La portera de hockey a la que no dejan subir al bus: su maleta mide cuatro centímetros más de lo permitido

Mariona Pacheco, de 13 años, y su hermana Martina de 15, cogen el bus urbano H6 para ir a sus entrenamientos de hockey en el FC Martinenc, en Barcelona, un club deportivo centenario del barrio del Guinardó. Esta línea de autobús las lleva de casa al club y viceversa, tres días a la semana, cada semana, desde hace cuatro años. Pero hace dos domingos, cuando subían al vehículo, el conductor trató de impedirles la entrada porque la bolsa de deportes de Mariona supera en cuatro centímetros la altura máxima de equipaje permitida en los autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la empresa municipal. Mariona es la portera de su equipo y la maleta de los porteros es más grande que la del resto de jugadores, porque sus protecciones mayores: guardas, guantillas, casco, coderas, collarín, pantalón protector, rodilleras y el peto. Súmese a todo esto los patines, stick y equipación.

Como muchas de sus compañeras, Mariona y su hermana van y vuelven de los entrenamientos en transporte público, acompañadas por padres, abuelos... o solas cuando el horario de estos no les permiten llevarlas o ir a buscarlas. En el caso de la portera, lleva el último modelo de maleta homologado, una con ruedas que mide 50 centímetros de ancho y un metro y cuatro centímetros de alto.

Al salir del entrenamiento el domingo a las 20.00 horas, Mariona y su familia esperaban al autobús H6 que les llevaría a casa. Pero al llegar el vehículo a la parada, el conductor les negó el acceso alegando que el equipaje superaba las dimensiones máximas permitidas por la TMB, 60 centímetros de ancho y un metro de altura (salvo que se trate de carritos para bebés). Con el bus casi vacío, después de una acalorada discusión en la que el conductor se negó a medir apropiadamente el equipaje, Mariona y su familia consiguieron subir al autobús y se colocaron de pie en la zona de minusválidos donde se quedan para no molestar con el equipaje, siempre y cuando no esté siendo utilizada. El conductor les obligó a apartarse del espacio de minusválidos cuando el autobús solo transportaba a otros cuatro usuarios, todos en los asientos al final del vehículo. Consultada la empresa municipal de transportes hace dos días, TMB todavía no ha facilitado su versión de los hechos.

En el FC Martinenc hay otros ocho porteros que también utilizan el autobús para asistir a los entrenamientos. Algunos dejan la bolsa de hockey en la taquilla del club, pero para Mariona esta no es una opción: tiene piel atópica y debe cargar cada día con la maleta para airear y limpiar su contenido después de los entrenamientos. Sus padres critican la situación irónica que están viviendo, “Nunca nadie se ha molestado por el tamaño de esta bolsa, desde arriba intentan fomentar el deporte femenino y el uso del transporte público y cuando lo practicas te encuentras con personas con estas actitudes”, critican.

La repetición en más de tres ocasiones y con diferentes conductores de este incidente es lo que más preocupa a Francisco Pacheco, padre de la joven. “Mi mujer y yo tenemos horarios complicados y no siempre podemos recogerlas o acompañarlas, imagina que les pasa esto solas ¿Van a dejar que una niña de 13 años se vaya a casa andando sola?”, se indigna. Él, como otros padres del equipo, quieren asegurarse de que las jugadoras puedan ir a entrenar utilizando el transporte público con total normalidad. Y subraya los llamamientos del Ayuntamiento tanto a practicar el deporte en los equipamientos de la ciudad como a utilizar el transporte público.

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