_
_
_
_
OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Verano y fomento de la lectura

Entrometerse en la vida de los demás está mal visto, pero los epistolarios de los escritores nos dan carta blanca para husmear

Documentacion Josep Pla
La Fundación Josep Pla recibe los manuscritos originales de Josep Pla publicados en la editorial Selecta.

Los índices de lectura nunca están al nivel deseado. El verano es un buen momento para subirlos. Hace calor y, según cómo, el tedio se adueña de las horas. Tumbarse a la sombra y abrir un libro lo hará todo más llevadero. No es ningún secreto que la lectura se come los tiempos muertos.

Leo No leer (Anagrama, 2018) de Alejandro Zambra. En la entradilla Correspondencia ajena, el chileno nos habla del goce que sentimos ante ese estadio de la literatura, cuando aún no ha sido manoseada por los editores y por la vanidad de los escritores. Los epistolarios que tan a menudo aparecen esparcidos en los mercados de pulgas, las cartas entre nuestros padres cuando se iban detrás, las notas (si las supimos guardar) que nos metía en la bolsa nuestro amor de la escuela primaria. En estos papeles está la literatura que se escribe para decir cosas en secreto y a vuelapluma. Yo guardo las cartas que mi padre y el suyo se enviaron durante los 12 años que el franquismo no les permitió abrazarse.

Los escritores han escrito muchas cartas. Excitan el chismorreo, que es la antesala de la consideración, y humanizan, qué verbo, pero sobre todo nos invitan a amar la literatura. Lean Cartas a Pere (Josep Pla, Destino, 1996) y verán al gran escritor hecho toda una persona, es decir, ora angustiado, ora esperanzado, y después lean sus libros bajo esta nueva luz. Y son, las cartas de los escritores, de muy buen leer, porque ahí no se oye tanto el ruido de la ficción, ni nos empalaga el destilado del que anhela un público numeroso y conmovido. Lean la correspondencia entre Marcel Proust y Jacques Rivière que tradujo, anotó y prologó Joan de Sola (La Uña Rota, 2017). Entenderán que un sistema literario es antes una coyuntura que una estructura: una sopa impredecible. A Proust (¡Proust!) le fue del canto de un duro que no termina sus horas jugando al solitario en un palacio en ruinas.

Las vidas y las tribulaciones ajenas, ¿acaso la literatura no está hecha precisamente con materiales semejantes? Lean el epistolario entre Armand Obiols y Josep Carner, o sus cartas con Mercè Rodoreda, el primero al cuidado de Jordi Marrugat y el segundo al cuidado de Anna Maria Saludes, ambos publicados por Fundació La Mirada. La lengua viperina del gran lector que fue Obiols deja tierra quemada allí por donde pasa y en según qué carta no se salva ni el aire. Carner y Rodoreda bailan entre la fragilidad del exilio y la devoción por el oficio. Personas.

La literatura está en los escaparates, tan atractiva, una vez procesada. Pero una correspondencia, esto es la sala de despiece, está llena de marmitas donde hierven los menudillos del rechazo, rebosante de mesas fregadas con despojos, una habitación conquistada por el ambiente enrarecido que flota en los mataderos. Y es como entrar en un lugar prohibido. Una vez visitadas las cocinas de los escritores, difícilmente nos abstendremos de leer más, de querer saber más y, en realidad, el otoño está ya a la vuelta de la esquina.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_