Puigdemont niega que su ‘gobierno paralelo’ haya entrado en una “deriva autoritaria”

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha negado este miércoles que el Consejo de la República, la entidad independentista que desde Bruselas pilota Carles Puigdemont, haya entrado en una “deriva autoritaria”, tal y como denunciaron una treintena de miembros de la Asamblea de Representantes del organismo en una carta a bierta difundida el pasado lunes.

El Consejo de la República está formado actualmente por la Asamblea de Representantes -una suerte de parlamento paralelo- y el propio Govern del Consejo, y tiene por objetivo difundir el proceso soberanista en el exterior. Ahora, con el fin de agilizar y mejorar su funcionamiento, Puigdemont ha propuesto restar competencias a la Asamblea, que pasaría a ser bicameral, y dar la potestad a los afiliados para que sean ellos los que elijan directamente al presidente, una decisión que ha motivado la carta de protesta de los miembros de la Asamblea.

En un comunicado difundido este miércoles, el Govern del Consejo, que lidera Puigdemont, se desmarca de las acusaciones de “autoritarismo” y sale en defensa de Toni Comín, a quien los críticos señalaban directamente en la misiva. “Ninguno de los mensajes políticos y de las propuestas de reforma de los códigos que ha trasladado (Comín) a la Asamblea eran mensajes o propuestas personales, sino del conjunto del Govern. Por este motivo, las consideraciones críticas que en la “carta abierta” se personifican en la figura del vicepresidente habría que dirigirlas, en todo caso, al Govern en su conjunto”, añade el comunicado, que está firmado por todos los miembros del gobierno. En concreto, el comunicado señala que la decisión de disolver anticipadamente la Asamblea contó “en todo momento con el acuerdo unánime de todos los miembros del Govern”.

En la carta abierta, los críticos de la asamblea apuntaban: ”Lamentablemente, la presencia y las acciones de Toni Comín, con una trayectoria política muy fluctuante, dentro de algunos partidos hoy españolistas, y movido por la promoción de intereses personales, ponen en riesgo este proyecto vital. Cada día que pasa con él en una posición clave, tememosque el proyecto del Consejo pueda estar marcado por la desconfianza,el despotismo y la obsolescencia”. A lo que hoy Puigdemont ha respondido que todos los miembros del”Govern” y particularmente Comín han hecho “de la escucha de la Asamblea y el diálogo con sus miembros la divisa constante” de su actuación”, por lo que es “indigno” atribuir “intereses personales” a Comín, que se comprometió “de manera incondicional con el referéndum del 1-O”. “Por este motivo, es del todo incomprensible e incorrecto calificarde ‘despótica’ la actitud del Govern, ni de este en su conjunto, ni de ninguno de sus miembros en particular”, añade el comunicado.

Puigdemont puso en marcha el Consell de la República después de decidir que abriría un frente internacional en la defensa de la independencia de Cataluña. El Consell funcionaría, según su plan, como un paragobierno fuera de Cataluña, a la espera de conseguir la secesión, y debería tutelar la hoja de ruta independentista. Sin embargo, la desconfianza entre fuerzas secesionistas ha frustrado su operatividad y ERC se mantiene al margen.

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