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Documentos de la riada del 57, ahora rescatados, relatan situaciones idénticas a la tragedia de la dana

Las labores de reconstrucción de los pueblos afectados por las inundaciones del 29 de octubre sacan a a la luz archivos olvidados. “Somos de los que sobrevivimos”, escribió el alcalde franquista de Aldaia

Efectos de la DANA en la localidad de Aldaia, en una imagen del 31 de octubre.
Efectos de la DANA en la localidad de Aldaia, en una imagen del 31 de octubre.Albert Garcia

“Me parece un material excelente”. Josep Vicent Boira, profesor y geógrafo, manifiesta su sorpresa ante los documentos que han rescatado del archivo municipal de Aldaia los técnicos del Instituto de Restauración de la Generalitat Valenciana (IVCR). Es un espejo, un relato ponderado de lo sucedido en la dana del pasado octubre: falta de víveres, riesgo de epidemias, necesidad de limpieza sanitaria, de hogares para albergar a los que han perdido sus casas, de materiales para la reconstrucción, ropas para las familias, quejas veladas por el retraso en la asistencia…

Lo increíble es que son documentos oficiales de hace casi setenta años. Se trata de una veintena de escritos fechados a finales de octubre y principios de noviembre de 1957, en los que el entonces alcalde de la localidad, Francisco Taberner Taberner, pone en conocimiento de las autoridades gubernativas el estado de la localidad tras la famosa riada de ese año que anegó Valencia. Una inundación que cambió la ciudad, pero también afectó a los pueblos de L’Horta Sud, entonces menos densamente poblados que ahora.

En Aldaia, según dice el propio alcalde en un escrito del 30 de octubre, “como consecuencia del desbordamiento de la Rambla del Poyo”, se inundó toda la población, “llegando el agua a una altura de metro y medio en el interior de las viviendas”, si bien, como relataba en una carta anterior del 18 del mismo mes, “gracias a Dios en esta población no ha habido que lamentar víctimas y somos de los que sobrevivimos”.

Documento de la riada de 1957 recuperado.
Documento de la riada de 1957 recuperado.

Redactados con el lenguaje recargado y rimbombante de la administración franquista, estos escritos son, en palabras de Boira, “una señal no atendida”, una advertencia desde el pasado que fue desoída y que podría haber hecho que las terribles consecuencias de las inundaciones de octubre fueran muy diferentes. “Aquello de que si no conoces la historia se vuelve a repetir”, comenta parafraseando al filósofo estadounidense de origen español George Santayana.

Voces del pasado

El legajo principal es una mina de recuerdos. Hay listados de familias de afectados, autorizaciones para el reparto de alimentos… Un escrito del 17 de octubre de 1957 del alcalde podría redactarse tal cual hoy; sólo hay que cambiar las fechas. “El pueblo que es eminentemente industrial, se encuentra con las industrias completamente paralizadas por no poder trabajar a causa de los daños producidos por las aguas en las maquinarias y demás útiles de trabajo”.

“Máxima urgencia”, “situación gravísima”, las expresiones son idénticas. También los reclamos de más ayudas tienen su réplica en el pasado en una carta del 26 de octubre de 1957 al jefe provincial de Sanidad. “Tengo el deber de poner en conocimiento de su superior Autoridad, que en esta población es insuficiente la asistencia médica, por el aumento bastante considerable de enfermos, por este motivo ruego a Vd. tenga a bien disponer se designen los sanitarios que estima, con el fin de que se atienda debidamente” [a los afectados].

En Feria Valencia se han habilitado diez mil metros cuadrados para albergar las labores de rescate de los bienes muebles afectados por la dana. Entre los más abundantes están los archivos municipales, parroquiales y judiciales de Alfafar, Aldaia, Massanassa, Catarroja, Paiporta, Picanya, L’Alcudia, Ribarroja y Sedaví.

Durante semanas, camiones militares han ido descargando centenares de cajas. Muchas de ellas, de documentos sin valor que han sido ya expurgados. Pero entre todas aparecieron también documentos con aporte histórico, como estos escritos del alcalde Taberner. Remembranza de lo sucedido en esta población de L’Horta Sud, estaban olvidados en un bajo que fue anegado por la dana.

“Es más imperdonable todavía”

Los legajos sorprendieron tanto a los técnicos del IVCR como ahora lo hacen a Boira. “Supongo que algún historiador o especialista lo debía conocer; yo no tenía constancia de su existencia””, comenta el profesor tras revisar las copias digitales que se han hecho de los mismos. “Tiene una lectura que es más imperdonable todavía desde el punto de vista de la administración ya que revela su ineficiencia a lo largo del tiempo. Es que no tiene perdón que pasara esto en el 57 y que no se haya hecho nada para solventarlo”, reflexiona el profesor.

De hecho, ésa es su actitud tras ver los documentos: la reflexión. Cómo conviene meditar hasta qué punto es perniciosa “la desaparición de la memoria histórica en la Administración”. Porque si se hubieran tenido en cuenta estos documentos, si se hubiera actuado, el relato sería muy diferente.

“Es normal que la gente lo olvide, pero… ¿la Administración? El problema es de raíz. ¿Cuántos geógrafos trabajan en la Administración? Si hubiera un cuerpo técnico de la Administración que trabajara para este tipo de interacciones entre el territorio y la sociedad”, se lamenta el profesor de la Universitat de València.

Viviendas con el nombre de un barranco (el de la Saleta), un conjunto de viviendas llamadas El Barranquet, las enseñanzas de estos textos olvidados habrían ayudado a afrontar de otra manera la catástrofe mucho antes de que se gestara. De ahí la importancia que se le da a su preservación.

Una tarea ingente

Tal y como explica la directora del IVCR, Gemma Contreras, la recuperación de los documentos no será fácil. “La naturaleza orgánica de los materiales que componen los libros, legajos y documentos ha provocado una absorción de un 200% de humedad que debe ser eliminada”, explica. Para ello se ha extendido toda la documentación en el espacio de Feria Valencia y se está procediendo al secado con ayuda de ventiladores, hueveras que separan los bloques de documentos, papeles secantes y hasta envasadoras al vacío que aceleran el secado y corrigen la deformación de los libros.

Documento sobre la riada de 1957.
Documento sobre la riada de 1957.

Los restauradores del IVCR, acompañados por los restauradores del Arxiu del Regne de València y el personal del servicio de archivos de la Conselleria, están afrontando esta ingente tarea en colaboración del Ministerio de Cultura y entidades como la Asociación Valenciana de archiveros, o universidades como la Pablo de Olavide de Sevilla o la Politécnica de Valencia. Su objetivo, que no se pierda la memoria que nunca se debió olvidar.

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