio del PP para desbancarlo porque su líder estatal, Santiago Abascal, defiende el trasvase del río Tajo hacia la franja mediterránea. Según el socialista, Abascal dice que “para ser de Vox hay que ser trasvasista” y “asumir que Castilla-La Mancha no pueda crecer y beneficie a otros territorios”: “No se puede defender a esta tierra y asumir por doctrina fanáticamente que el agua en vez de estar aquí se tiene que ir por una tubería al Mediterráneo”.

Su candidato en Guadalajara, el socialista Pablo Bellido, se ha remontado a 2011. En aquellas autonómicas, “mucha gente votó pensando que eran generales”. Ocurrió solo unos meses antes de la cita electoral que llevó a Mariano Rajoy a La Moncloa. El PP de Dolores de Cospedal arrasó la histórica hegemonía socialista en el territorio manchego. “La gente votó al PP creyendo en sus promesas” y “nos comimos sus recortes”, ha alertado Bellido. En una entrevista con la Agencia EFE, García-Page ha planteado otro recuerdo para defender su esperanza en que el domingo la historia no se repita. En 2019, en las autonómicas que se celebraron un mes después de las generales, con él en el cartel en vez de Sánchez, el PSOE subió del 28% al 44% en porcentaje de voto.

Feijóo ha recalado este miércoles una vez más en territorio aragonés. “Tenemos claro que no pactamos con Bildu”, ha proclamado su candidato a presidente autonómico, Jorge Azcón, quien ha calificado la ley del solo sí es sí como “el peor atentado de la historia contra las mujeres”. Feijóo ha criticado al Ejecutivo de Sánchez por la subida de precios, tanto de los alimentos como de la luz, y ha asegurado que la propuesta de Unidas Podemos de crear supermercados públicos es “volver a los tiempos del telón de acero”. “El Gobierno vive muy bien y el pueblo vive muy mal”, ha resumido, para alertar después de que el PSOE “dedicará a la campaña de las generales” los “6.000 millones que pagamos de más en la tarifa eléctrica”.

Desde Tarragona, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, que está centrando también la campaña en reivindicar por España adelante las políticas que su partido ha impulsado dentro del Gobierno de coalición, ha lanzado un anuncio estatal. Su formación impulsará en el Congreso una proposición de ley para crear un fondo con aportaciones de los bancos que se use para “proteger” a las familias de las subidas de las hipotecas.

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