Los arquitectos critican el proyecto del Museo Thyssen de Barcelona y reclaman al Ayuntamiento un proceso participativo
Carmen Cervera acude a Barcelona para participar en una intervención artística de estudiantes en la sala de butacas del Cine Comedia


Volver a la casilla de salida y resetear todo el proyecto de ampliación del Cine Comedia que tiene que albergar el Museo Thyssen de Barcelona y que avanza en el Ayuntamiento de Barcelona. Esa es la demanda acordada este jueves en un acto por el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC), cuyo decano, Guim Costa, hará llegar al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. El gremio demanda la apertura de un proceso participativo que permita crear una propuesta arquitectónica “con valor de permanencia”, además de reclamar un estudio económico y otro sobre el retorno a la ciudad que supondrá exponer en el centro de la ciudad obras de Ramon Casas, Eliseu Meifrèn o Santiago Rusiñol, además de una selección inédita de su colección.
Unas decenas de arquitectos se han reunido en la sala de actos del COAC para debatir sobre el proyecto museístico horas después de que sus promotores, entre ellos Carmen Cervera, la baronesa de Thyssen, convocaran en el patio de butacas del antiguo cine una intervención artística protagonizada por los alumnos de nueve escuelas de arte de la ciudad y acompañada por grandes figuras del panorama cultural como Javier Mariscal, Judit Mascó o Carme Ruscalleda. En el acto, Cervera ha destacado que el museo será un espacio abierto tanto para los barceloneses como para los turistas, mientras que Juan Manuel Sevillano, director de Stoneweg, el fondo que lo financiará, ha adelantado que las obras comenzarán a finales de 2026, cuando obtengan las licencias necesarias, por lo que se mantiene la previsión de que el espacio abra en el segundo semestre de 2028.
Es justo ese el calendario que el COAC quiere poner en suspenso. El Ayuntamiento de Barcelona está en el proceso final para modificar el Plan General Metropolitano que permitirá una remodelación completa del interior del edificio (se respetarán las fachadas del Palau Marcet), elevará su cota máxima de altura y disparará un 25% su techo disponible. El acto, montado con tres sesiones explicativas y un debate final en el que no han aceptado la invitación ni el Ayuntamiento de Barcelona ni los promotores, ha servido para alzar una voz crítica con las diferentes propuestas que surgen del proyecto.
Una de las críticas que ha vertido durante su presentación el arquitecto Sebastià Jornet es el hecho de que la ampliación de suelo sirva para disponer dentro del edificio de hasta 2.500 metros cuadrados de oferta comercial. “No sé de ningún museo que tenga una tienda de 2.500 metros”, ha dicho Jornet, quien ha señalado que con la reforma “sospecho que ganan más ellos que la ciudad”. Lo fundamentaba en el hecho de que el enclave del Comedia, en el cruce del paseo de Gràcia y la Gran Via, está atestado de afluencia turística y, en cambio, está muy limitado en lo que se refiere a equipamientos públicos.
“La ciudad está dando más techo a un fondo de inversión”, ha apuntado Jaume Artigas, quien ha defendido las alegaciones que ha presentado la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) a la modificación del PGM. En el coloquio posterior, en el que se ha llamado a endurecer el manifiesto inicialmente propuesto por el colegio profesional, un arquitecto municipal ha señalado que la modificación urbanística no argumenta su “interés público urbanístico”, que se explicaría con las dotaciones públicas que ofrece a cambio, como zonas verdes o cesión de suelo.
De momento, el proyecto del Museo Thyssen tira adelante y mantiene la fecha del inicio de las obras para 2026, aunque el proyecto arquitectónico es, de momento desconocido. Sevillano ha asegurado en declaraciones a los medios que cuando el diseño esté acabado se presentará “en su majestuosidad” y ha dicho que es un proyecto complejo que tiene su debate interno y que poco a poco irá tomando forma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma


































































