La caravana electoral peregrina hacia El Rocío
Los candidatos del PP, Cs y PSOE acuden a la aldea donde este fin de semana se congregan más de un millón de personas
“Los primeros días deberíamos hacerlos todos en El Rocío”. Este comentario jocoso lo hacía antes de comenzar la campaña uno de los responsables de la organización de la caravana electoral del PP. En cierto modo, no le faltaba razón, ya que en el fin de semana de Pentecostés, esta aldea almonteña de 1.635 habitantes se convierte en la tercera más grande de España por los más de un millón de peregrinos venidos de Andalucía, otras partes de España, y también del extranjero, que acuden en romería. En cierto modo, es una forma de acotar esfuerzos y hacer llegar sus propuestas electorales a cientos de andaluces de todas las provincias sin hacer kilómetros.
Hasta aquí se han desplazado en la mañana de este sábado el presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección por el PP, Juan Manuel Moreno, el vicepresidente y cabeza de lista de Ciudadanos, Juan Marín, y el número uno del PSOE, Juan Espadas. En calidad de miembros del Gobierno autónomo, los dos primeros, y de visita privada, el tercero. Pero, aunque se hayan quitado el mono de campaña, ninguno es ajeno a la propaganda gratuita que supone hacerse fotos con los peregrinos mientras se pasean por la aldea.
“¡Juanma, si es Juanma!”, comenta una mujer vestida con bata rociera y con un sombrero de la Hermandad de Gines cuando ve al presidente rodeado de cámaras de televisión. Moreno, sin olvidar que interviene ante los medios como presidente de la Junta, hace hincapié en la importancia de haber retomado “la normalidad, las tradiciones y las devociones”, después de dos años en los que la pandemia obligó a suspender una de las romerías más importantes de Europa. Pero aprovecha para colar que “siente mucho respeto ante los signos de cariño que observa en las calles, porque “es una muestra de que el cambio funciona” y supone una fuerte responsabilidad “para no defraudar a nadie”.
Después de saludar y hacerse fotos con otros peregrinos que, sorprendidos al reconocerlo entre los periodistas, han esperado para saludarlo, se ha metido en un coche para dirigirse hasta la ermita, aunque la distancia se recorre en apenas cinco minutos andando. “Si la hacemos a pie no llegamos, porque lo va a parar todo el mundo”, comenta uno de sus asesores. En estos tres años y medio, Moreno ha pasado de apenas ser reconocido en la calle y de incluso tener prevención por subirse a una peana con el alcalde de Málaga y Antonio Banderas para encender las luces de Navidad, en el invierno de 2019, por si le abucheaban, a no poder andar por la calle sin pararse a cada paso.
Más tranquilo ha sido el paseo del socialista Juan Espadas desde la plaza del Comercio de El Rocío hasta la ermita, aunque también lo ha parado algún peregrino para saludarlo. Antes de llegar a El Rocío, y en este caso sí como candidato, ha aprovechado su visita al polideportivo de Cerro-Amate, en Sevilla, uno de los barrios más humildes de la capital andaluza, para apelar al voto joven y cuestionar la promesa electoral que el viernes había lanzado Moreno de garantizar televisión e internet gratis en los hospitales públicos. Para Espadas, “una broma pesada”. El mismo calificativo que ha utilizado sobre el desafortunado comentario del alcalde de Estepona, José María García Urbano, en un mitin con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este viernes en el que aseguró que su lesión en la mano no se debía a “un episodio de violencia de género”, por el que luego pidió disculpas.
La promesa de las televisiones y wifi gratuito en los hospitales ha sido, hasta ahora, lo más llamativo de una campaña electoral que ha tenido un arranque átono. Juan Marín, asiduo a la romería onubense y aspirante de Ciudadanos, también se ha despojado de su traje institucional esta mañana para criticar “el ensayo de gran coalición” que el líder de Vox, Santiago Abascal, lanzó en el mitin del viernes por la tarde en Sevilla, en alusión a la posible abstención del PSOE para que Vox no entre en el Gobierno andaluz. “Andalucía no es una tierra de experimentos”, ha zanjado Marín.
Campañas paralelas
Juan Manuel Moreno también ha hablado como candidato y no como presidente en una entrevista a Onda Cero antes de dirigirse a la ermita. Allí ha vuelto a insistir en que aspira a gobernar en solitario y que no aceptará pactos “con planteamientos imposibles”, porque no quiere “un gobierno que se va a romper en seis meses”, abonando la idea de una repetición electoral, que, sin embargo, ha sostenido que sería “un fracaso”. Consciente de que el resultado electoral tiene derivadas que van mucho más allá del ámbito andaluz, ha reconocido que “una severa derrota del PSOE dificultará la situación del Gobierno de Sánchez”.
Justamente Pedro Sánchez intervendrá mañana por primera vez desde el arranque de la campaña en un acto con Espadas en Almería. Esta lectura en clave nacional de las elecciones ha permitido, en buena medida, que los candidatos puedan darse cierto respiro gracias a las caravanas paralelas de sus jefes nacionales. En su particular gira andaluza, Feijóo ha recalado este sábado en Granada, donde sí puede pedir abiertamente el voto. El portavoz nacional de Cs, Edmundo Bal, estará todo el día en Córdoba.
Cuando Espadas ha entrado en la ermita de El Rocío, Moreno y Marín llevaban ya un buen rato en la puerta principal, asistiendo al paso de las hermandades (más de un centenar), entre el repicar de las campanas y el tintineo de los cascabeles de las carretas. En una precampaña que ha deambulado de procesión en procesión, durante la Semana Santa —aunque entonces aún no se había disuelto el Parlamento andaluz ni se conocía la fecha electoral— y de feria en feria, en las semanas de mayo, El Rocío era parada obligada. La aldea vuelve a protagonizar una campaña andaluza. Allí es donde la arrancó de facto la expresidenta socialista Susana Díaz cuando participó en un acto de homenaje a Felipe González y en el que el expresidente arropó a la entonces candidata a la reelección. Mucho ha pasado desde entonces.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.