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El otro gran problema de Rodalies: mayor población y los mismos trenes

A las continuas incidencias en el servicio, la red de corta distancia de Renfe añade el crecimiento de la población en los municipios con estación sin que haya aumentado el servicio

En la imagen un tren de Rodalies Renfe a la altura de Castelldefels.
En la imagen un tren de Rodalies Renfe a la altura de Castelldefels.massimiliano minocri
Dani Cordero

El municipio de Calafell tiene alrededor de 30.000 habitantes, una población que en la última década ha crecido más de un 20% al calor de la inmigración y de antiguos vecinos de Barcelona. Dice el alcalde, Ramon Ferré, que para cubrir a esos nuevos 6.000 habitantes han ido adaptándose todos los servicios. Todos menos uno. Por la estación de Renfe siguen parando los mismos trenes con las mismas frecuencias que, camino de Barcelona, van llenándose hasta, unas estaciones más allá, llegar a dificultar la subida a pasajeros que quieren hacer el mismo recorrido. No es un fenómeno que se limite a esta población de la Costa Daurada. Lo que sucede en la R2 Sud de Rodalies se repite en otras líneas que tienen como epicentro Barcelona: la población y el potencial número de usuarios ha crecido; la oferta del servicio sigue inalterable. Según datos de la Generalitat (titular del servicio), en diez años no solo no ha crecido el número de trenes por kilómetro cubierto, sino que incluso se ha reducido. Y a esa tónica general se añaden las continuadas averías y retrasos. Ese cóctel ha hecho que la de Barcelona sea la red de Cercanías peor valorada de toda España.

“Parece que los trenes son cada vez más cortos, no sé si porque los trenes son más viejos y no hay disponibilidad, pero cada vez parecen más latas de sardinas”, dice Ferré, que evita cargar contra nadie pero constata que el número de coches en las calles de Calafell ha crecido en los últimos años, entre otras cosas porque habitantes de municipios próximos acuden a la población para coger un tren. Los límites naturales de la región metropolitana cada vez se extienden más, superando la frontera de la provincia de Barcelona.

Una portavoz de Renfe admite que en los últimos años no se ha realizado ninguna mejora relevante. La puesta en marcha del Pla Rodalies debería permitir avances, así como la adquisición de nuevos trenes que, según la operadora estatal, deberían mejorar la capacidad a partir del próximo año. El incremento de frecuencias es otro cantar. La red de Rodalies de Barcelona está saturada y no hay disponibilidad para meter más convoyes por los dos túneles que conectan la estación de Sants con las otras dos que le siguen en rango de importancia y número de usuarios de la ciudad, Catalunya y Passeig de Gràcia. De hecho, la futura puesta en marcha de la línea de la lanzadera ferroviaria al aeropuerto amenaza con meter más presión al segundo de esos túneles.

La población de la provincia de Barcelona ha crecido en los últimos 10 años algo más de un 3%. Pero el aumento registrado en las poblaciones en las que paran los trenes de Rodalies ha sido mucho mayor. Teniendo en cuenta una selección de 30 municipios en seis de esas líneas (y sin tener en cuenta Barcelona), el incremento promedio es del 5,4%. Destacan Calafell (20,6%), Vic (13,2%) y Maçanet (11%), pero poblaciones como El Vendrell, Castelldefels, Montcada i Reixac, La Garriga o Montgat superan esa media barcelonesa. Y no son las únicas.

El gran uso del servicio de Rodalies lo deja de manifiesto, sin embargo, el Observatorio del Ferrocarril en España. En su última edición, mostraba cómo la estación de Sants había pasado de 21,2 millones de pasajeros (entre subidas y bajadas a trenes) en 2013 a 25,01 millones en 2022. En porcentaje, es un alza del 17,9%. Pero si se tienen en cuenta los datos de 2019, antes de la caída de pasajeros como consecuencia de la crisis sanitaria de la covid-19 que todavía no se ha recuperado, el número de usuarios fue de 30,9 millones de pasajeros, un 45% más. En todas las estaciones de Barcelona se produjeron 79,5 millones de subidas y bajadas en 2013 y justo antes de la pandemia esa cifra alcanzaba los 94 millones, un alza del 18,2%. En 2022 esa cifra el Observatorio la sitúa en los 75 millones, por debajo de 2013.

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“Hay una franja horaria, en la hora punta, en la que la demanda es muy alta y en la que no es posible dar más capacidad”, explica Daniel Pi, de la Plataforma por el Transporte Público. En su opinión, hay poco margen de mejora a no ser que se hagan grandes obras, aunque existe alguna que lleva años sobre la mesa y que no se ha llevado en cabo: el alargamiento de la estación de Arc Triomf. Unos 40 metros más de andén permitirían parar trenes más largos y dotar a la línea que la cubre con un 30% más de capacidad de pasajeros circulando el mismo número de convoyes. Desde hace años la R1 que recorre la costa por el norte de Barcelona adolece de trenes saturados y pasajeros viajando de pie. Pero es una propuesta tan vieja como paralizada. Como la de poner trenes con más puertas para dar agilidad a la bajada y subida de pasajeros, de forma que roben segundos al reloj y al final se pueda introducir algún nuevo tren. Pi denuncia que parte del problema que tiene hoy la red se explica por la supresión de vías para Cercanías en Sants para colocar las vías de alta velocidad.

Otros expertos consultados señalan que Barcelona no podrá ofrecer mejoras hasta que se acaben las obras de desdoblamiento de la R3, donde los trenes se ven obligados a circular por vía única en muchos tramos y habilitar un nuevo tren en el subsuelo de Barcelona por la Diagonal. Incluso cerrar de forma definitiva la estación de França, cuyo tráfico complica y ralentiza el paso de trenes por el túnel que enlaza las estaciones de Passeig de Gràcia con Sant Andreu.

Sea como sea, la falta de servicio y las continuas incidencias que afectan a la red de Rodalies provocan que la de Barcelona sea la peor red de Cercanías de toda España en valoración desde que Renfe publica las notas de sus encuestas. En 2022, fue del 6,22, frente al 7,34 que recibe la red de corta distancia de Madrid o el 7,94 de la alta velocidad, el servicio emblema de Renfe. Curiosamente, en 2019 Renfe ingresaba 1,3 euros por cada viajero de Rodalies, mientras que por cada pasajero madrileño esa cifra se reducía a 1,02 euros, según figura en las cuentas de la operadora. Rodalies será sin duda uno de los temas que deberá afrontar el próximo Govern, que deberá afrontar el traspaso íntegro que pactó ERC con el PSOE.


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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.
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