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BIBLIOTECAS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Biblioteca García Márquez: mejor reparada

Este edificio, probablemente, sea aquí la construcción en madera que más lejos ha ido en el uso y la conceptualización espacial realizada con este material. Hay construcciones que abren camino y este es una de ella

Biblioteca García Márquez de Barcelona
En la imagen un equipo de trabajadores empieza a montar los andamios de las obras de restauracion de los desperfectos que se han producido en la Biblioteca García Márquez de Barcelona. Foto: Massimiliano Minocrimassimiliano minocri
Xavier Monteys

La Biblioteca Gabriel García Márquez ha sido premiada y reconocida, hasta el extremo de proclamarla la mejor biblioteca del mundo en 2023, pero su premio más importante ha sido otorgado por sus usuarios, que la han bendecido usándola exhaustivamente y haciéndola suya desde que se inauguró. Hace unos meses se detectaron diferentes fisuras y roturas de cristales que obligan a acometer obras de reparación. Gran parte del edificio está construido en madera, un material que desde hace unos años parece concentrar todas las miradas por su novedad y por las esperanzas puestas en ella, aunque es cierto que muchos la han usado de una manera moralista y la han convertido en un estandarte contra el hormigón armado. La madera tiene una mayor flexibilidad que otros materiales y por tanto, un edificio construido con este material, se mueve más que otros, aunque todos lo hagan imperceptiblemente. Los edificios son organismos construidos con distintos materiales y algunos de estos no tienen la misma flexibilidad, como ocurre con la madera y el vidrio. R. Echaide, uno de los arquitectos del conjunto SEAT de la plaza Cerdà, decía que «el hormigón, el acero o la piedra envejecen, el vidrio no envejece, muere de accidente porque es frágil».

Es fácil imaginar una jaula de madera de la envergadura de esta biblioteca y la dificultad de su convivencia con las grandes superficies de vidrio que la cierran. Ahora deberá repararse y esta es una cuestión muy importante en arquitectura, ya que no se trata de arreglar grietas y paramentos, sino de “reparar” el edificio en un sentido más amplio, y de hacerlo aprovechando la ocasión para realizar una cosa esencial, y es que el edificio reparado sea mejor que el original. “Reparar” pues, adquiere aquí un sentido distinto, y es que el edificio puede completarse y mejorarse, convirtiéndose en lo que en su origen debía ser, y construir un tipo de biblioteca para este siglo XXI, no solo como sala de lectura introspectiva, sino como espacio abierto a la ciudad. Así, se añadirá una marquesina sobre la puerta, como estaba previsto originalmente, que será un escenario frente al cruce de Treball y Concili de Trento, trabando el chaflán y contribuyendo a resolver el movimiento de la estructura de madera.

Estamos ante un tipo de construcción que debe comenzar de cero. Este edificio, probablemente, sea aquí la construcción en madera que más lejos ha ido en el uso y la conceptualización espacial realizada con este material. Hay construcciones que abren camino y este es una de ellas. Hace unos años, en el seno de la empresa Saltos del Duero, responsable de la construcción de algunas de las mejores presas en España, dio lugar a lo que se conoce como Escuela del Duero y su oficina técnica tenía un lema: “Nosotros no construimos una presa sino para hacer la siguiente”. Una consciencia cabal sobre la idea del “ensayo error”, de la que algunos carecen totalmente. Esperemos que sigan construyéndose nuevas bibliotecas así y aún mejores, gracias a esta.

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