El PSC se reorganiza para gestionar las mayores cotas de poder de su historia

El Govern del president Salvador Illa celebrará este martes su primera reunión en el Palau de la Generalitat tras la toma de posesión este lunes de los 16 consejeros en una breve ceremonia. El Consell Executiu aprobará probablemente la relación de nuevos nombramientos de segunda línea para completar el organigrama del Ejecutivo monocolor de los socialistas. Con la llegada a la presidencia de la Generalitat, el PSC se está reorganizando para nutrir y gestionar la etapa en la que concentra el mayor poder de su historia (por encima de la del expresident Pasqual Maragall) en la que gobernarán los cuatro niveles de Administración. En la época del tripartito de Maragall regía una coalición entre PSC, ERC e Iniciativa.

Illa, que apeló durante el acto del Saló Sant Jordi a los valores “socialdemócratas” y de “humanismo cristiano” de su Govern, ha tenido que recurrir al Ayuntamiento de Barcelona, a la Diputación y al Gobierno para nombrar a sus cargos. El president ha apostado por dos hombres clave en las dos primeras instituciones: Albert Dalmau, hasta ahora mano derecha del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, fue nombrado este lunes consejero de Presidencia, y el hasta ahora coordinador general de la Diputación, Javier Villamayor, es el nuevo secretario del Govern. Mónica Martínez Bravo, que era la secretaria general de Inclusión del Ministerio de Trabajo, ocupa la consejería de Derechos Sociales.

Tras ganar en tres años cinco elecciones consecutivas —autonómicas, municipales, generales, otra vez autonómicas y unas europeas—, el PSC ha desplegado un poder territorial en Cataluña que coronó de forma significativa en los comicios locales de 2023 y ahora con la presidencia de la Generalitat por primera vez desde 2010. Los socialistas gobiernan en ocho de las 10 ciudades más pobladas, salvo en Badalona (PP) y Terrassa (Tot x Terrassa). Uno de esos grandes municipios socialistas es el de Santa Coloma de Gramenet, dirigido hasta ahora por Núria Parlon, que es la nueva consejera de Interior.

Los socialistas sostienen que tienen suficiente músculo para resistir la cadena de nombramientos, aunque recuerdan que Illa ya comunicó que abriría las puertas del partido para afrontar esta etapa. Esa apertura ya se percibe en la cúspide de la pirámide. Illa ha diseñado un Ejecutivo que conforman a partes iguales ocho consejeros con carné y otros que proceden del mundo soberanista (ex CiU y ERC) e independientes. “Es un gobierno transversal y con equilibrio territorial”, sostuvo el president este lunes.

La cuestión es si, con la concentración de poder, el PSC se arriesga a desvestir a un santo para vestir a otro. El consejero de la Presidencia, por ejemplo, era una figura básica en el Ayuntamiento de Barcelona. “El santo más importante es este”, afirma convencida una fuente del partido, asegurando que disponen de suficiente cantera en el mundo municipal para nutrir a los cargos que necesiten y que es la que les hizo resistir en los años más álgidos del procés, cuando sufrieron una enorme crisis y la fuga del ala soberanista.

El nuevo Ejecutivo obligará a Illa también a reformar su grupo parlamentario. Alícia Romero, consejera de Economía y Finanzas, era hasta ahora la portavoz en el Parlament. Fue ella la que negoció y pactó los Presupuestos con Esquerra en 2023 y también los fallidos de 2024. La salida de Illa y de Romero comportará una reforma en cadena. El diputado Pedret, que intervino en el pleno de investidura, ocupará la presidencia del grupo. Falta saber quién asumirá la portavocía. Con todo y pese a ser el primer partido, el PSC gobierna en minoría y depende de un solo voto en el Parlament. Su mandato está en manos tanto de ERC como de los Comunes, sin dejar de mirar de reojo a Junts por las consecuencias que puede acarrear en la gobernabilidad de España. El PSC, por ejemplo, logró la alcaldía de Barcelona gracias a una carambola (fueron la segunda fuerza más votada) y dirige la ciudad en minoría, con 10 concejales sobre 41. Los Comunes ya expresaron este lunes su malestar por el nombramiento de Dalmau al considerarlo del ala más conservadora del PSC. Podem difundió un vídeo antiguo de la nueva consejera de Salud, Olga Pané, en la que cuestiona que los centros de atención primaria deban tener pediatras.

La reunión del Govern de este martes arrojará nuevos nombramientos y una de las hipótesis es que se nombre al mayor Josep Lluís Trapero nuevo director general de los Mossos. Su designación, que fue anunciada por Illa en campaña junto al de Parlon, cobra especial relevancia después de que el expresident Carles Puigdemont burlara el dispositivo orquestado por la policía autonómica para detenerle.

El análisis que hizo la cúpula de Interior saliente sobre la conducta de Puigdemont aún colea. El Sindicato Autónomo de Policía y el Sindicato de Mossos d’Esquadra (SME-FEPOL), organizaciones mayoritarias del cuerpo, han calificado este lunes de “absolutamente desafortunado” el balance del departamento. “No asumieron responsabilidades. Todo se derivó a terceras personas, se habló de investigaciones y detenciones, una forma de echar balones fuera. La ciudadanía y los miembros de los cuerpos de seguridad merecen que se reconozca esa responsabilidad. Reconocer el fallo implica analizarlo y rectificar para que no vuelva a suceder, y en eso radica la profesionalidad del cuerpo”, criticó Pere García, secretario general de SAP-FEPOL, en representación de los sindicatos, informa Amparo Pérez.

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