La Cambra se suma a la ofensiva para traer agua del Ebro a Barcelona ante la sequía: “Es indispensable”

A una década perdida en inversiones para evitar la falta de agua le ha seguido, inevitablemente, la mayor sequía desde que hay registros en Cataluña. La falta de lluvias que asola la comunidad desde hace tres años ha puesto de relieve las carencias del sistema hídrico, y la Cámara de Comercio de Barcelona (La Cambra) cree que ahora mismo solo hay una opción que permita evitar restricciones: la interconexión del sistema Ter-Llobregat con la red del Consorci d’Aigües de Tarragona, que se abastece del agua de la Confederación Hidrográfica del Ebro. “A corto plazo el trasvase es indispensable, nos lo hará ver el sentido común, y esperamos que prevalezca”, ha dicho Eloi Planas, vicepresidente de la Cambra y presidente ejecutivo de la empresa de construcción de piscinas Fluidra, en la presentación del informe De la sequía a la transición hídrica 2040. Este llamamiento se suma al que hicieron el Colegio de Ingenieros Caminos, Canales y Puertos de Cataluña y parte del mundo empresarial y político, pese al gran rechazo que genera en la zona del Ebro.

El estudio analiza la falta de inversiones en los últimos años, las actuaciones que son necesarias y el impacto económico de la sequía en Cataluña. La región se divide, según de donde procede el agua que se consume, en dos partes: las cuencas internas y la Confederación Hidrográfica del Ebro. La situación crítica la está viviendo la zona de las cuencas internas que, según recuerda el informe, representa algo más de la mitad del territorio y concentra el 80,7% del valor añadido bruto catalán, con un alto peso en la economía de sectores como servicios, industria y construcción.

El jefe del gabinete de estudios de la Cambra, Joan Ramon Rovira, ha explicado al inicio de la presentación que Cataluña tiene una debilidad añadida en la lucha contra la sequía. Para aumentar la oferta de agua mediante plantas desalinizadoras y regeneradoras harán falta infraestructuras que consumen una cantidad importante de energía, y la situación actual de las energías renovables no permite prever que este consumo pueda venir de fuentes renovables. En Cataluña, el porcentaje de las fuentes renovables sobre el total de la potencia eléctrica instalada es de 31,1%, solo dos puntos más que hace nueve años —mientras que en España el peso de las renovables ha pasado de 45,4% en 2015 a 61,2% el año pasado—. “Sin transición energética y fuentes renovables, será muy difícil conseguir una transición hídrica dentro de un modelo sostenible”, ha alertado Rovira.

En concreto, en el sistema hídrico las inversiones han pasado por una década prácticamente vacía. Después del periodo 2007-2011, cuando la última sequía que asoló Cataluña llevó a las administraciones a invertir 385,6 millones anuales, llegaron las lluvias, se volvieron a llenar los pantanos y el problema y las prioridades de inversión se quedaron olvidados en un cajón. En el periodo 2013-2021 se han ejecutado inversiones por valor de solo 24 millones, y varias actuaciones previstas no se han llevado a cabo. Los responsables de la Cambra han destacado que en los últimos años ha habido un “cambio de chip” por parte de las administraciones, que han vuelto a invertir, y a utilizar el agua de forma más eficiente: si antes de la actual sequía el agua desalada representaba solo el 5% de los recursos hídricos de la Barcelona metropolitana y el resto venía de ríos y acuíferos, actualmente esta proporción en esta zona es de 25% agua regenerada, 33% agua desalada y 42% agua de ríos y acuíferos. La Cambra cree que este cambio de tendencia ha permitido alargar la actual situación sin tener que llevar a cabo más restricciones, pero avisa de que si no se hace nada más, dentro de un año, en marzo de 2025, se agotarán las reservas del sistema Ter-Llobregat y habrá un balance hídrico negativo de 2,5 metros cúbicos por segundo.

Hay algunas actuaciones que ya están en marcha, como ampliar la planta potabilizadora del Besòs e incrementar la aportación de la planta regeneradora del Baix Llobregat. Pero la Cambra cree que estas medidas no son suficientes para cubrir todo el déficit hídrico que habrá dentro de un año si la situación continúa igual. La opción que permitiría compensar este déficit es la interconexión con el sistema del Ebro. “Es una solución de red, es bidireccional: hoy puede servir para esta parte de Cataluña y mañana para la otra parte. Es una estructura de apoyo”, ha asegurado Planas, quien ha afirmado que el Govern puede ponerse manos a la obra, pese a haber convocado elecciones, ya que “técnicamente se puede aprobar con un decreto”.

En el medio y largo plazo, sin embargo, la Cambra alerta de que habrá que avanzar en diez años el horizonte de los objetivos, marcado en 2040. Entre estas actuaciones para ampliar la oferta de agua está la de impulsar las plantas desalinizadoras de Tordera II y Foix. Estas actuaciones, sumadas al resto de inversiones previstas por la Agencia Catalana del Agua en su plan para el periodo 2022-2027, suman una inversión de más de 3.200 millones de euros.

En el ámbito de la demanda —el consumo de agua por parte de particulares pero sobre todo por parte de las empresas—, la Cambra pide que se construya un marco regulatorio que, además de señalar la obligatoriedad de buscar eficiencia y las sanciones en caso de no hacerlo, también establezca incentivos, ayudas y compensaciones a las empresas para que lleven a cabo estos objetivos de ahorrar y reutilizar agua. Para todo ello, la Cambra ha creado el Observatorio de la Transición Hídrica, para hacer seguimiento del cumplimiento de las inversiones y de los planes sectoriales para apoyar a las empresas.

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