Barcelona culmina la tala de 540 palmeras tras el accidente mortal de agosto
Los expertos concluyen que el Ayuntamiento ha sido demasiado “garantista” cortando árboles sanos
Shamira Yeguas tenía 20 años. El pasado 3 de agosto paseaba, poco antes de las 16.00, por la calle Joaquim Costa del barrio del Raval en Barcelona. La copa de una palmera datilera cayó -por causas que todavía no se han aclarado- impactando contra la joven. Murió en el acto. Este fatal accidente ha provocado una tala masiva de esta especie de árboles en Barcelona. La próxima semana, los operarios de Parques y Jardines concluirán el corte de 540 palmeras (de las 2.500 que había antes del accidente en la capital catalana). Los expertos aseguran que la gran mayoría de las palmeras derribadas están sanas pero el Ayuntamiento ha preferido “curarse en salud”.
Nazario Luque, dibujante y padre del cómic underground en España, vive en un ático de la plaza Reial. Si algo define a la perfección esta plaza del barrio Gòtic son sus arcadas y las decenas de palmeras plantadas. “Han cortado siete palmeras y han dejado la plaza muy despejada. Me parece fatal. He hablado con algunos de los operarios y me han reconocido que se están curando en salud y tirando muchas palmeras después del accidente de aquella chica”, lamenta.
Los análisis realizados a la palmera que mató a Shamira no han concluido cuál fue la causa que provocó su rotura. De hecho, la muerte de la joven no ha sido la única por este motivo. En agosto de 2020 cayó un ejemplar en el parque de la Ciutadella y acabó con la vida de un hombre. Entonces se revisaron todas las palmeras de la ciudad y se marcaron 58 como peligrosas con la obligación de revisarlas periódicamente. La que mató a Shamira no estaba en el radar de Parques y Jardines.
En la trama urbana de Barcelona viven 250.000 árboles y 12.000 de estos son palmeras. Entre las palmeras destacan especies como la washingtonia o la canariensis. pero también la datilera, que es el ejemplar que más problemas acarrea. El árbol es tan conflictivo que dejó de plantarse en la ciudad en 2014, entre otras cosas porque resultaron muy afectadas por las plagas del picudo rojo.
El jefe de gestión del arbolado del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Guitart, admite que se han talado palmeras que no representaban peligro: “Tras el accidente hemos bajado mucho el nivel de tolerancia, pese a que no hay ninguna evidencia científica que nos haga pensar que esas palmeras representen un riesgo”.
Hasta el accidente, Parques y Jardines revisaba cada árbol de la ciudad cada dos años. Tras el siniestro, se volvieron a inspeccionar todos: se regaron y se comprobó el peso de los nidos de cotorras y, sobre todo, se hicieron oscilar y se golpeó con un mazo las zonas de estrechamiento del tronco. Las palmeras que no llegaban a unos niveles muy garantistas se han talado. También se derribaron las datileras, situadas en lugares transitables, de más de diez metros independientemente de su salud.
¿Por qué caen las palmeras en Barcelona? Los peritos que analizaron la palmera del Raval no llegaron a ninguna conclusión. “Creemos que no hay una causa concreta, sino varias. Una de las causas puede ser un cambio de orientación en el tronco. Los científicos aseguran que si el estrechamiento del tronco supera el 40% ese árbol empieza a ser peligroso. Nosotros talamos cuando el estrechamiento es del 30%. En la palmera del Raval había un nido de cotorras no excesivamente pesado y, lo que sí es cierto, es que las fibras tenían muy poca humedad”, admite Guitart.
José Javier Sigüenza es ingeniero agrícola, experto en palmeras y desde su empresa Baobad asesora al palmeral de Elche. “Cualquier otro árbol avisa, pero en la datilera es un poco complicado saber si tiene problemas internos como pudriciones o fatigas”, asegura. Sigüenza mantiene que este verano en Elche ha habido cerca de 30 caídas dentro de los huertos. Los motivos de la caída de estas palmeras tampoco atienden a una única razón: “Este año las palmeras hembra han cargado muchos kilos de fruto y han sufrido mucho estrés hídrico”, advierte. El ingeniero cree que en Barcelona quizás se ha optado por un criterio “garantista” y él apostaría por otro tipo de mantenimiento. “Aún así, es cierto que un árbol con un defecto puede crecer y corregirse, pero una palmera no puede ir a mejor”, sostiene.
Inma Gascón es experta en arbolado urbano y vicepresidenta de la Asociación Española de Arboricultura: “Los ayuntamientos tienen planes de gestión de sus árboles, los monitorizan y son seguros. El problema es que si cae una palmera y hace diana en un peatón se dispara la alarma social”. Gascón advierte que, en plena crisis climática, los árboles son más necesarios que nunca. “Las datileras no son ni más ni menos seguras que otros árboles. Es muy icónica para el turismo, pero no creo que sea el árbol más eficiente. Le afectan las plagas y, es cierto, que con la sequía pierden plasticidad. Hay especies que se adaptan mucho mejor”, asegura.
Joan Guitart mantiene que en las próximas semanas se extraerán las raíces de las datileras taladas y se sustituirán por otras -también palmeras- que se adapten mejor y presenten menos riesgos. “En Barcelona teníamos un 40% de árboles que eran plataneros. Ahora pretendemos que ninguna especie supere el 15% para evitar quedarnos sin árboles en una plaga”, sostiene. Ahora en Barcelona hay 487 especies diferentes. El jefe de arbolado mantiene que la mayoría de las caídas de árboles se deben a accidentes con vehículos y el resto va ligado a los fenómenos meteorológicos.
Hasta principios de septiembre habían caído en la ciudad 155 árboles (93 de ellos durante algún episodio meteorológicos). En todo 2022 cayeron 203 (129 durante temporales).
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