La súper cochera de autobuses de TMB en la Zona Franca de Barcelona acumula seis años de retraso

Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) anunció en 2018 la construcción de una gran cochera para aparcar 550 autobuses, la mitad de su flota. Unas instalaciones que deben substituir dos de las cuatro cocheras actuales. Ocuparán 90.000 metros cuadrados en la Zona Franca, detrás de la histórica cochera, tienen un coste previsto de 52 millones de euros y el calendario preveía terminarlas a finales de 2021. Primero fue el parón de la pandemia lo que ralentizó los trabajos, luego la crisis de los suministros, y ahora problemas con una de las cuatro empresas contratistas, la que construye el edificio de oficinas: un conflicto que paró las obras e impacta en la entrada de otras empresas en sucesivas fases. En conjunto, a un retraso que actualmente ya es de dos años, se sumaran cuatro más. La previsión de TMB para terminar el complejo se aplaza hasta 2027.

Más allá del espacio para aparcar autobuses, la nueva cochera tendrá dos talleres de mantenimiento para hasta 60 vehículos. Uno está terminado y llegó a estar operativo, pero se dio marcha atrás porque no era práctico trasladar los autobuses desde donde aparcan ahora, explican fuentes sindicales. En el complejo también habrá almacenes de recambios, túneles de lavado, oficinas técnicas y estructuras de explotación para más de 40 líneas de las 106 de la ciudad. En los últimos meses, 43 autobuses de la cochera de Ponent han aparcado de noche en uno de los patios del futuro complejo, explican las mismas fuentes. La cochera de Ponent (en Bellvitge) ya debería haber cerrado porque está afectada por el plan urbanístico de Gran Via-Llobregat, pero el retraso de la gran cochera lo impide, pese a que ha habido varios intentos de que deje de estar operativa, apuntan las fuentes sindicales.

Lo que está terminado, asegura TMB, es la estructura del edificio central, parcialmente construido el segundo taller y “en proceso de finalización la estructura del edificio de oficinas”. Unos trabajos que está previsto terminar a finales de 2024, indica la empresa municipal en una respuesta escrita a un cuestionario. “La urbanización está casi terminada, lo que permite estacionar flota”, “y la última fase es el desarrollo del puente y la losa sobre la actual cochera, con fin previsto para 2027″. Actualmente los autobuses de la ciudad se aparcan en las cocheras de Horta, Triangle Ferroviari, Zona Franca (que se han quedado pequeñas) y Ponent (en Bellvitge).

En 2018, al presentar la cochera, TMB presumía de que “se ha diseñado para que sea un referente por las dimensiones (será la mayor de Barcelona y probablemente de España), la tecnología aplicada a la construcción, la sostenibilidad y la ergonomía”. A la larga, también tendrá un parque solar en la azotea.

Conflicto abierto

El último obstáculo de estas enormes obras es el conflicto entre TMB y la empresa adjudicataria del primer lote para construir el edificio de oficinas, Ferrallados Oceania SL. Las partes coinciden en que están negociando su resolución.

TMB explica que la empresa adjudicataria, que presentó la oferta más barata de las siete que concurrieron, ha “incurrido en incumplimientos en cuestiones como medios personales, prevención de riesgos laborales y calidad de la obra”, que han llevado “a parar temporalmente la obra”, que acumula un retraso de 12 meses y que estos retrasos impiden la entrada sucesivos contratistas. El contrato se firmó a finales de octubre de 2021 por 6,4 millones de euros y se ha ejecutado en un 42%, según TMB.

En abril, prosigue la empresa de transportes, “Ferrallados Oceania comunicó que no podía seguir con la ejecución por no poder asumir la carga de pago a proveedores. En mayo se recibió la petición de resolución por parte de Ferrovellados Oceania por imposibilidad de cumplir el contrato en los términos adjudicados”. A partir de ahí, el Comité de Contratación de TMB inició el expediente de resolución del contrato y de penalización derivada del incumplimiento, indica la empresa.

A su turno, y también por escrito, Ferrallados Oceanía indica que “desde el inicio de la ejecución de los trabajos se constataron una serie de defectos y deficiencias” en el proyecto “lo que conllevó la necesidad de proceder a las oportunas modificaciones del proyecto y precios”. “Sin la verificación en forma de tales modificaciones el avance de los trabajos en los términos proyectados devino imposible e inejecutable”, argumenta la constructora como motivo del retraso de la obra, que entiende que es “inimputable” a la compañía. La firma asegura que lo “ha solicitado en innumerables y reiteradas ocasiones”, pero que la empresa de transporte “no ha procedido a tramitar en forma las modificaciones [...] imprescindibles para el desarrollo de la obra, a pesar de tratarse de partidas no contempladas inicialmente”. En junio, se les comunicó el inicio de expediente de resolución del contrato y TMB “se niega a abonar las facturas adeudadas de otros contratos” ajenos a esta obra, asegura la contratista.

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