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Un centenar de profesores de Sant Adrià se concentran para exigir medidas contra las agresiones: “Estamos indefensos”

Los docentes denuncian una escalada en las agresiones de alumnos y familias ante el silencio del Departamento de Educación

Protesta de profesores Sant Adrià de Besòs (Barcelona) para denunciar el incremento de agresiones físicas y verbales a los docentes.
Protesta de profesores Sant Adrià de Besòs (Barcelona) para denunciar el incremento de agresiones físicas y verbales a los docentes.Albert Garcia

Sacar la violencia de las aulas. Es el mensaje mayoritario que unos 100 docentes de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) han exigido este miércoles en una concentración en la plaza de la Vila. Los profesionales de la enseñanza se sienten desprotegidos por el Departamento de Educación, que dirige Anna Simó, ante los casos de agresión física o verbal que se dan con los alumnos. “Tengo compañeros que han terminado marchándose del centro con la autoestima por los suelos por pedirle a un alumno que no fumara dentro del centro. Son situaciones que se dan diariamente”, señala un profesor de un instituto de esta localidad mientras recorre la plaza entre compañeros y algunos alumnos que gritan “Basta de paciencia contra la violencia”.

A esta movilización, en la que se podían ver algunos alumnos, han acudido centros públicos y concertados de Sant Adrià para todas las etapas educativas, como el IES Manuel Vázquez Montalbán. Dos profesoras con más de 20 años de experiencia portan una pancarta en la que exigen un protocolo de actuación que solucione “la indefensión” de los docentes. Ambas relatan cómo la normativa educativa ampara “más” al estudiante en estos casos. “No hay visibilidad de lo que sucede. El alumno se encara a la mínima. Si te impones como adulto y como profesor, te amenazan en medio de clase con una denuncia. Hemos perdido autoridad con el paso de los años”, detalla una de ellas.

Los ataques varían en función de la edad de los estudiantes y del centro en el que se encuentran los profesionales de enseñanza. Aunque los profesores consultados por este periódico, presentes en la manifestación de Sant Adrià, coinciden en que hay una escalada de agresividad en la etapa de secundaria. Desde “levantarse de la silla para pegarte” hasta “intimidarte con rajarte las ruedas del coche” son parte de las intimidaciones que sufren a diario el colectivo docente.

Un docente durante una protesta de profesores en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) para denunciar el incremento de agresiones físicas y verbales a los docentes.
Un docente durante una protesta de profesores en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) para denunciar el incremento de agresiones físicas y verbales a los docentes.Albert Garcia

La sirena que avisa del final de la clase es el alivio de muchos educadores que son víctimas de estas agresiones verbales que, en algunos casos, se convierten en físicas. Según una encuesta del sindicato Ustec, uno de los convocantes de la movilización, seis de cada diez profesores de centros públicos afirman haber sido víctimas de algún tipo de agresión verbal o física por parte de alumnos y uno de cada tres, por parte de las familias. El 14% de los ataques son físicos. “Los profesores que han sido víctimas acaban cogiendo bajas porque psicológicamente terminan destrozados. Es durísimo cuando una familia te agrede y te tienes que enfrentar cada día a ella”, cuenta otra docente.

Lidiar con esta impunidad hace que el colectivo docente prefiera callar ante la pasividad y “la falta de apoyo” del Departamento de Educación. “Los profesores vamos aguantando hasta que dices no puedes más. Te sientes completamente solo. Se tapa el problema y no se soluciona. No hay un protocolo común para todos los centros que diga cómo actuar”, remarca uno de los manifestantes con 16 años de experiencia en la docencia.

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El marco de actuación en los casos de agresiones define que es la dirección del centro la que debe notificar a la conselleria lo que ha sucedido con el alumno y que son los profesores quienes deben denunciar a título nominal. Pero el temor a futuras represalias impiden a los docentes hacerlo. “Pedimos que haya un órgano que se persone por nosotros. Que haya un protocolo claro que identifique qué casos son graves, cuáles no y garantice la seguridad del profesorado”, explica Cristina, docente y portavoz del colectivo de Sant Adrià, quien enfatiza que hay “agresiones entre profesores y alumnos o con sus familias” por situaciones cotidianas, como decirle a unos padres “que su hijo se ha portado mal”. La portavoz asegura que la idea es que la movilización de Sant Adrià se extienda por toda la comunidad para acabar con la sensación de desamparo ante la gravedad del problema y exigir a Educación un sistema de apoyo adecuado para los educadores y un protocolo de actuación “claro”.

La movilización se ha producido después de que en el CEIP Pompeu Fabra se diera en abril un caso de agresión verbal por parte de un padre. Según Cristina, se informó entonces a la dirección, se envió un informe al Departamento y se activó el protocolo establecido. La víctima, ”harta de que nada se solucionara”, decidió interponer una denuncia ante los Mossos d’Esquadra, un extremo al que llegan pocos casos.


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