CE Europa: la fidelidad a un barrio y a unos valores de uno de los fundadores de la Liga
Los escapulados mantienen intacta su unión con la Vila de Gràcia mientras reivindican su pasado y sus ideales en una temporada histórica
Rodeado de bloques de edificios, estrujado por las calles y colgado de las cuestas de la zona alta del barrio de Gràcia se encuentra, incrustado, el Nou Sardenya, la casa del Club Esportiu Europa; uno de los 10 equipos fundadores de La Liga de fútbol profesional en España, en 1929, y que ahora se encuentra en el fútbol modesto, pero fiel a su barrio y a sus valores. A pesar del ruido exterior causado por el tráfico de la zona, este se aleja una vez dentro del estadio, que luce vacío y tranquilo, descansando de todas las emociones que ha vivido en una temporada histórica para el club de la Vila de Gràcia. En el bar de enfrente solo hay camisetas y bufandas del Europa y la mayoría de los clientes, en vez de hablar sobre el futuro económico del Barça o si el Espanyol ascenderá de nuevo a Primera, hablan sobre el devenir de la próxima temporada del equipo de Gràcia en 2ª RFEF (antigua 2ª División B).
Esta conexión entre el barrio de Gràcia y el Europa hace que el club sea diferente a los demás. “La Vila de Gràcia está muy volcada con el club porque se siente muy identificada con sus valores”, asegura el capitán del primer equipo, Álex Cano. “El barrio de Gràcia siempre ha sido muy reivindicativo y se siente identificado con todo aquello que propone el Europa y nosotros intentamos representarlo de la mejor manera posible”, añade, y hace hincapié en las iniciativas políticas y sociales que lleva a cabo la entidad: “Siempre se moja cuando tiene que participar en cualquier acción solidaria o reivindicativa. Es muy fácil quedarse callado y que vayan pasando las cosas”.
La entidad dio un paso más allá y en 2021 aprobó, por unanimidad, incluir en sus estatutos declararse club antifascista, antimachista, antirracista, antibullying y antihomófobo. Y se convirtió así en la primera entidad del fútbol español en hacerlo. Y este año, en línea con el compromiso de promover la igualdad de oportunidades, ofrece un descuento del 20% en el precio del abono para todas las mujeres con el objetivo de fomentar su participación en el fútbol y concienciar sobre la brecha salarial que a menudo sufren las mujeres en el ámbito laboral.
Estos valores e iniciativas siempre han estado a lo largo de la historia del club catalán que, desde su creación en 1907 por la fusión de dos equipos (el Provençal y el Madrid de Barcelona), siempre tuvo una tradición catalanista y antifascista. Además de sus valores, la historia también pesa en el Europa. Desde su aparición solo hizo que crecer hasta tal punto que fue uno de los 10 equipos fundadores de la Liga Española en 1929, en la que compitió durante tres años, y jugó una final de Copa del Rey ante el Athletic Club en 1923 convirtiéndose así, junto al Barça, en un equipo hegemónico de Cataluña. “En aquella época, éramos más grandes que el Espanyol. Y los 10 primeros campeonatos de Cataluña, del 1920 a 1930, ganamos uno contra el Barça de Samitier, Platko y Zamora. Fuimos campeones en uno y subcampeones en seis. En aquella época, ser campeón de Cataluña era lo máximo a lo que podías aspirar”, sentencia Xavier Vidal, historiador del club.
Sin embargo, el Europa no pudo seguirles la estela a los dos grandes de Cataluña y fue bajando de divisiones hasta instalarse en categorías inferiores. “El profesionalismo ha hecho mucho daño. Si tú te fijas, de los 10 equipos fundadores, tres —el Europa, el Arenas de Getxo y el Real Unión Irún— nunca más han levantado la cabeza. Los grandes clubes se lo comen todo”, lamenta el historiador.
El club nació a al lado de la Sagrada Família pero sus años gloriosos ya se dieron en el barrio de Gràcia, desde entonces, y a pesar de trasladarse a otros estadios, la conexión con la villa ya era un hecho. “Los mejores jugadores de aquel equipo de los años 20 eran de Gràcia. Y aquí comienza la relación porque la sede se ubica en la calle de Sant Domènec. Desde 1933 hasta la Guerra Civil en la calle de la Providència, que queda inutilizada por recursos de guerra. Y después del conflicto se llega a este estadio, el Nou Sardenya, que era un terreno de pinos”, confirma Vidal.
En la entidad y en el barrio están de celebración porque el primer equipo masculino ha subido de categoría a 2ª RFEF (antigua 2ª división B) y el femenino ha alcanzado la Segunda división. “Durante más de 100 años el Europa se ha escrito en masculino y ahora también se escribe en femenino. Sin duda ha sido una temporada histórica y los dos han jugado aquí en el Nou Sardenya”, subraya Xavier Vidal. El masculino volvió a ascender esta temporada después de haber bajado el año anterior y para Álex Cano, que además ha sido el jugador que más veces ha vestido la camiseta escapulada, el apoyo de la afición de Gràcia será clave para conseguir la permanencia: “Cuando viene un partido de los especiales sabes que el campo va a estar a tope. Es muy especial porque en otros campos no hay tanta gente. En nuestro estadio, si tenemos algo diferente, es que el ambiente es espectacular”.
En la misma línea sigue Pili Porta, capitana del Europa femenino: “Llevamos ya varios años que la gente se ha volcado con el fútbol femenino. En el partido de playoff de ascenso había 1.600 personas viéndonos. Es una locura porque la masa social del Europa es increíble. Nos sentimos muy apoyadas por la afición, no para de animar”. Xavier Vidal no tiene ninguna duda: “Si la historia del Europa pasa por crecer con el femenino, pues crecemos con el femenino, y estamos muy orgullosos de ello”.
El peso de la historia del club y los valores que portan por bandera, sumados a la amabilidad y cercanía del vecindario de Gràcia hace del Europa un club singular con una gran masa social detrás (1.300 socios). “Soy de un pueblo de Lleida y siento que soy de la Vila de Gràcia. No sé qué tienen este club y este barrio que te hace sentir que formas parte de él”, confiesa la capitana del femenino. Para el historiador Xavier Vidal, todo viene de tradición familiar: “Mi padre era socio desde los años 50. Él venía al campo y yo venía con él y tuvo la idea de recopilar datos y recortes de periódicos y yo lo he continuado porque es un club que te engancha porque tiene mucha historia”. Aunque la sombra de Barcelona y Espanyol siempre esté presente, Vidal lo tiene claro: “También sigo al Barça pero si salto y grito con un gol es con el del Europa”.
El Europa es la esperanza del fútbol modesto donde los valores y la historia prevalecen por encima de cualquier cosa. Un hito para un club que no se entiende sin su barrio, y una Vila de Gràcia que no se entiende sin su club.
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