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La Luz del Mundo, investigada en Estados Unidos, celebra su gran misa en Barcelona: “Nos llaman secta porque somos diferentes”

La congregación evangélica está en el punto de mira después de que su líder haya sido condenado por abuso de menores

Ivanna Vallespín

El espacio: una discreta nave industrial del barrio del Poblenou de Barcelona, de puerta negra, custodiada por tres corpulentos vigilantes. No es una discoteca. Escudriñando hacia el interior, una sala iluminada con tonos blancos y amarillos, con una especie de altar y unas voces que se escapan hacia el exterior: “Somos iglesia”. El acto: la celebración de la Santa Cena, el principal ritual de la Iglesia Cristiana Evangélica del Dios Vivo, más conocida como La Luz del Mundo, un movimiento nacido en México al que envuelve la polémica, después de que su líder Naasón Joaquín García, fuera condenado por violación de menores y ahora esté investigado por crimen organizado.

La congregación -que cuenta con una iglesia en la calle Almogàvers- ha elegido este espacio en la calle Llull, mucho mayor, para albergar al millar de personas del sur de España que se dan cita este fin de semana en la capital catalana. Tras varios minutos de negociación, los portavoces del movimiento -solo ellos están autorizados a hablar con los medios de comunicación- atienden a este diario, no sin disimular su desconfianza y sorpresa por la presencia de periodistas. “Es un acto privado y no lo hemos publicitado por redes”, comentan.

La celebración de la Santa Cena, que conmemora la muerte de Cristo, empezó el viernes con un acto de culto a la familia y prosigue hasta el domingo con varias meditaciones y plegarias. “Son cultos de diferentes ministros [predicador] sobre la niñez, la familia, la educación…. Se explica la correcta doctrina de la vida. Se trata de hacer mejores personas y ciudadanos y respetar las leyes”, asegura Levi Sainz, ministro de la Luz del Mundo, parapetado durante toda la entrevista por cuatro hombres más.

Este mensaje choca con las prácticas de su polémico líder, Naasón Joaquín García, autor confeso de un delito de violación de menores, por el que fue condenado en 2022 a casi 17 años prisión. Ahora, una Fiscalía de Nueva York también le acusa, y a miembros de su familia, de crimen organizado, tráfico sexual y explotación infantil. Sobre este escándalo, Sainz declina hacer comentarios, pero asegura que ello no está afectando a la imagen de la congregación.

Los organizadores niegan el permiso a este diario para entrar en el evento e incluso a hablar con algunos de los fieles. Estos también declinan hacer comentarios. “Somos una iglesia y tenemos una organización y una jerarquía”, comenta una asistente en el exterior durante un receso. Los parroquianos, esencialmente sudamericanos, son claramente visibles: los hombres y los niños lucen trajes, mientras las mujeres van ataviadas con vestidos de alegres estampados y una especie de mantilla para cubrirse la cabeza. “La mujer debe taparse el cabello, es lo que dice la Biblia”, explica Sainz.

Con todo, el ministro de la congregación contesta a algunas voces que los acusa de “secta”: “Nos llaman secta porque somos diferentes. Todo lo que es diferente o se sale de lo habitual despierta recelos. Pero una secta es un grupo cerrado y nosotros somos abiertos, estamos abiertos a nuevos fieles o a opiniones, además realizamos labores sociales y culturales”, defiende Sainz.

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Sobre la firma

Ivanna Vallespín
Redactora focalizada en Educación desde 2012, con pinceladas también en Política, Derechos Sociales y ElPais.cat. Anteriormente, en medios locales escritos, radio y televisión.
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