El Gobierno valenciano de PP y Vox hace borrón y cuenta nueva con el anterior plan de salud mental

El Gobierno valenciano, de PP y Vox, hace borrón y cuenta nueva y lanza su Plan Valenciano para la Salud Mental y las Adicciones, que debe inyectar en lo que queda de legislatura 283,8 millones de euros adicionales, lo que sumaría un total de 724 millones de euros hasta 2027. “Demasiado tiempo con promesas y sin ningún avance, mientras los indicadores han ido empeorando paulatinamente”, ha lamentado el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en la presentación este lunes de un plan con 80 acciones y que incidirá en la prevención y diagnóstico precoz entre la población infantil y juvenil en los centros docentes. “Hay que ponerse manos a la obra, con la evaluación temprana, atención y recursos consignados, no prometidos”, ha precisado Mazón en una velada critica al programa del anterior ejecutivo del Botànic (PSPV, Compromís y UP), que se presentó a finales de 2022.

El diagnóstico de la situación es “terrible”, según Mazón: la valenciana es la comunidad con mayor prevalencia registrada de trastornos mentales, con un 25% frente al 15% de media en España. Es, además, la segunda con mayor tasa de casos atendidos en Atención Primaria por ideación suicida o intentos de autolesión, y es la de mayor prevalencia de consumo de alcohol y cannabis en el país, y segunda de tabaco, entre la población de 15 a 64 años de edad.

Los recursos disponibles son además escasos, según Sanidad. La valenciana es una de las tres comunidades con peor dotación de recursos asistenciales en Salud Mental y con peor promedio de escolares participantes en programas de prevención, y figura la tercera por la cola en formación de especialistas por habitante. El nuevo responsable de la Oficina de Salud Mental de la Generalitat, el psiquiatra Bartolomé Pérez Gálvez, ha recalcado que “este no es un programa ideológico: va a basarse en evidencias científicas, no en opiniones”. “Se acabó el juego, no hay salud sin salud mental”, ha subrayado Pérez Gálvez, que ha advertido que “el sistema está absolutamente roto”.

El plan se articulará en nueve líneas estratégicas: promover una salud mental positiva, prevenir la enfermedad mental, los trastornos adictivos y el suicidio; lograr un modelo asistencial equitativo y basado en las necesidades reales de la población; la atención a la infancia y la adolescencia y al trastorno mental grave; derechos y calidad de servicios; formación sanitaria especializada, actividad investigadora y docente; acceso a ayudas sociales, empleo y vivienda, crear estructuras de coordinación y establecer convenios de cooperación internacional.

Algunas de las medidas se centrarán en la creación de unidades de detección precoz en los centros docentes, integrados en cada departamento de salud, con una intervención inicial y derivación si procede. O la cobertura universal en las actuaciones preventivas de los trastornos adictivos, con la constitución de unidades de prevención en todos los municipios de más de 20.000 habitantes, así como estudios epidemiológicos que permitan la monitorización continuada de la salud mental en la población escolar. También se incrementará el número de plazas acreditadas y ofertadas anualmente de la especialidad de Psiquiatría.

La nueva hoja de ruta, desgranada este lunes por el presidente valenciano, sustituye la del anterior ejecutivo, presidido por Ximo Puig, que coordinó el psiquiatra Rafael Tabarés y que partió de una convención ciudadana donde diferentes actores sociales expusieron sus impresiones y necesidades. El plan del anterior gobierno del Botànic se presentó en diciembre de 2022, con una dotación de 40 millones de euros para 2023 y la incorporación inicial de 257 profesionales, entre psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros o terapeutas, a los que debían sumarse un centenar este año. El plan de acción plurianual 2023-2026 centraba su impulso inicial en el segmento de población infanto-juvenil (históricamente más desatendido que el resto), en la Atención Primaria y en la personas con enfermedades crónica graves.

Mazón ha asegurado que su plan no es una enmienda a la totalidad a nadie. “Hay magníficos profesionales en la Comunidad Valenciana a los que hemos pedido su colaboración. Lo bueno que se haya podido hacer, que para mi es poco, lo queremos aprovechar, hay una experiencia con profesionales que han trabajado con anteriores partidos políticos”, ha señalado el presidente al tiempo que ha denunciado la falta de coordinación y de presupuesto por parte del anterior Ejecutivo autonómico. “Simplemente digo que antes no había un plan valenciano y ahora sí lo hay. Antes no había coordinación ni presupuesto mínimo decente y ahora sí. Hay que aprovechar todo lo bueno porque tenemos un sistema que va más allá de los partidos políticos”, ha remarcado.

De este modo, el Consell destinará esta legislatura —entre lo ya presupuestado y el plan ahora anunciado— un total de 724 millones de euros a las políticas de salud mental. El plan arranca con una consignación de 40,8 millones en los presupuestos de 2024 que se suman a los 110 millones que la Generalitat ya había previsto para salud mental, lo que supone un incremento del 37% de los recursos económicos en esta área.

Para la diputada socialista Cristina Martínez, “es un plan de salud mental que da la espalda a todo el trabajo que se ha hecho con el plan anterior y tira a la basura todo lo hecho en materia de diagnóstico y objetivos: presentan un plan mucho menos ambicioso”. La parlamentaria socialista ha destacado que es “una copia barata” del anterior plan de salud mental presentado por Ximo Puig: “No sólo reduce la inversión en la materia sino que también se presenta después de meses de total falta de transparencia y participación ciudadana en su elaboración”.

Compromís ha denunciado “un recorte de 12 millones de euros” en el nuevo Plan Valenciano de Salud Mental y Adicciones del PP, respecto a la inversión prevista en esta materia por el anterior ejecutivo autonómico. Asimismo, ha considerado que el Consell “tiene que dejar la propaganda e incorporar ya psicólogos y psicólogas clínicas en los centros de salud, tal como estaba previsto en el plan del Botànic vigente”.