El discreto aterrizaje del gran congreso del juego en Barcelona: hoteles llenos y 55.000 asistentes, pero pocas vallas publicitarias

A juzgar por el esfuerzo de promoción, por la presencia institucional y por su implicación en la vida pública, y con el permiso del Mobile World Congress, el calendario congresual de Barcelona tiene en este arranque de año un nombre propio: la feria Integrated Systems Europe (ISE). Con la previsión de aumentar un 20% los 73.891 asistentes que reunió el año pasado, el ISE, dedicado a la industria audiovisual y que celebrará a principios de febrero su cuarta edición en Barcelona, reivindica su peso para encontrar su lugar en la ciudad. Esta actitud contrasta radicalmente con el congreso que se estrena este año en Barcelona y que ha empezado este lunes, aunque por las siglas son fáciles de confundir.

El International Casinos Exhibition (ICE), uno de los congresos más importantes dedicados al sector del juego y las apuestas, no se queda corto en número de asistentes: se prevé que participen más de 55.000 profesionales y más de 600 empresas. Estos números sitúan al ISE en la misma liga que el Mobile, el ISE o Alimentaria (encuentro bianual que este año no se celebra), entre los grandes congresos de Fira de Barcelona. Pero apenas ha habido promoción ni se ven vallas publicitarias, y los medios generalistas no pueden acceder a la feria, aunque sí los medios especializados

No es la primera vez que en un evento en Fira de Barcelona se excluye a medios de comunicación, ya ocurrió cuando McDonald’s celebró en Barcelona su convención global el año pasado. En el caso del ICE, la organización ha decidido actuar con discreción y no hacer promoción, cosa que se explica en parte por las restricciones de publicidad que regulan el sector del juego. Celebrado durante muchos años en Londres, el año pasado el ICE anunció que se trasladaba a Barcelona para crecer, tras un proceso de selección que tuvo lugar al final del mandato de Ada Colau en el Ayuntamiento. El anuncio generó entonces cierto malestar y el Síndic de Greuges de Barcelona, que actúa como defensor del pueblo de la capital catalana, instó al Ayuntamiento para cancelar la feria porque, según entendió, su celebración entraba en contradicción con las políticas de prevención de la ludopatía.

El congreso ha arrancado este lunes, y está ligado a Barcelona por un contrato de cinco años que pueden ser prorrogables. Pese a la discreción del evento en cuanto a publicidad, sí que se nota en los hoteles, que han visto incrementar sus reservas, especialmente los establecimientos de lujo, así como en restaurantes, discotecas, espacios de ocio y hasta en el helipuerto de Fira de Barcelona, que se ha puesto a disposición del ICE para que los asistentes puedan hacer salidas en helicóptero.

Fuentes de la organización explican que el congreso es exclusivamente de sector: es decir, que todos los participantes son profesionales de empresas del juego, que no hay consumidores o público general, y que en ningún caso se juega o se apuesta en la feria. En el congreso, las empresas venden y muestran sus productos, desde ruletas y tragaperras hasta tecnología como pantallas inteligentes para apuestas deportivas o videojuegos, o herramientas de ciberseguridad. También hay un área dedicada al juego responsable, donde los Mossos d’Esquadra tienen un espacio, y también participan en este área varias asociaciones de lucha contra las adicciones y la ludopatía. En el congreso participan 200 reguladores de los 170 países que tienen representación en la feria. Así, según fuentes de la organización, el ICE se trata de un congreso en el que las empresas del juego hacen negocios entre ellas, y a la vez debaten y estudian sobre la regulación y sobre cómo hacer más seguro el juego.

El ICE llena estos días —se celebra entre el lunes 20 y el miércoles 22 de enero— seis pabellones de los ocho que tiene el recinto de Gran Vía de Fira de Barcelona. Los organizadores calculan que generará unos 300 millones de euros de impacto en la economía de la ciudad.