La oposición tumba la tasa de las terrazas y las ordenanzas fiscales de Collboni
Junts, ERC y los comunes rechazan definitivamente el acuerdo del alcalde Barcelona con los restauradores para que paguen 4,6 millones de euros anuales. Deberán abonar ocho millones
Los partidos de la oposición en Barcelona han vuelto a dar la espalda al gobierno municipal que encabeza el socialista Jaume Collboni y han impedido este viernes la aprobación de las ordenanzas fiscales que implicaban subidas de tasas para el sector turístico y daban cumplimiento al acuerdo entre el alcalde y el sector de la restauración para que el aumento de la recaudación por las terrazas fuera progresivo. Si no hay un giro de guion, los restauradores pagarán ocho millones de euros anuales por la tasa de terrazas después de que el pleno del Ayuntamiento haya rechazado la propuesta del alcalde, Jaume Collboni, que negoció con el sector la tarifa de 4,6 millones de euros anuales. Es la primera subida de la tasa desde el año 2020, cuando se implantó una reducción del 75% durante la desescalada de la fase más dura de la pandemia. A excepción del PSC, PP y Vox, el resto de la cámara ha votado en contra del acuerdo al que llegó la semana pasada Collboni con el Gremio de los Restauradores y que suponía sellar la paz con el colectivo después de las malas relaciones que había con la anterior alcaldesa de los comunes, Ada Colau.
Las ordenanzas fiscales que propuso el alcalde también han sido tumbadas por todos los grupos municipales. El portavoz de Junts, Ramon Tremosa, ha explicado que “solo tuvimos 48 horas para estudiar las ordenanzas, que se presentaron sin negociar”. Ese ha sido el motivo del voto en contra del partido, que también ha rechazado la reducción de la tasa de las terrazas. “Todavía hay tiempo para encontrar una solución para los restauradores”, ha asegurado. Junts buscaba un pacto con el gobierno de Barcelona que redujera al 2% el IBI. “Una reducción que afectaría 650.000 personas”, ha detallado Tremosa.
El equipo de gobierno interpreta la negativa de la oposición a dar su apoyo a las nuevas tasas al “desbarajuste interno” de Junts, Esquerra y los comunes y a la situación de impás creada por las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez. En resumen, que nadie quiere retratarse definitivamente como gobierno o como oposición mientras no se aclare el panorama en Madrid y los partidos no clarifiquen también sus posiciones en Barcelona. Sin ir más lejos, ERC tiene un problema interno tras la ajustada victoria del sector oficialista en el congreso de la federación de Barcelona celebrado la semana pasada y los comunes mantienen incógnitas sobre su liderazgo con una exalcaldesa Ada Colau que sigue sin renunciar a su acta de concejal pese a haberlo anunciado en verano. El equipo de Collboni, pues, considera las decisiones del pleno de hoy como un “voto político” más que una censura a su gestión o a las tasas que se estaban votando. Por este motivo deploran que un partido como Junts se haya negado a validar el acuerdo que el Ayuntamiento y el gremio de la restauración habían alcanzado para dar estabilidad al sector. También expresan su malestar por el hecho que los comunes no hayan querido apoyar el aumento de la tasa sobre los cruceros que pasan menos de 12 horas en la ciudad o sobre los pisos turísticos.
La negativa de la oposición a las propuestas de la alcaldía es incomprensible para el concejal de Economía, Jordi Valls, quien este viernes tras el pleno ha asegurado que no habrá un incremento de la fiscalidad para los barceloneses: “Lo que hoy se ha impedido es penalizar a los pisos turísticos que afectan a la vivienda y la bonificación de empresas que podían invertir en la ciudad”, ha explicado Valls, quien ha afirmado que mantendrán reuniones con el Gremio de Restauradores para encontrar una solución para “las 6.000 empresas afectadas, entre las que hay autónomos”. Junts, por su parte, ha ofrecido después de la votación convocar el 7 de noviembre un pleno extraordinario para prolongar un año la bonificación del 75% de la tasa de las terrazas. “Si sumamos nuestros concejales , la reducción podrá mantenerse un año más”, ha declarado en los pasillos del Ayuntamiento.
Barcelona en Comú ha seguido la misma línea que Junts sobre las ordenanzas, que Jordi Martí ha calificado como tímidos los avances que éstas contienen: “Ha sido como los presupuestos. No abordan las transformaciones necesarias y no ha habido ningún tipo de negociación”, ha defendido. Sobre la rebaja en la tarifa a los restauradores, Martí ha afirmado que la única modificación que ha propuesto Collboni es un pacto con el colectivo. “Espero que no se pacte la movilidad con el RACC y las tarifas del agua con Agbar”, ha dicho. Ernest Maragall, de Esquerra Republicana, ha incidido en qué aún no conocen el modelo y el proyecto de ciudad que propone el alcalde: “La soledad del gobierno se manifiesta cuando Vox y el Gremio de los Restauradores son sus únicos socios”, ha afirmado.
El rechazo a las ordenanzas y a la tasa de las terrazas llega después de que los presupuestos propuestos por Collboni tampoco prosperaran la semana pasada, donde Junts, comunes, ERC, PP y VOX votaron en contra. Ante la eventualidad de que le tumbaran las cuentas, el ejecutivo optó por retirar, en el último minuto, el punto del orden del día. Con este gesto el alcalde espera poder aprobar los Presupuestos más adelante, una vez se clarifique el panorama de la investidura en Madrid y los partidos catalanes se reordenen.
Antes del comienzo del pleno, el alcalde ha realizado unas declaraciones institucionales en las que ha ofrecido la ciudad de Barcelona como base para que Israel y Palestina establezcan un diálogo de paz, aprovechando que el próximo 27 y 28 de noviembre la capital catalana acogerá la cumbre de Asuntos Exteriores de los países de la Unión. “Barcelona, como ciudad de derechos humanos y paz, asume la responsabilidad de ser el faro que guíe a los demás a buscar un mundo mejor”, ha argumentado.
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