La Agencia de Salud Pública de Barcelona investiga un posible brote de tuberculosis entre trabajadores de las obras del Camp Nou
Hay al menos una persona diagnosticada con la enfermedad infecciosa y otras tres en investigación a la espera de resultados

La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) investiga un posible brote de tuberculosis entre trabajadores de las obras del Camp Nou. Según ha confirmado a EL PAÍS el organismo sanitario, una persona del equipo técnico que trabaja en la remodelación del campo del Barcelona ha sido diagnosticada de la enfermedad infecciosa y ya se han comenzado las pesquisas entre sus contactos cercanos: de las 23 personas de su entorno estudiadas, hay tres en investigación a la espera de resultados que certifiquen si padecen la dolencia o no. La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que, en su forma más común, afecta a los pulmones y se transmite de persona a persona a través de gotitas de saliva expulsadas al toser, estornudar o hablar.
Fuentes del Departamento de Salud han apuntado que el diagnóstico del primer caso se produjo después de que una persona que trabajaba en el dispositivo de remodelación del Camp Nou comenzase con una sintomatología compatible y, al consultar a los servicios sanitarios, las pruebas médicas pertinentes confirmaron la enfermedad. Los síntomas más comunes que produce la infección son tos persistente, fiebre, pérdida de peso y fatiga.
Para la ASPB, este episodio infeccioso todavía no puede considerarse brote: para formalizarse como tal, tiene que haber al menos dos casos relacionados y, por ahora, solo tienen la confirmación de un positivo. Con todo, mantienen activa la vigilancia epidemiológica con el estudio de contactos y ya han iniciado el tratamiento y seguimiento pertinente a la persona infectada.
La tuberculosis es una enfermedad prevenible y curable, aunque es imprescindible un diagnóstico precoz y seguir el tratamiento antibiótico a rajatabla para evitar cepas resistentes a los fármacos: alrededor del 85% de los contagiados se cura con un tratamiento de seis meses.
Ahora bien, el hecho de tener una pauta terapéutica larga puede complicar la adherencia al tratamiento y, por consiguiente, también la resolución de la infección. Si no se sigue la pauta de forma adecuada o se abandona, la persona infectada puede acabar generando resistencias a ese antibiótico y seguir teniendo, además, capacidad infectiva.
Algo así, de hecho, estuvo en el origen de un brote que se registró el pasado marzo en Barcelona y su área metropolitana y que llegó a afectar a más de 25 personas. Según se recogió en un artículo publicado en la revista Enfermedades Emergentes, el origen estuvo en una persona diagnosticada en diciembre de 2022 que no cumplió el tratamiento adecuadamente y, además, protagonizó varias “fugas hospitalarias”. “El mal control de un paciente con tuberculosis y complejidad social extrema involucró a diversos servicios sanitarios, policiales y judiciales durante prácticamente dos años sin que pudieran ser resolutivos”, anotaron los autores en el trabajo publicado.
Según el último informe de la ASPB sobre la situación de la tuberculosis en Barcelona, que cuenta con datos de 2022, en ese año se detectaron un total de 270 casos, un 5,6% más que en el año anterior. La mayoría, el 67%, eran personas nacidas fuera de España, sobre todo, originarias de Perú, Marruecos y Pakistán. En este estudio, la ASPB también hace hincapié en que “la diversidad de orígenes de más de la mitad de los pacientes y sus contactos (29 países diferentes) hace que el seguimiento clínico de la enfermedad sea más complejo”. “Es indispensable la contribución de los agentes comunitarios de salud, para facilitar la relación entre el enfermo y el sistema sanitario.”, plantea.
Polémicas laborales
El episodio infeccioso que investiga la ASPB ha devuelto el foco de atención a las obras del estadio del Camp Nou, que han ido acumulando polémicas desde sus inicios, cuando se supo que algunos operarios dormían frente al estadio. Este mismo martes, medio centenar de personas se han concentrado a las puertas del estadio para denunciar que las empresas Extreme Works y Limak —la primera, una de las subcontratas, con sede en Lituania, que están realizando las tareas de construcción del nuevo Spotify Camp Nou, y la segunda, la compañía turca que recibió el encargo del FC Barcelona para liderar las obras de construcción del estadio— han despedido a unos 50 trabajadores que se encontraban en situación administrativa irregular. Carlos del Barrio, responsable de Acción Sindical de CC OO Hábitat en Cataluña, ha explicado que la intención de las compañías es devolver a estos trabajadores “sin papeles” a sus países de origen, “sin ninguna garantía”.
Precisamente, la Inspección de Trabajo de la Generalitat está ultimando un expediente sobre las irregularidades laborales en las obras del Camp Nou a raíz de una denuncia que CC OO interpuso a finales de septiembre. El 25 de septiembre unos 20 subinspectores fueron a las instalaciones y hablaron con los trabajadores, la gran mayoría extranjeros, para recabar información. La Inspección de Trabajo comunicará las actas dentro de unas tres semanas, según ha explicado este martes el secretario de Trabajo, Paco Ramos. Desde el inicio de las obras, la Inspección de Trabajo ha recibido 10 denuncias relacionadas con irregularidades en el ámbito laboral.
Por su parte, y a propósito de todas estas polémicas laborales, el FC Barcelona se ha limitado a puntualizar que “mantiene una colaboración constante con Limak para garantizar el respeto absoluto a los derechos laborales y el cumplimiento de la legislación vigente en todas las fases del proyecto”, informa Juan I. Irigoyen.
Más allá de la actuación de la Inspección, el pasado septiembre la Guardia Urbana ya tuvo que desalojar en fin de semana a los trabajadores de Limak, la constructora turca encargada de las reformas, ya que la licencia vigente no contemplaba trabajar los domingos. Y en verano hubo además tensiones entre la empresa y el Ayuntamiento de Calella, donde pernoctan en hoteles parte del contingente de trabajadores, porque la compañía había pedido al Consistorio empadronar a unos 200 empleados de fuera de la Unión Europea (armenios, georgianos y kosovares) para que pudiesen “acceder al sistema público de salud”. Pero el Ayuntamiento mostró sus resistencias al considerar que no les tocaba por ley y el propio alcalde, Marc Buch (Junts) admitió su temor a que, al empadronarlos, se tensionasen más los servicios de salud de la zona. Limak argumentaba, por su parte, que el seguro médico ya cubría las necesidades de salud de los trabajadores, pero incidía en la conveniencia de empadronarlos en los hoteles donde vivían temporalmente para que tuviesen “acceso al sistema público sanitario solo en caso de necesidad fuera del horario laboral”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.






























































