Un año de denuncias vecinales contra la ampliación del laboratorio sospechoso de la fuga de la peste porcina
El centro está junto a la Universidad Autònoma de Barcelona en Bellaterra, un enclave de casas unifamiliares rodeadas de bosque y un entorno natural


La ampliación del laboratorio del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias -Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA), que está ahora en el punto de mira por una posible fuga del virus de la peste porcina, lleva más de un año inquietando a los vecinos de Bellaterra que, a día de hoy, viven con cierta ansiedad que sus casas se encuentren a escasos metros de dónde se manipulan diferentes patógenos.
El IRTA-CReSA es un centro puntero en España que dispone de una unidad de biocontención de 4.500 metros cuadrados, con seis laboratorios con un nivel de bioseguridad 3: el que necesitan para investigar con virus como el de la peste porcina. Esta instalación no está aislada del mundo. Todo lo contrario, está dentro del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona. A escasos metros de las instalaciones del IRTA-CReSa se encuentra la facultad de veterinaria; mucho más cerca, el hospital clínico veterinario; y también una asociación de equinoterapio. El laboratorio se encuentra a 500 metros del rectorado de la UAB y a 700 de la estación Universitat Autònoma de los Ferrocarriles Catalanes de la Generalitat.
Josep Maria Riba, del partido Bellaterra Endavant!, es desde 2023 el presidente de la entidad municipal escentralizada (EMD) —pertenece al municipio de Cerdanyola del Vallès— y se topó el año pasado con los primeros miedos vecinales por la ampliación del laboratorio. “La oposición de Gent per Ballaterra reivindicó que el CReSA era peligroso y la ampliación podría hacerlo más peligroso. Investigamos y comprobamos que estas instalaciones no tienen la obligación de respetar unas distancias con las viviendas”, explica.
Riba destaca que el laboratorio trabaja con virus peligrosos y pensaron que la ampliación que había solicitado el centro y que finalmente aprobó el Ayuntamiento debía revisarse. “Buscamos una empresa para que realizara un estudio jurídico y técnico pero no la hemos encontrado. El CReSA nos hizo un pequeño tour y vimos que las medidas de seguridad eran muy grandes. Tuvimos que ducharnos tres veces para entrar y salir del laboratorio”, concluye Riba asegurando que la EMD va a estar “muy encima” de la ampliación del edificio para que se cumpla toda la legalidad.
El IRTA-CReSA es un espacio integrado a un campus universitario en el que estudian y trabajan más de 45.000 personas. Al otro lado de la universidad, a solo 400 metros del laboratorio (en dirección oeste) la entidad municipal descentralizada de Bellaterra, un enclave de casas unifamiliares. Se encuentra en plena naturaleza del parque de Collserola y en ella solo viven 3.000 personas.
Los vecinos de Bellaterra son los que tienen mayor nivel adquisitivo de su municipio siendo su renta media anual por cápita de 25.799 euros mientras que la del conjunto de Cerdanyola es de 13.953 euros (la de Cataluña es de 16.546 euros). Bellaterra siempre ha vivido de espaldas a Cerdanyola, de hecho, fue una urbanización hasta conseguir, en julio de 2010, constituirse como EMD. Cuando se constituyó la entidad, el laboratorio del CReSA llevaba cinco años funcionando.
Jordi pasea con su perro por la calle Sardanista Serra de Bellaterra. Es mencionarle el CReSA y rápidamente se enfada: “Tenemos una bomba de relojería en la puerta de casa. Ahora, encima una ampliación para subir de nivel o para vete tú a saber qué. Aquí vive gente, estudian miles de personas… el laboratorio debería estar en los Monegros y no rodeado de civilización”.
El pasado 14 de septiembre, el CReSA comenzaba las obras de ampliación del laboratorio. Las obras fueron adjudicadas a la constructora Rogasa, y suponen ampliar 3.000 metros cuadrados la zona de laboratorios de alta seguridad. Unos laboratorios con bioseguridad nivel 3 en los que se trabaja con patógenos potencialmente letales pero con tratamiento o vacuna en caso de poder afectar a los humanos. Entre los vecinos de Bellaterra corrió la voz -de hecho muchos todavía lo creen- que la ampliación actual iría aparejada (en un futuro incierto y no marcado ni barajado públicamente en ningún caso por las instituciones) aumentar a 4 el nivel de bioseguridad, lo que significaría que los investigadores podrían trabajar, en el laboratorio, con patógenos letales y sin tratamiento .
Ramon Andreu fue presidente de la EMD, por el partido Gent de Bellaterra, desde su creación en 2010 hasta 2023. “Cuando se creó la entidad, el laboratorio ya estaba. No pudimos hacer nada pero lo cierto es que, el año pasado cuando se anunció la ampliación nos sorprendió. Aquí vivimos 3.000 personas pero, además, en la universidad autónoma hay movilidad internacional de más de 40.000 personas”, denuncia.
Gent de Bellaterra pidió que se revisara la ampliación del laboratorio y, aclarar, si supondría en un futuro que el CReSA pudiera trabajar con virus de nivel 4. “Además, hay una anomalía y un problema de seguridad muy grande. Los edificios del campus de la Universidad Autónoma tienen un plan de autoprotección de emergencias para cada instalación y, además, otro plan general por si existe un peligro mucho más grave y global. El CReSA no está incluido en este plan. Imaginemos un terremoto que parte en dos el edificio y permite una fuga de virus”, denuncia Andreu.
EL PAÍS se ha puesto en contacto con la UAB y ha corroborado que el laboratorio tiene su propio plan de emergencias pero, tal y como informa un portavoz de la universidad, “como no es un centro de la UAB no está bajo el paraguas” del plan de emergencias general del campus. El rectorado de la UAB, “por deferencia”, se limita a informar al laboratorio cuando se toman medidas como “suspender la docencia por una inclemencia meteorológica”, aunque se limitan a informar. “Estamos en un caso grave de peste porcina y el campus de la UAB no se ha cerrado. Tenemos un edificio que supone un alto riesgo, no se toman las medidas necesarias y, además, se permite una ampliación”, denuncia Andreu.
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