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Jaume Collboni retoma el hermanamiento de Barcelona con Tel Aviv que suspendió Ada Colau

El nuevo alcalde socialista se opuso a la decisión de los comunes cuando gobernaba con ellos el mandato pasado y anunció que revertiría la situación de resultar elegido

Clara Blanchar
Collboni Barcelona Ada Colau
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante un acto el pasado mes de junio.Albert Garcia

El gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado este viernes que retoma el hermanamiento de la ciudad con Tel Aviv que su antecesora y socia en el ejecutivo municipal, Ada Colau, suspendió hace unos meses. Con el anuncio, el nuevo alcalde revierte una decisión contra la que se mostró contrario y sobre la que aseguró que daría marcha atrás si ganaba las elecciones y gobernaba. El anuncio lo ha hecho el comisionado de Relaciones Internacionales, Pau Solanilla, que ha explicado que el alcalde ha firmado un decreto dejado sin efecto la suspensión temporal de las relaciones con Tel Aviv.

Sobre la ruptura de relaciones con Israel que anunció en su día Colau, el actual gobierno ha explicado que, más allá de enviar la alcaldesa una carta a Benjamin Netanyahu, no se hizo formalmente ni se incluyó en el decreto. “La relación de Barcelona con el Gobierno de Israel es inexistente, más allá de lo declarativo. Lo que nos pide la ciudadanía es que seamos útiles, nosotros hacemos diplomacia de ciudades. Queremos que Barcelona vuelva a ser una ciudad abierta”, ha argumentado y ha informado de que el actual ejecutivo ha comunicado su decisión a todos los actores institucionales: embajada de Palestina, Tel Aviv, consulado de Israel”, pero no a los grupos municipales del Ayuntamiento. “Barcelona se proclama capital del Mediterráneo y tiene que hablar con todos los actores, y Tel Aviv representa los valores progresistas de Israel, ha sido protagonista de más de 30 manifestaciones contra las políticas del gobierno”, ha dicho y ha recordado que políticamente, salvo los comunes, la decisión de Colau tuvo un amplio rechazo entre los grupos de la oposición.

Viaje del alcalde a Palestina

Solanilla también ha precisado, “por si alguien podría pensar que esta decisión va en detrimento del apoyo al pueblo palestino, pero nada más lejos de la realidad, que Barcelona tiene más de diez proyectos activos en Palestina que impactan sobre la vida de la gente y vamos a seguir haciéndolo” y ha anunciado que el primer viaje institucional de Collboni, antes de final de año, será a Palestina, como han hecho otros alcaldes de la Barcelona como Pasqual Maragall. El comisionado ha añadido que el momento para tomar la decisión coincide “con el inicio de la agenda internacional este curso y porque viene un otoño en que la ciudad vivirá muchos eventos internacionales, Smart City Expo o un foro Euromediterráneo con una reunión de ministros de Exteriores en noviembre, es un buen momento para normalizar y volver a poner Barcelona donde corresponde”.

Colau anunció la ruptura a comienzos de febrero. La ciudad de Barcelona rompía sus lazos con Israel por su acción de gobierno, no un reproche contra “un pueblo, una comunidad ni contra una religión”, justificó la entonces alcaldesa. El anuncio generó reacciones en cadena y el PSC se afanó en tacharlo de “error gravísimo” y “unilateral”. Para escenificar la protesta contra el régimen de sometimiento que sufre Palestina, el Ayuntamiento también decidió suspender el hermanamiento que, desde hace 25 años, establece un vínculo fraternal de Barcelona con la ciudad de Tel Aviv. “Esperemos que sea temporal”, matizó Colau, al tiempo que lanzaba una dura crítica contra el gobierno que encabeza Benjamin Netanyahu: “Es intolerable esta situación de apartheid”.

La respuesta de los comunes a la decisión de Collboni hecha pública este viernes ha llegado por parte del concejal Marc Serra, que ha criticado al alcalde por haber “decidido abrazarse a Israel”. “Collboni ha decidido abrazarse a Israel justo cuando el Estado pasa por su peor crisis democrática: gobernado por la ultraderecha, con una reforma judicial que se carga la separación de poderes y un aumento dela violencia contra la población palestina”, ha escrito Serra en las redes sociales.

La polvareda que levantó la decisión de Colau en febrero fue enorme. Con declaraciones de apoyo y rechazo, manifiestos, manifestaciones de la comunidad Israelí de Barcelona, votación de textos en comisiones o un pleno extraordinario en el que Colau se quedó sola. Incluso pasadas las elecciones, con Colau fuera de la alcaldía, se conoció que un juzgado de Barcelona la investiga, a raíz de dos denuncias que la acusan de un delito de prevaricación por la suspensión de relaciones del Ayuntamiento de Barcelona con Israel. En su auto la titular del juzgado de instrucción número 5 de Barcelona acuerda admitir a trámite la querella presentada por los abogados Francesc Jufresa y Ferran Grases y la denuncia interpuesta por Acción y Comunicación Sobre Oriente Medio (ACOM).

A finales de febrero, en un viernes en el que se celebró un pleno ordinario y otro extraordinario para tratar la cuestión, Colau mantuvo el bloqueo de las relaciones y la suspensión del hermanamiento pese a perder tres votaciones y quedarse sola. Todos los partidos se opusieron a su decisión, incluso el PSC siendo su socio; y ERC se abstuvo. La primera votación fue la iniciativa ciudadana -presentada por varias organizaciones y con 4.000 firmas- que pedía suspender las relaciones con Israel y el hermanamiento que firmó el alcalde Joan Clos en 1998 uniendo la capital catalana con Tel Aviv y Gaza. El rechazo a la iniciativa popular fue mayoritario: Junts, Ciutadans, PP, Valents y el PSC votaron no. ERC se abstuvo y BComú apoyó la iniciativa, que no resultó aprobada. Fue en ese pleno cuando la concejal Laia Bonet afirmó que si los socialistas ganaban las municipales revertirían la situación.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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