La oposición carga contra Pere Aragonès por la remodelación “electoralista” de su Ejecutivo
ERC se queda sola defendiendo el nombramiento de Laura Vilagrà como vicepresidenta y de Sergi Sabrià como viceconsejero
Hace tiempo que los debates del Parlamento catalán desprenden cierto aroma de precampaña electoral, pero el pleno de este miércoles, el primero del último año de la legislatura, ya ha sido directamente casi un pistoletazo de salida a la carrera por la Generalitat. La decisión del president Pere Aragonès de retocar su Ejecutivo justo tras, el pasado fin de semana, ser respaldado finalmente por todo su partido en la búsqueda de la relección, ha sido interpretada por la oposición como el inicio del camino y todos han coincidido en recriminarle al jefe del Govern que haga una remodelación “electoralista” y no orientada, según ellos, a atender problemas como la sequía. ERC se ha quedado sola defendiendo el nombramiento de Laura Vilagrà como vicepresidenta y de Sergi Sabrià como viceconsejero de estrategia aunque ha logrado sacar adelante la convalidación del decreto de prórroga técnica las cuentas del año pasado.
“Tenemos mucho trabajo por hacer hasta febrero del 2025 [cuando se agota la legislatura]. Hay que completar el trabajo, que es lo que toca”, ha argumentado Aragonès para justificar la tercera remodelación del Ejecutivo desde que él asumió la presidencia. La primera llenó los agujeros dejados por la salida de Junts, en octubre de 2022; la segunda fue en junio del año pasado, donde hizo cambios en las carteras de Educación y Acción Climática y, la tercera, fue aprobada el pasado martes. El nombramiento de Vilagrà es un guiño a la vía de la negociación con el Gobierno, pues es ella la cara visible de las relaciones con La Moncloa. La designación de Sabrià, que era el director de su oficina, busca según Aragonès ponerle un responsable al impulso de “grandes proyectos transversales” pero a nadie en el Parlament se le escapaba que se busca también darle más decibelios a la comunicación de la obra de Gobierno y tener un ariete mediático contra los previsibles ataques de la oposición.
“Cuando alguien, siendo president, es nombrado candidato y fuerza el ascenso a viceconsejero de su director de campaña es que está en modo electoral. Dos y dos son cuatro”, le ha espetado el jefe de la oposición, el socialista Salvador Illa, a Aragonès. Los partidos se han reservado el turno de intervención de la sesión de control al líder republicano para abordar otros temas como la posibilidad de que Cataluña pierda el Gran Premio de la Fórmula 1 en 2026 -algo que en ERC niegan tajantemente- después de que el presidente de la Generalitat pidiera comparecer ante los diputados para explicar los cambios.
La oposición, casi de manera unánime, ha acusado a los republicanos de instrumentalizar al Govern pensando en los futuros comicios. “¿Cada decisión que tome, la hará como candidato o como presidente? ¿Será para bien del partido o del país? ¿Se está montando el comité de campaña en el Govern?”, le ha dicho por su parte la líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach. La presidenta de los comunes también ha criticado que la remodelación llegue “tres días después de ser avalado como candidato del partido, cuando queda un año para las elecciones”.
El choque más agrio ha sido con el jefe de filas de Junts, Albert Batet. Más allá de la perenne tensa relación entre ambas formaciones, los ánimos venían ya caldeados por dos razones. Sabrià había debutado en su cargo de viceconsejero -asimilable al de un comisionado- dando una entrevista a TV3 y desde allí cargó contra su exsocio en el Govern y contra los socialistas. “Si me hicieran hablar de operaciones cosméticas, me vienen a la cabeza otras, que es la costumbre de la derecha catalana de cambiarse el nombre del partido cada año”, dijo el republicano, refiriéndose así a las diferentes refundaciones del espacio convergente. Y calificó de “gobernillo” al Govern alternativo con que el PSC intenta darle más empaque a su labor de oposición.
“El problema que tiene el Govern no es ni de estrategia ni de comunicación. El principal problema que tiene es de la mala gestión y la falta de proyecto”, aseguró Batet, en una clara referencia al rol de Sabrià. Una idea en la que posteriormente ahondó. “Si quería cambiar de portavoz, cámbielo. No había necesidad de nombrar un viceconsejero de proyectos estratégicos. En su primera entrevista hemos visto que el proyecto estratégico del Govern es criticar a Junts per Catalunya”, apostilló el presidente de la bancada de Junts. El malestar por ese nombramiento ha llevado que incluso los comunes pidan que el nuevo viceconsejero comparezca en comisión para explicar su papel en el Ejecutivo.
Antes, en la sesión de control, Aragonès y Batet se habían intercambiado reproches a cuenta de la gestión de la sequía. El líder de Junts le pidió que convocara una cumbre del agua de manera urgente, ante la inminencia de la entrada en la fase de emergencia en gran parte del territorio catalán y como una manera de acercar el hombro ante lo que considera una mala gestión de la crisis por parte de los republicanos. “Una cumbre no se plantea en una sesión de control sin hablarlo antes. Si no, es que se quiere usar para otra cosa. Y creo que debemos separar lo que es la lucha contra la sequía del debate partidista”, le respondió Aragonès.
Pero pese al enfrentamiento dialéctico, con Ciudadanos, el PP y Vox también criticando el tinte cosmético de la remodelación, el Ejecutivo de ERC logró sacar adelante la prórroga presupuestaria y la votación de la convalidación evidenció que pese a la retórica encendida la negociación con PSC y los comunes para las nuevas cuentas va en serio. Aragonès necesita que en el debate final al menos los socialistas o sus exsocios le apoyen. El texto defendido por la consejera de Economía, Natàlia Mas, salió adelante gracias al apoyo de ERC, PSC y los comunes, la abstención de Junts, PP y Cs, y el ‘no’ de CUP y Vox. La portavoz socialista, Alícia Romero, ha justificado su apoyo “por responsabilidad con el país”.
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