El Cruïlla vuelve a sonar con energía verde

La electricidad no se desprenderá solo de las canciones de Amaral, Avril Lavigne, The Kooks o Chucho Valdés en el Festival Cruïlla, que se celebra desde el miércoles al sábado en Barcelona. La música sonará con energía electrificada por segunda vez consecutiva. El director de la organización, Jordi Herreruela, ha explicado este jueves que es el primer gran festival de todo el país que utiliza energía 100% renovable. Al igual que en 2023, en la presente edición evitarán la emisión de 36.000 kilogramos de CO2, lo que convierte al Cruïlla “en todo un referente”, según Herreruela, con la colaboración de la compañía Endesa.

El director de la empresa energética en Cataluña, Enric Brazis, ha agradecido a la organización del evento la continuidad en el proyecto de sostenibilidad y ha remarcado el compromiso de Endesa con la transición energética. El Cruïlla alimentará los instrumentos musicales con una batería que ha dejado atrás el combustible fósil aprovechando la red del Parc Fòrum. En la pasada edición, el eventó ahorró más de 10.000 litros de gasoil con este mecanismo.

La electricidad no utilizada, que se almacena en un container con funciones similares a la batería del móvil, será devuelta a la red. Jordi Casas, director de operación y mantenimiento de distribución de Endesa, ha explicado que el Cruïlla consume la misma energía que 200 hogares en las noches del viernes y el sábado. Si fallara la red procedente del Fòrum, utilizaría estas baterías, en lugar de generadores con gasoil.

Herreruela ha destacado también el esfuerzo de la organización para realizar “un festival circular” que vela por la reducción, la gestión adecuada de los residuos y el cambio social. “Hemos fijado el límite de 25.000 personas al día para reducir el impacto del público”, ha afirmado el director del Cruïlla. De hecho, al final del evento, diferentes asociaciones, fundaciones o escuelas participarán durante un día del desmontaje para realizar donaciones de materiales de producción tratados como residuos (palets de madera, rafia negra, lonas, materiales de señalización...) para dar una segunda vida a estos materiales.

La preocupación por la sequía también está presente en el Cruïlla. Aigües de Barcelona colabora en esta edición para realizar un análisis del impacto hídrico del festival. Esta iniciativa continuará con diferentes acciones en las próximas ediciones para impulsar una mejor cultura del agua en el ámbito de los eventos.

Además, la organización ha dispuesto el Espai Transforma’t’ para que las diferentes entidades tengan un punto de encuentro

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