La directora de la escuela de Sabadell, apartada por la presión de las familias: “Vivimos un acoso y linchamiento con calumnias y malicia”

La directora de la escuela Andreu Castells de Sabadell, Raquel Pérez, se defiende de las acusaciones de las familias del centro sobre el bajo nivel del colegio y la mala gestión por parte del equipo directivo. La tensión es tal entre ambas partes que las tres personas de la dirección cogieron la baja médica en bloque, forzando que el Departamento de Educación interviniera el centro y pusiera al mando dos inspectoras. Este jueves el departamento ya ha anunciado que ha encontrado entre el personal del centro varias personas que formen una dirección interina hasta que se resuelva la situación.

Los roces entre dirección y la asociación de familias (AFI) se iniciaron hace unos tres años, cuando empezaron las preocupaciones de los padres por, según ellos, el bajo nivel del centro, así como las acusaciones de falta de comunicación entre la escuela y las familias o un “trato de desprecio” hacia padres y profesores. Familias y exdocentes han presentado sendas quejas ante el departamento, pero el AFI, en una asamblea multitudinaria, convocó para este viernes una concentración ante el centro para pedir la dimisión de la dirección, lo que acabó provocando la baja simultánea de sus miembros.

La directora lamenta que están viviendo un “acoso y linchamiento por parte de las familias con calumnias y malicia” y lo achaca a un asunto “personal y un ataque directo” contra el equipo directivo. “Es muy lamentable que unas cuantas familias tiren por tierra la implicación y esfuerzo de este equipo directivo”, asevera Pérez por escrito a este diario.

“Desde el primer momento apostamos por el diálogo, tal y como se nos indicó desde inspección”, asegura la directora, y añade que desde la asociación de familias están contentos con el proyecto y los docentes, pero que les han dicho que se marche el equipo directivo porque no les gusta su gestión. Asimismo, Pérez defiende que anualmente rinden cuentas a los Servicios Territoriales del departamento y que este organismo los “avala”. “Año tras año hemos tenido una evaluación positiva”, remata.

Sobre las acusaciones del bajo nivel del centro, la directora asegura que los malos resultados son “un problema de país, como ha quedado reflejado en el último informe PISA” y defiende que la escuela está en la media de centros del mismo perfil, aunque sí admite estar “un poco por debajo en Lengua Catalana y Castellana”.

La dirección, en un comunicado emitido el miércoles y publicado en el portal Petit Sabadell, también lamenta “no haber tenido ningún apoyo” por parte del departamento. Con todo, aseguran que quieren evitar la confrontación, apelan al diálogo y esperan que la situación se pueda resolver.

Mientras esto no sucede, Educación intervino el centro y puso al mando dos inspectoras, pero este jueves ya se ha nombrado una dirección interina con personal de la escuela. La incógnita es qué pasará a medio plazo. Educación no puede buscar una dirección definitiva, si fuera el caso, hasta que la plaza quede vacante, ya que debe convocarse por concurso público. Pero esto no sucederá hasta que la actual dirección dimita o el departamento la cese, un extremo sobre el que el departamento no se pronuncia todavía porque asegura que su “prioridad” es garantizar “la normalidad en la dinámica escolar”. Educación también admite que desde el anuncio de la baja no ha hablado con el equipo apartado. Por su parte, la directora asegura que en estos momentos “no están en condiciones de tomar ninguna decisión”.

Las familias no aflojan

Este jueves entre las familias del centro reinaba la prudencia y todavía indignación por la situación. Teresa y Elisabeth, ambas con hijos en 2º de primaria que padecen un trastorno del espectro autista se quejaban de la falta de recursos para atender a los alumnos con necesidades especiales y la “falta de adaptación” para que estos alumnos puedan seguir un buen proceso de aprendizaje. Al mismo tiempo, ven una “falta de exigencia”. “Faltan deberes, más lectura, más motivación. Los niños ni están al nivel que deberían”, lamenta Teresa. Elisabeth también hace referencia a los problemas de comunicación con la dirección. “No escuchan. Haces propuestas y no las aceptan. Y les hablas de lo que necesitan los niños y no hay cambios”.

En otro corrillo, varios padres se quejan también del bajo nivel educativo. “Los niños no saben qué es un libro, no saben estudiar ni hacer un examen. Y entonces cuando llegan al instituto se estrellan y es cuando surgen los problemas de ansiedad”, lamentan David y Ana Belén, con dos hijos en el centro. Otros padres también añaden que los alumnos llegan a sexto curso con graves carencias en la escritura o sin apenas saber multiplicar.

Estos padres lamentan también decisiones de la dirección como eliminar las fiestas tradicionales como Navidad o la castanyada, y “las malas formas” a la hora de tratarlos. “Si alguien pedía hacer una reunión en castellano les decían que no, que cogieran un traductor”. Los padres aseguran que, a pesar de la retirada provisional de la dirección, no piensan cesar las protestas hasta que no dimitan, porque temen que el equipo vuelva y se reinicien las tensiones. Asimismo, denuncian en los últimos años ha habido una desbandada de alumnos hacia otros centros, y que algunos de ellos tampoco lo descartan. “Nos lo estamos planteando para el próximo curso, no quiero que mi hijo tenga un mal trabajo por no tener estudios suficientes”, zanja David.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal