El Palau de les Arts se abre al romanticismo sensual de la ópera ‘Rusalka’, de Dvořák

Rusalka, de Antonin Dvořák, es una de las óperas más reconocidas del repertorio del romanticismo tardío. Una historia de amor a primera vista, de tintes hollywoodiense, recreada por uno de los directores de escena más destacados del panorama operístico internacional, Christof Loy, y dirigida por la joven pero consolidada batuta del también alemán Cornelius Meister. El montaje es una de las principales apuestas operísticas de la temporada del Palau de les Arts que no había acogido con anterioridad esta obra maestra del teatro musical bohemio del compositor checo (1841-1904) en sus casi 20 años de vida.

Este cuento con un “amplio significado” que presenta una “gran alegoría” en un mundo impregnado de agua, según Loy, se estrena el 30 de enero en la ópera valenciana y se podrá ver hasta el 11 de febrero en un total de cinco funciones. Se trata de una coproducción con el Teatro Real de Madrid, la Staatsoper de Dresde y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Su estreno en Madrid supuso uno de los “hitos operísticos” de 2020, el año de la pandemia, como recogieron las crónicas y críticas del momento. Luego se representó en la ciudad alemana y después de Valencia recaerá en Barcelona.

Meister, titular de la Staatsoper de Stuttgart que dirigirá a la Orquestra de la Comunidad Valenciana, y Loy presentaron este viernes el montaje junto con el director artístico de Les Arts, Jesús Iglesias Noriega. Este destacó que con Rusalka avanza en “ampliar el repertorio centroeuropeo en la programación”, así como en la representación en València de las estéticas “que dominan y fascinan en las principales capitales operísticas”. Recordó que la “espléndida y conmovedora” música de la obra de Dvořák contiene una de las arias icónicas del género, la Canción a la luna, “una magnífica carta de presentación de una fantasía lírica de gran belleza y compleja orquestación. Y aseguró que “disfrutar del trabajo de artistas del nivel de Meister y Loy es siempre muy reconfortante”.

Meister debuta en España dirigiendo ópera y una orquesta que “toca a nivel top” para interpretar una obra “muy rica y grande”. En Rusalka “se unen la música de la orquesta y el canto”. “Por ejemplo, en la Canción a la luna una trompeta y la voz de la soprano parecen casi interpretar un dueto”, sostuvo, al tiempo que subrayó que esta obra “te llega profundamente al corazón y te impacta, es muy sensual”.

Loy, ganador de reconocimientos como el International Opera Awards, transforma el reino acuático de las ninfas del libreto del poeta y dramaturgo Jaroslav Kvapil (basado en la leyenda centroeuropea que inspiró el libro Undine (1811) de Friedrich de la Motte Fouqué y en el cuento La sirenita (1837) de Hans Christian Andersen), en un viejo teatro abandonado, en el que Rusalka es una bailarina coja, que sacrifica su voz y sus valores familiares por conocer al mundo real y encontrar el amor. Resaltó que este trabajo “significa una apertura al universo más allá de las cosas que se ven”. Basada en canciones populares, la ópera provocará que el público “sienta la cercanía delante de una obra que suena familiar, que parece que conoces”. Su intención, ha apuntado, era “crear un mundo poético teatral en el que florezca la obra de Rusalka.

La soprano Olesya Golovneva (Rusalka) lidera el reparto con un rol que se ha convertido en su papel emblemático, gracias a sus exitosas funciones en Madrid, Dresde, Colonia y Wiesbaden. Le acompañan, el tenor Adam Smith (El príncipe), una de las grandes revelaciones del panorama operístico; la emergente soprano dramática Sinéad Campbell-Wallace (La princesa extranjera), y la contralto Enkelejda Shkoza (Jezibaba), intérprete de primera línea en el circuito internacional. El Cor de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, también actúa en el montaje.

Sin noticias, buena noticia

Por otro lado, preguntado por si el cambio de gobierno de la Generalitat ha supuesto alguna diferencia en el trabajo diario del personal de Les Arts, Iglesias Noriega aseguró que él “sigue trabajando con normalidad: sacando la programación adelante y programando las programaciones futuras”.

“En mi trabajo hay una continuidad, ningún cambio”. “No es noticia que todo siga igual; nada destacable”, remarcó, a la vez que apuntó: “No news, good news” (Sin noticias, buena noticia).