La Ciudad de la Luz de Alicante: del tsunami de ‘Lo imposible’ a ayudar a los refugiados ucranios de la guerra

Unos setenta ucranios esperan pacientemente a que les llegue su turno en una especie de comisaría. Una traductora les indica cuáles son los pasos que deben seguir en estas dependencias para regularizar su situación en España. Toma de huellas, fotografías, registro de datos, todo ello controlado por agentes de la Policía Nacional y especialistas en Extranjería, al ritmo que exige atender a unas 180 personas al día.

En el exterior, algunos de los convocados charlan, fuman o pasean a los niños, que juegan con aviones azules de plástico. Unas naves industriales enormes, identificadas con números gigantescos, rodean la oficina. Son los antiguos despachos y platós de rodaje de la Ciudad de la Luz de la Generalitat, el complejo cinematográfico alicantino en el que Juan Antonio Bayona rodó la famosa escena del tsunami de Lo imposible y que ahora los Gobiernos central y valenciano han establecido como uno de los principales centros estratégicos en España logístico y de atención a refugiados de la guerra en Ucrania, junto a Madrid y Barcelona. Recientemente se ha unido Málaga.

La comisaría parece otro escenario. Pero se trata de una oficina de asistencia jurídica gratuita que la consejería de Justicia de la Generalitat ha instalado en la antigua zona de tiendas del complejo. A su lado, unos voluntarios preparan la comida que más tarde, servirán, también en uno de los platós, a todas las personas que visitan la Ciudad de la Luz para tramitar el papeleo. De momento, están acogidos fuera de las instalaciones. Pero se están habilitando dependencias en los estudios cinematográficos para ser atendidos y poder pernoctar.

Ya se han iniciado los trabajos para instalar los módulos del hospital de campaña de Valencia, que se montó con motivo de la pandemia de coronavirus, y que se adaptarán y adecuarán para albergar el centro de recepción y acogida dentro de los platós. En un principio, el Gobierno ha destinado 200 plazas en la Ciudad de la Luz y 2.000, en hoteles y albergues de los alrededores.

En la Comunidad Valenciana residen 21.000 personas con nacionalidad ucraniana, más de la mitad en Alicante, la provincia con la comunidad de ciudadanos procedentes del país bañado por el Mar Negro más nutrida de España. Muchos de los refugiados están siendo acogidos por familiares y compatriotas radicados en distintas poblaciones de la zona.

Cada uno de los solicitantes recibe en la Ciudad de la Luz los documentos necesarios, incluida la tarjeta sanitaria SIP, y toda la información que les permita instalarse, trabajar o escolarizarse, en el caso de los menores, en España. a Cruz Roja participa en todo el operativo.

Este centro de documentación comenzó a estar operativo ayer para atender de manera integral a todos los solicitantes a través de cita previa, de lunes a domingo en horario ininterrumpido de 9.00 a 20.00 horas. Hasta el momento, todos los ciudadanos que acuden a las comisarías de la Policía Nacional son atendidos por los agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, quienes tramitan su Declaración de Entrada en el idioma de su país.

La acción conjunta de Gobierno, Generalitat y Embajada de Ucrania también aprovecha las colosales instalaciones del complejo para custodiar y repartir todos los materiales que puedan emplearse como ayuda humanitaria, tanto los de donaciones particulares como los productos de fabricación propia que aportan empresas de la provincia de Alicante, cuenta la directora general de Coordinación del Diálogo Social de la Comunidad Valenciana, Zulima Pérez Seguí. En estos momentos, guardan “300 palets con productos de alimentación, higiene, ropa, refugio y primeros auxilios”, detalla la responsable.

La canalización de materiales hacia Ucrania o su frontera y la próxima llegada de exiliados son las últimas historias nacidas en estas instalaciones de más de dos millones de metros cuadrados que, aunque nacieron de un proyecto de Luis García Berlanga, han tenido una existencia más bien kafkiana.

Vacunódromo

El cineasta valenciano ideó los estudios como centro neurálgico de la industria cinematográfica española. Lo que sobre el papel parecía una buena idea, acabó siendo un pozo sin fondo con una inversión total de 470 millones de euros, entre obras, financiación e indemnizaciones a los propietarios de terrenos expropiados.

Los platós se inauguraron en 2005 y se cerraron en 2012. Desde entonces, los platos han permanecido cerrados a cualquier actividad económica lucrativa por una sanción de la Comisión Europea al considerar que su financiación con fondos públicos vulneraba la libre competencia. Este pasado lunes, la Comisión comunicó a la Generalitat que estimaba su argumentación y levantaba la sanción el próximo 30 de junio, por lo que vuelve a permitir el uso del centro como estudio de cine. Con el tiempo, las instalaciones han sido empleadas como vacunódromos durante la pandemia y en su perímetro se ha consolidado un distrito digital.

A cincuenta metros de los ucranios que ayer esperan su regularización se eleva, vacío, el plató acuático de la ciudad de la Luz de Alicante, que sí que obtuvo repercusión global. Naomi Watts, Ewan McGregor y un entonces adolescente Tom Holland sufrieron en esta enorme piscina ahora sin agua el tsunami durante el rodaje en 2010 de Lo imposible a las órdenes de Bayona, la única producción filmada en los estudios que alcanzó el éxito incontestable en las salas.