La Guardia Urbana incorporará pistolas taser ante la proliferación de armas blancas en Barcelona
El Ayuntamiento prevé aprobar el reglamento en junio para dotar a la Unidad de Refuerzo para Emergencias y Proximidad (UREP) con 22 dispositivos a principios de 2026
La incorporación de los dispositivos conductores de energía (DCE) o pistolas taser, como se conocen popularmente, en la Guardia Urbana serán una realidad a partir de 2026. La dirección del cuerpo policial municipal ha confirmado la preocupación generalizada por la proliferación de armas blancas en Barcelona, fenómeno que ha desencadenado su implementación. El Ayuntamiento ha presentado este viernes el anteproyecto del reglamento para el uso de esta arma y su aprobación está prevista para junio. Después se iniciará la contratación de los dispositivos por concurso público. Fuentes policiales han avanzado que se repartirán 22 dispositivos entre la Unidad de Refuerzo para Emergencias y Proximidad (UREP), pero solo 10 estarán activas al mismo tiempo, una por unidad.
El texto consta de 12 puntos en los que se concretan las normas básicas de seguridad, los criterios de uso, la formación de las unidades de policía o las condiciones técnicas de los DCE. La dirección de la Guardia Urbana ha insistido en que solo se utilizará cuando haya riesgo elevado para la integridad física del policía o de terceros, como en el caso de las armas blancas. Pero siempre se deberá agotar la vía del diálogo. Antes de desenfundarla, el agente deberá avisar de forma clara al individuo. Y en caso de hacer uso, la asistencia médica deberá estar garantizada mediante la presencia de un desfibrilador. Posteriormente se requerirá informar a la autoridad judicial. El borrador del reglamento también contempla actuar con la taser en casos de tentativa de suicidio o conductas de autolesión si la persona no desiste tras la mediación.
Estará prohibido el uso en manifestaciones o en concentraciones de un elevado número de personas, en mujeres embarazadas, menores de 14 años, animales (a menos que responda a evitar un mal mayor o irreparable) o en personas de edad avanzada o débiles de salud. La policía barcelona ha asegurado que se regirá por los tres principios que constan en su código deontológico: congruencia, oportunidad y proporcionalidad. Ha insistido también en que esta herramienta permitirá dar una respuesta no letal en situaciones de alto riesgo en las que la fuerza física o el bastón policial no sean suficientes, pero en la que el uso de la pistola reglamentaria pueda ser desproporcionado.
El arma es de última generación, según ha confirmado la Guardia Urbana, y dispone de geolocalizador. A diferencia de los modelos antiguos, que solo funcionan hasta los siete metros, el nuevo llega hasta los 13 metros, ampliando así el margen de seguridad. Cuenta con grabación de vídeo que se activa de forma inmediata una vez se desenfunda. Las descargas, de entre un miliamperio y tres amperios, duran cinco segundos y actúan sobre el sistema motor de la persona. La supervisión de los DCE dependerá del Servei d’Afers Interns de la Guardia Urbana.
La tenencia y uso de los DCE exige una formación teórico-práctica que incluye: entrenamiento en la toma de decisiones, estudio del código ético, aprendizaje en la manipulación y conservación del arma o el desarrollo de habilidades para reconocer situaciones de alteración de la salud mental y de la influencia de sustancias psicotrópicas.
En Cataluña hay 78 cuerpos policiales, que han incorporado los DCE. Y a nivel estatal, 208 municipios los han implementado. Los cuerpos de policía nacionales o las policías autonómicas ya hacen uso, como los Mossos d’Esquadra, que los implementaron en 2018 tras dos años de debate político. Organizaciones por los derechos humanos como Amnistía Internacional forman parte de la redacción del borrador. Una condición que ha demandado la entidad es que los dispositivos no cuenten con contacto físico directo ni con una sonda que toque al individuo. La controversia en torno a las pistolas taser siempre han estado presentes, como fue con la muerte de un hombre en 2021 en Badalona tras recibir una descarga con esta arma.
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