La electrificación de Almussafes, un balón de oxígeno para la industria valenciana

La reacción al anuncio de que la factoría valenciana de Almussafes ha sido la elegida por Ford para fabricar coches eléctricos para su venta en Europa frente a la alemana de Saarlouis ha sido de alivio entre la industria auxiliar del automóvil y también entre instituciones y organizaciones empresariales valencianas. El clúster de la automoción, AVIA, ha valorado la transformación tecnológica que supondrá para la factoría valenciana la producción de vehículos totalmente eléctricos a partir de 2025. “Es un balón de oxígeno para el conjunto de la industria valenciana, no solo para el sector del automóvil, ha valorado la presidencia del clúster, Mónica Alegre.

“Es positivo para el conjunto de la industria valenciana, que se beneficia de manera directa e indirecta de la fuerza tractora de la multinacional”, junto a cerca de 25.000 familias que trabajan en el sector del automóvil”, ha manifestado Alegre.

La electrificación de la factoría de Almussafes junto a la importante inversión de Volkswagen en Sagunto para la gigafactoría de baterías, “nos hacen ser optimistas de cara a que otras multinacionales relacionadas con la nueva movilidad elijan nuestra comunidad”, ha manifestado.

“Es una de las mejores noticias para el sector y la economía de esta tierra”, ha manifestado la decana del Colegio de Ingenieros Industriales, Nieves Romero: “Será un foco de atracción de nuevos proveedores, con fuerte repercusión en sectores relacionados con la cadena de valora del sector de la automoción y auxiliar, como son el energético, la electrónica avanzada, el químico, el metalmecánico, o el del plástico”.

El presidente de Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, ha añadido que la decisión de que Ford Almussafes ensamble la nueva generación de vehículos eléctricos respalda el objetivo de consolidar a la Comunidad Valenciana como “líder de la transformación del sector industrial y centro de atracción de inversiones tecnológicas y de innovación”.

Desde la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto) ha señalado que la decisión de Ford sitúa a España como un país “amigable y competitivo” para los constructores de vehículos, cuyos centros de decisión se encuentran fuera de las fronteras españolas.

En la patronal valenciana, su presidente, Salvador Navarro, ha celebrado la “histórica” adjudicación de Ford y ha asegurado que la decisión es “garantía de futuro de la planta y de toda la industria automovilística de la Comunidad Valenciana” al tiempo que “genera certidumbre” para los trabajadores y proveedores.

Almussafes, municipio donde se abrió la factoría de Ford hace 46 años, ha recibido la adjudicación como una excelente noticia “al asegurar la subsistencia del entorno industrial de Almussafes, el futuro del sector valenciano de la automoción y el mantenimiento de miles de puestos de trabajo”, ha apuntado su alcalde, Toni González.

Para González, la visita a Washington hace unos meses de la ministra de Industria, Reyes Maroto, en la que se determinó la asociación de la UE y EE UU para impulsar la producción de semiconductores, fue todo un éxito que ha desembocado en el anuncio de adjudicación que asegura la subsistencia de muchos puestos de trabajo. “Sin duda la deslocalización de la planta de Almussafes hubiese sido un escenario nefasto y con consecuencias muy duras desde el punto de vista económico y de empleo para nuestro municipio”, explica González.

La Autoridad Portuaria de València ha felicitado a la planta de Almussafes. Ford exportaba antes de la pandemia en torno al 85% de los 400.000 vehículos que fabrica, un 90% por vía marítima a través de las instalaciones de Valenciaport.

Una vez la multinacional ha designado a Almussafes como planta que fabricará coches eléctricos a partir de 2025 solo queda por conocer qué modelos vendrán y a cuanto ascenderá la inversión para la transformación de la factoría, cuya planta de motores sigue sin tener, de momento, viabilidad a medio plazo. La electrificación de la planta supondrá, pese a todo, un ajuste de empleo en la planta valenciana, en la que trabajan en la actualidad unos 6.000 trabajadores.