El PP pierde el control de la estrategia sobre Bildu
Malestar en la dirección nacional con Ayuso por “desviar el foco” hacia la ilegalización de la formación ‘abertzale’ en vez de mantenerlo en los pactos de Sánchez; y con el senador Pedro Rollán por decir que la ley de vivienda “se levanta sobre las cenizas del atentado de Hipercor”
Todo iba bien, pero la estrategia se ha salido de la curva. En el séptimo día de polémica sobre las listas de Bildu, que el PP ha conseguido convertir en el marco de la primera semana de campaña, las cosas empezaron a torcerse. Por un lado, con Isabel Díaz Ayuso empeñada en desafiar la línea oficial del partido marcada por Alberto Núñez Feijóo, insistiendo, en contra de la cúpula, en que es necesario ilegalizar a Bildu, y proclamando que ETA “está viva”. Por otro, porque a la cacofonía de voces se añadieron hipérboles de calibre grueso por parte de algunos dirigentes populares que emponzoñaron el discurso del PP. A todo ello se sumó, además, la denuncia de las víctimas del terrorismo. Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, la asociación mayoritaria que alertó sobre las listas de Bildu, reclamó el jueves a Ayuso que no banalice con ETA. Ante el barullo, el equipo de Feijóo se movilizó para tratar de unificar el mensaje, mientras en la dirección nacional crecía el malestar con la presidenta madrileña.
El líder del PP había querido el día anterior zanjar el debate interno sobre la ilegalización de Bildu, que considera un “brindis” y una propuesta “poco seria”, ya que la ley de partidos no es aplicable con ETA disuelta. Así se pronunciaron fuentes al más alto nivel de la dirección del PP para buscar el cierre de esta discusión que agitaban los halcones del partido y Vox. Pero el jueves, un día después y perfectamente consciente de cuál era la línea oficial marcada por Feijóo, Ayuso insistió en desafiarla. “¿Es usted partidaria de la ilegalización de Bildu?”, le preguntaron a Ayuso en un desayuno informativo. “Sí, lo soy”, contestó categórica la baronesa madrileña, que además había analizado cómo sustentar su postura jurídicamente. “El artículo 11 [de la ley de partidos] puede instar al Congreso y al Senado a, mediante votación, instar al Gobierno a que inicie esos trámites en la sala competente, y a esto no se puede negar”, argumentó. “Hay mecanismos para, por lo menos, sopesarlo. Por lo menos habría que valorarlo”, insistió Ayuso reabriendo el debate que el líder había querido cerrar.
En esta ocasión, la dirección del PP no se dejó arrastrar por la presidenta madrileña. Al contrario, la desautorizó. “Nuestros servicios jurídicos consideran que no se incurre en ese supuesto [de ilegalizar a Bildu]”, zanjó la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, a preguntas de los periodistas en el Congreso. Fuentes parlamentarias destacaron después que la número dos del PP no se había escondido, sino que había comparecido motu proprio para defender la posición de la cúpula.
En plena campaña, Ayuso y la dirección popular se han enzarzado en el choque más abierto hasta la fecha en la era Feijóo. A diferencia de otras ocasiones pasadas, en las que Génova ha contemporizado, esta vez también desautorizó de forma nítida a la líder madrileña por defender que ETA sigue viva. “La banda terrorista ETA, afortunadamente, fue derrotada por la sociedad española”, contrapuso el portavoz de campaña, Borja Sémper. El portavoz de Feijóo calificó de “especulaciones” e “hipótesis” las tesis a favor de la ilegalización de la coalición abertzale, y se expresó de forma muy contundente en pro de la presencia de Bildu en la vida política: “Nosotros defendemos la legalidad y, por lo tanto, si defendemos la legalidad, aceptamos con naturalidad democrática que Bildu esté en las instituciones. Pero esto es una cosa y otra muy diferente es que la gobernabilidad del país descanse sobre quienes no quieren lo mejor para el país y quienes no han abjurado su pasado”.
Ayuso reventó la estrategia de Feijóo, que pretendía situar el foco en los pactos de Pedro Sánchez con Bildu y no en un debate jurídico sobre la ilegalización del partido vasco que los populares saben que no va a ninguna parte. El jueves, la Fiscalía General del Estado concluyó que el partido vasco es “una formación democrática” y descartó instar a su ilegalización. El desafío de la presidenta de Madrid causó malestar en la cúpula. “Ayuso se equivoca en el enfoque. El debate no es de la ilegalización o no, que ya zanjó el Tribunal Constitucional, el foco tienen que ser los pactos de Sánchez con Bildu”, lamentan fuentes de la dirección. “Desviar el foco es aliviar a Sánchez, y jurídicamente está claro que esa discusión no ha lugar”.
En la dirección del PP tampoco cayeron nada bien las declaraciones del vicesecretario Pedro Rollán en el pleno del Senado del miércoles sobre la ley de vivienda apoyada por Bildu. “Los cimientos de esta ley se levantan sobre las cenizas del centro comercial Hipercor, con 21 muertos, cuatro de ellos niños. Sobre los escombros de la plaza de la República Dominicana, donde fueron asesinados 12 guardias civiles. Sobre los hierros retorcidos de la casa cuartel de Zaragoza, donde se arrebató la vida a 11 personas”, dijo el senador para estupor de algunos de sus compañeros, que creen que “hay suficiente material como para no entrar en esos términos”. La secretaria general evitó además respaldar a Rollán, dando a entender que había ido por libre: “Cada uno es responsable de sus palabras”, dijo marcando distancias.
El PP está, sin embargo, satisfecho por el resultado de la estrategia sobre las listas de Bildu, porque cree que la primera semana de campaña es un “1-0″ a favor del PP. Los populares consideran que la coalición abertzale ha “reventado la campaña al PSOE” y eso es lo importante, porque han logrado quitarles ocho días de marcar la agenda en la campaña. Pero el jueves se encendieron las alarmas en Génova ante la pérdida de control del mensaje y algunos dirigentes recibieron una llamada de atención para unificarlo. Para cerrar el círculo, las víctimas del terrorismo se revolvieron contra Ayuso. La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP asesinado por la banda Gregorio Ordóñez, lamentó la “banalización en estado puro” de ETA por parte de la líder madrileña. “No respetan a los muertos, van a respetar a sus familiares…”, se quejó Ordóñez, que se hacía eco de la denuncia de otra víctima, el periodista Pablo Romero, cuyo padre, Juan Romero, fue asesinado por la banda. “Estimada Díaz Ayuso: deje ya de decir barbaridades”, había tuiteado el periodista. “Ahórreme el dolor de ver que ETA sigue viva en su boca. Se lo pido por favor, casi por caridad, si de verdad quiere respetar a los afectados por el terrorismo que luchamos por la memoria y la justicia”.
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