Detenidas 17 personas en Valencia por el comercio ilegal de algarrobas
El cargamento incautado asciende a 43.284 kilogramos de fruto leguminoso y su precio en el mercado alcanzaría un mínimo de 70.000 euros
Agentes de la Guardia Civil han detenido a 17 personas en la provincia de Valencia, incluida una empresaria de la industria de la algarroba, por el comercio ilícito de 43.284 kilos de este fruto leguminoso, que era robado en explotaciones privadas y parques públicos. El cargamento ilícito supondría un beneficio mínimo de 69.926 euros, según el instituto armado.
La operación se desarrolló durante los pasados meses de septiembre, noviembre y diciembre, y el resultado fue la detención de 17 personas en las localidades de Cheste, Sagunto, Picassent y Paiporta, de entre 20 y los 57 años, de los cuales seis son mujeres y 11 hombres, de nacionalidades española y rumana. A los detenidos se les atribuyen los delitos de apropiación indebida, falsedad documental, hurto, receptación y delito contra la salud pública.
La investigación se inició tras una inspección rutinaria de los agentes en temporada de almacenes, en la que se detectó que había personas que estaban comprando algarroba a bajo precio para poder revenderla en almacenes localizados en las provincias de Castellón y Valencia, aprovechando el alto precio de este fruto en el mercado.
Los agentes hicieron seguimiento de las ventas en varios almacenes de compraventa de algarroba y observaron como en uno de los puntos, situado en el suroeste de Valencia, se estaba produciendo la venta de este fruto con documentación de procedencia cumplimentada de forma fraudulenta y con una cantidad de kilogramos difíciles de producir si se tiene en cuenta la extensión y el número de árboles.
Los agentes abrieron así la operación Karabú, que se ha saldado con la detención de una empresaria del sector de la industria de la algarroba, quien recepcionaba este fruto en su empresa. Las algarrobas compradas eran apropiadas indebidamente en diferentes explotaciones agrícolas de la provincia y carecían, en la mayoría de los casos, de documentación que amparase su procedencia. En otros casos, se compraba gran cantidad de algarroba procedente de parques públicos y otras zonas municipales de distintos ayuntamientos, conociendo esta irregularidad.
La algarroba obtenida de manera irregular se almacenaba junto a otra de procedencia legal con el fin de dar una apariencia legal a la mercancía. Para ello, se realizaban documentos falsos sobre su origen y se utilizaban datos personales de varios clientes, quienes, tras entrevistarse con los agentes, reconocen que su explotación no podría producir la cantidad de algarrobas que se les había adjudicado.
Esta algarroba era almacenada y, posteriormente, transformada e introducida en la cadena alimentaria, tanto animal como humana, pudiendo suponer este hecho un riesgo al desconocerse la procedencia y trazabilidad del mismo.
La algarroba, ahora considerada un superalimento, se ha empleado durante muchos años como pienso para el ganado. Su utilidad como espesante alimenticio natural o ingrediente para la industria cosmética y farmacéutica ha hecho que el producto haya multiplicado su precio. La Guardia Civil redobla los controles en el campo y en los almacenes para evitar la venta del producto sustraído.
