El ‘no’ de Junts al decreto ómnibus hace volar por los aires la foto de unidad entre Puigdemont y Junqueras

Ni una semana ha durado foto de unidad con que las nuevas cúpulas de Esquerra Republicana (ERC) y Junts per Catalunya habían querido escenificar el acercamiento de sus dos líderes en la reunión de Waterloo. La decisión de la formación que lidera Carles Puigdemont de marcar perfil en la votación de los reales decretos del escudo social ha derivado en un intercambio de reproches entre ambas formaciones, una situación que hasta ahora solo se limitaba al Congreso de los Diputados. La portavoz en Madrid de Junts, Miriam Nogueras, aseguró este viernes en una entrevista a SER Catalunya que aguantarán los mensajes de “chantaje” por su voto y lamentó que no hubiera una negociación donde, aseguró, habrían puesto sobre la mesa bajar el IVA, entre otros, a los veterinarios y las funerarias.

El encuentro entre Oriol Junqueras, presidente de ERC, y su homólogo de Junts, Carles Puigdemont —que vive en Bélgica a la espera de que la justicia decida sobre la amnistía— terminó con un buen propósito de ambos. En la nota conjunta emitida por los dos partidos se habló de “impulsar espacios de trabajo coordinado para debatir las cuestiones que afectan al futuro nacional y el progreso social de Cataluña”. El líder republicano, al que acompañó su número dos, Elisenda Alamany, aseguró en declaraciones a la prensa que aspiraba a tener “una relación fluida y educada con todo el mundo”.

Ambas formaciones independentistas viven instaladas en la confrontación dual. Mientras pactan en varios municipios Presupuestos para el año 2025, viven en una guerra fría permanente en el Parlamento de Cataluña. Las Cortes Generales, por su parte, son un Vietnam. Los respectivos portavoces de ambas formaciones en Madrid, Gabriel Rufián y Miriam Nogueras, ya han convertido en un género en sí mismo sus enfrentamientos dialécticos en la tribuna del Congreso y la votación de los reales decretos no fue la excepción.

“La mayoría de PP, Vox y Junts acabará cargándose a este Gobierno”, dijo el republicano en el debate sobre la votación de los tres decretos ley, y acusó a la formación de Puigdemont de ser “la derecha reaccionaria de Cataluña”. En septiembre del año pasado, Rufián y el diputado Josep Maria Cruset se enzarzaron agriamente a cuenta de los pactos entre socialistas y ERC. Se descalificaron llamándose mutuamente “pagafantas” y “chulo de barra”.

Esta vez, sin embargo, sí ha reverberado en Cataluña el choque de posiciones madrileño. Tradicionalmente, ambos partidos compartían la idea de que tirarse los trastos por la cabeza en público iba en contra de la cacareada “unidad independentista”. Cuando se vio que tal suma era más un deseo que una realidad, optaron por trasladar la lucha partidista a Madrid. Nogueras esta vez no dijo nada, pero sí le respondieron a Rufián personajes de peso dentro del partido, como el diputado Agustí Colominas, exdirector de la fundación convergente CATdem. Llamó a Rufián “portavoz de la extrema izquierda española” y lo acusó de estar obsesionado con Puigdemont tras las “155 monedas de plata”, en referencia al tuit que en 2017 hizo el republicano, el día de la fracasada declaración de independencia posterior al 1-O.

La cuenta oficial de ERC en X publicó un mensaje en el que remarcaba la suma “Junts, PP y Vox”, cuyos votos impidieron que saliera adelante el impuesto a las eléctricas. “La derecha extrema y la extrema derecha se vuelven a poner de acuerdo en la defensa de los que más tienen”, decía el texto. Hasta la propia secretaria general republicana, Elisenda Alamany, bajó a la arena. “Si, de repente, te encuentras votando en contra de la mejora de la vida de los catalanes es que has olvidado para quien trabajas”, escribió en esa misma red social.

“Mi adversario es el Estado. [Rufián] no representa a la mayoría de su partido ni de su grupo en Madrid. Es lógico que en ciertos temas votemos cosas diferentes. Eso no ha de extrañar”, aseguró por su parte el secretario general de Junts, Jordi Turull, en una entrevista a TV3. El número dos del partido del expresident no se alejó del guion de que si se desgajan el aumento de las pensiones y las bonificaciones del transporte del texto del real decreto ellos votarían “sí” de manera automática. Y aunque recordó que el propio Puigdemont ya dio por amortizadas las negociaciones sociales con el Gobierno, lamentó que se les “engañara” con un nuevo decreto ómnibus tras la aprobación de dos en enero del año pasado.

“El Gobierno español no tiene mayoría y no puede actuar como si la tuviera. No diremos que sí a todo el programa electoral del PSOE y Sumar”, insistió este viernes por su parte Nogueras, en una entrevista a Aquí Catalunya, de SER Catalunya. “Sentémonos. Me explicarás las medidas que quieres aprobar y yo te diré que no quiero que suba el IVA del aceite y del pan”, ha añadido Nogueras. La portavoz de Junts ha asegurado que si los socialistas se hubieran abierto a negociar, habrían puesto sobre la mesa temas como una reducción en el IVA de los veterinarios y de los servicios funerarios.