Barcelona ensaya reducir la presión del agua en el área metropolitana ante la sequía
El protocolo de la Generalitat prevé, a partir de diciembre, nuevas restricciones ante la falta de lluvias
Si la previsión de los expertos sobre las precipitaciones se cumplen y no llueve lo suficiente este otoño e invierno, el sistema hidrográfico del Ter-Llobregat, que abastece Barcelona y su área, estará en diciembre por debajo del 16% de su capacidad. Es el escenario más grave en el actual estadio de sequía prolongada que afecta desde hace dos años a Cataluña y que conllevará la reducción en el consumo de agua a 200 litros por persona y día, como ya está sucediendo desde agosto en 22 poblaciones del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que utilizan el acuífero Fluvià-Muga.
La manera de ejecutar esa restricción puede variar según el territorio, como ha adelantado SER Catalunya y explican desde la AMB: desde cortes en el suministro hasta reducir la presión de las cañerías, para no cortar el agua pero sí reducir el consumo. Los técnicos de Aigües de Barcelona, la empresa público-privada que gestiona el abastecimiento de agua a los 36 municipios de la AMB, están inspeccionando el estado de estas infraestructuras que sirven a más de tres millones de personas. A través de los sensores con los que Aigües de Barcelona monitoriza las tuberías del suministro, han comprobado si el sistema aguantaría o no el corte del abastecimiento, pues el agua que circula por Barcelona y el área metropolitana viaja a mucha presión y podría provocar reventones en el sistema.
La AMB afirma que el 85% de las infraestructuras respondería correctamente en este grave escenario, aunque ha habido estructuras de algunas localidades como Cabrera d’Anoia (Anoia) que no han aguantado las pruebas de los técnicos de Aigües de Barcelona. “Lo ideal sería reducir la presión antes que realizar cortes en el suministro, pero todo dependerá de la situación en la que nos encontremos”, afirman fuentes de la AMB, que aseguran que no es necesario extender en la actualidad a Barcelona y el área metropolitana las restricciones, donde el consumo de agua ronda los 100 litros por persona. Además, están estudiando la posibilidad de suministrar agua de forma aislada a hospitales (como el Clínic de Barcelona) sin que llegue a los municipios colindantes. Estos equipamientos sí necesitan agua a presión para su normal funcionamiento.
Estas reducciones forman parte del plan de sequía de la Generalitat de 2020, que establece una serie de estrategias para prevenir los daños derivados de la escasez de agua y que pueden intensificarse según el estado de las cuencas territoriales. La sequía ya ha llevado a que El Govern haya tomado medidas más severas, como el encarecimiento en 2024 de las facturas de agua de los consumidores.
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