Las pandemia rompe la tendencia a la baja de personas vulnerables atendidas por Cáritas Diocesana
La institución asistió en 2020 a más de 124.500 personas en la Comunidad Valenciana, una cifra que no se registraba desde 2016
Cáritas Diocesana atendió en 2020 a un total de 124.566 personas en la Comunidad Valenciana, más de la mitad mujeres, con pérdida de empleo y menores a su cargo. La pandemia ha hecho que las atenciones regresen a las cifras registradas en los años 2015 y 2016, según la secretaria general de la institución, Aurora Aranda.
Cáritas, a través de sus 686 Cáritas parroquiales de la Diócesis de la Comunidad, ha atendido en 2020 a 124.566 personas, un número “muy elevado”, ha apuntado Aranda, que ha advertido de que siguen constatando que la tasa de la pobreza en la autonomía está por encima de la media nacional: 23,7% frente al 20,7%.
En Valencia, la entidad atendió a 62.534 personas, lo que supone un aumento del 26,2% en relación con el año anterior. “Es un preocupante aumento. Veníamos de un descenso paulatino y progresivo y hemos vuelto a datos superiores a 2016”, ha indicado Aranda.
Los perfiles más atendidos son parejas jóvenes con hijos, mujeres con hijos, migrantes, personas mayores solas, personas con viviendas precarias y personas que han perdido su empleo.
En cuanto a las atenciones de personas jóvenes con hijos, Aranda ha explicado que “hace pensar que la presencia de menores en núcleos familiares es un elemento importante y un factor de exclusión”. Así, atendieron a 16.632 menores en los centros. Además, la pobreza “sigue teniendo rostro de mujer”, puesto que el 72% de los atendidos son mujeres.
Por otro lado, el 61% de las personas beneficiarias de Cáritas eran migrantes, muchos de ellos en situación administrativa irregular; y personas mayores, que han ido en aumento como consecuencia de la pandemia.
También los centros han ayudado a personas con viviendas precarias y a aquéllas que han perdido el empleo: “Se han incrementado las personas que han perdido el trabajo y han venido a nosotros, la mayoría de sectores relacionados con una economía informal como el empleo doméstico o los cuidados. También hostelería, turismo y el sector agrícola”, ha detallado Aranda.
Pese a la crisis sanitaria, desde Cáritas han continuado desarrollando acciones y proyectos como el mantenimiento de 47 viviendas para alojar a familias, personas migrantes o mujeres en contexto de prostitución y trata. En total, en 2020 se han alojado 166 personas en estas casas.
Cáritas ha atendido a más de 300 personas en situación sin hogar a través de dos acciones: acompañamiento a aquéllas que estaban en la calle; y a través del centro de San Esteban.
Así mismo, ha mantenido activos 58 proyectos para menores y familias; y ha atendido a 118 mujeres en contexto de prostitución y trata. También ha orientado a 1.455 personas a través de los servicios de empleo —de las que 808 se han insertado en el mercado laboral—; y ha atendido a 6.004 personas cubriendo sus necesidades básicas.
Para poder lograr estos objetivos, Cáritas ha invertido 6.423.331 millones de euros: “Es fundamental el apoyo, la generosidad, el compromiso y las personas que confían en Cáritas. El volumen de donaciones, colaboraciones y personas particulares ha sido muy grande”, ha destacado Aranda.
Ignacio Grande, director de Cáritas, ha comentado que la imagen que ha quedado tras la pandemia sanitaria es un tsunami con tres franjas de personas muy diferenciadas, todas ellas con necesidades en mayor o menor medida. El reto ahora, ha comentado Aranda, es mantener y ampliar las políticas expansivas de carácter social y económico; impulsar políticas de vivienda; desarrollar estrategias para barrios vulnerables; asentamientos y mejorar el empadronamiento. “Hay que repensar el modelo de cuidados”, ha dicho.
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