Vicente Barrera rompe su silencio de dos meses al frente de Cultura en la Generalitat valenciana
El vicepresidente primero, de Vox, no ha convocado ni una rueda de prensa. Su nombre sólo ha sido protagonista por sus vínculos empresariales. El miércoles explicará su política en Les Corts
Vicente Barrera, de Vox, ha sido uno de los miembros del Gobierno valenciano con menos presencia pública ante los medios de comunicación desde que fue nombrado vicepresidente primero y consejero de Cultura, el pasado 17 de julio, hace casi dos meses. Y eso que fue el primer nombramiento que anunció el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, del PP, ya el 15 de junio, en virtud del acuerdo de Gobierno firmado entre los populares y la formación de extrema derecha.
Hasta el momento, no ha convocado ni una conferencia de prensa ni ha explicado su proyecto a los responsables de las distintas áreas y organismos (como el Instituto Valenciano de Cultura, Palau de Les Arts, del IVAM o del Centre del Carme) de su departamento heredados del anterior gobierno de izquierdas. Sí se reunió con ellos el 1 de agosto para presentarse. “Fue correcto, educado, nos preguntó por lo que estábamos haciendo y por nuestras urgencias”, dice uno de ellos. Tampoco ha interferido de momento en los programas, apunta otro.
Este verano, el extorero ha asistido a varios actos culturales, como el Festival de Música Antigua y Barroca de Peñíscola o la Filmoteca d’Estiu en Valencia, pero siempre lejos de los micrófonos. Solo cuando recogió la cartera cultural hizo una breves declaraciones. Dijo que la tauromaquia ha estado “demasiados años silenciada, olvidada y ninguneada” y se comprometió a tratar “a toda la cultura por igual, sin saber ni pensar de dónde viene”.
El empresario carece de experiencia política y tampoco es una persona del mundo de la cultura, más allá de su corta y reseñable carrera como matador de toros que abandonó en 2011 por dedicarse a los negocios familiares y propios. No cuenta, en consecuencia, con una red de contactos en el sector, como demuestra la demora en el nombramiento de la que es su segunda en la gestión política en Cultura, la secretaria autonómica, la valenciana que residía en Barcelona, Paula Añó. Cuando la designaron el 4 de agosto señaló a este periódico que no conocía al consejero. Fue alumna en Derecho del hoy diputado valenciano de Vox en el Congreso, Carlos Flores Juberías.
La formación de Santiago Abascal ha padecido mucho problemas en Valencia para cubrir los cargos públicos que les corresponden en función del pacto con el PP por falta de cuadros. El pasado jueves, Mazón fulminó al subsecretario de Justicia, el funcionario de prisiones andaluz Luis Manuel Martín Domínguez, de Vox por haber ocultado a la consejera designada por el mismo partido, Elisa Núñez, una condena por violencia machista de género. El nombre de Martín Domínguez fue una de las propuestas de la dirección nacional de Vox a su formación en la Comunidad Valenciana, según fuentes del Consell,
Por todo ello, Barrera se está mostrando muy cauto. Este miércoles deberá romper su silencio porque comparecerá en Les Cortes para informar sobre “las líneas generales de su política”, como el resto de consejeros. Su nombre, no obstante, sí ha sido protagonista en los medios de comunicación en las dos últimas semanas a pesar de su silencio, después de que se conociera que aún no se había desvinculado de los cargos que ocupa en siete empresas, dedicadas, principalmente, al sector inmobiliario, del vino y del marisco. Tal como adelantó El Confidencial, Barrera es administrador de hasta siete sociedades mercantiles, lo que es incompatible con su cargos políticos, por lo que debe desvincularse de las mismas para ejercerlos.
Barrera no ha salido al ruedo a dar explicaciones ni comentar nada al respecto. Sí lo ha hecho el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que ha reiterado que está a tiempo para cumplimentar la tramitación, que el reglamento marca un plazo de dos meses desde su nombramiento. Ese plazo, según el reglamento, es para la presentación de la declaración de actividades de los miembros del Gobierno valenciano, pero el texto no indica nada del tiempo del que disponen los consejeros para adaptar su situación a las exigencias de la ley. El término de dos meses acabaría este próxima semana.
Esta noticia tuvo una inesperada derivada familiar que llevó de nuevo el nombre de Barrera a los titulares. El Consell d’Informatius de À Punt, la televisión autonómica valenciana, emitió un comunicado la pasada semana en el que denunciaba y condenaba “la agresión verbal y las amenazas” que profirió Esther Barrera, hermana del torero a una editora y su equipo de “Les noticies del migdia” mientras que estaba preparando el informativo de las 14 horas. La hermana, administrativa de la cadena, accedió a la redacción y se dirigió de malas maneras y de manera audible, según fuentes de la cadena, a los informadores para protestar sobre la noticia que iba a emitir relativa al vicepresidente del Consell y su vinculación empresarial.
La situación de Barrera ha generado las críticas de los socialistas valencianos, cuya portavoz parlamentaria, Rebeca Torró, ha reclamado su dimisión por “incumplimiento de la ley de compatibilidades” porque no hay “ningún plazo de dos meses”. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha presentado una denuncia en la Agencia Antifraude (organismo administrativo) para saber si Barrera ha estado cobrando durante este tiempo de las empresas y de las arcas públicas.
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